miércoles, 27 de febrero de 2013

¿Sabes lo que hacen tus hijos? (Publicado originalmente el Lunes 24 de Mayo del 2004).

¿Sabes lo que hacen tus hijos?
Por Héctor Marín Segura
A la memoria de la niña Dalia Gómez Moreno
En Enero de 2002 escribí un artículo bajo el título "La necesaria disciplina". Ahí comentaba sobre la necesidad de poner empeño en la educación de nuestros hijos dentro y fuera del hogar.
Hablaba también sobre la inconveniencia de dejar todo el peso de la formación de nuestros hijos a la escuela y los riesgos de tener a la televisión como niñera.
Nuevamente quiero tocar el punto porque pese a que en aquella ocasión señalé la importancia y la necesidad de dar la atención debida al desarrollo de los niños, quiero abundar en el tema especialmente porque creo que la ocasión y los tiempos lo ameritan.
DALIA
No conocí personalmente a Dalia Gómez Moreno ni tampoco a sus papás. Supe de ella a través de las noticias, ahí me enteré de que estaba gravemente herida a consecuencia de un disparo recibido en la cabeza y que sus esperanzas de vida eran muy pocas.
El balazo provino de una pistola propiedad de uno de sus compañeros de clase, Alejandro "N" de 13 años de edad.
Dalia apenas tenía 12 años. No sé si era buena estudiante ni si era obediente con sus padres, no sé prácticamente nada de su vida, sino solamente que se debatió entre la vida y la muerte durante varios días, hasta que su cuerpo finalmente ya no pudo resistir más. Se le declaró muerte cerebral y esto le creó una insuficiencia múltiple. Dalia finalmente murió y con ello todos sus anhelos y expectativas.
Sus padres, sus amigos y familiares la lloran y no sin razón. No falta quien piense que esto nunca debió haber ocurrido y pese a ello, tenemos que aceptar que se trata de una triste realidad.
FUERA DE TODA LOGICA
La muerte de esta niña se dio en un marco de lo que podríamos llamar ilógico, poco común, absurdo. ¿Qué tenía que estar haciendo su compañero Alejandro "N" con una pistola en una escuela?
Hay múltiples hipótesis al respecto, pero no nos vamos a detener en esto que ya sería como de nota roja, sino en el hecho de que un menor posea un arma de fuego comprada con su dinero con la finalidad que se nos ocurra.
De acuerdo con el perfil que se ha dado a la opinión pública acerca del carácter de Alejandro, se trata de un pequeño al que no le hace absolutamente nada en cuanto a lo material, sus padres le han comprado todo cuanto ha pedido, lo que ha ocasionado en su personalidad un aire de autosuficiencia y arrogancia que se traducen en la vanidad con que se comporta el chiquillo.
Sin quererlo y sin pensarlo, los padres pueden crear este tipo de niños carentes de todo sentido de adaptación a la sociedad al hacerles creer que lo merecen todo nada más porque sí.
LA INFLUENCIA SOCIAL
Casos como el de este niño son cada vez más comunes en nuestra sociedad. Los valores como el respeto, la amistad, la tolerancia y la sana convivencia son vapuleados insistentemente ya sea a través de los medios de condicionamiento de masas o bien a través de algunos que se erigen como guías en nuestros pueblos progresivamente ignorantes.
¿Qué hacer cuando en casa tratamos de inculcar en nuestros pequeños enseñanzas acordes a la Palabra de Dios mientras la sociedad muestra una cara completamente distinta? ¿Qué hacer cuando la inmoralidad sexual, la corrupción y la ineficacia gubernamental prevalecen en un ambiente de indefinición y caos?
Es casi inevitable que nuestros hijos, jóvenes o pequeñitos se compenetren de todas estas cosas dado que tenemos que aceptar que no vivimos en un núcleo aislado de la sociedad, sino que vivimos inmersos en este mundo. Incluso nosotros mismos debemos reconocer que en ocasiones nos sentimos tentados a actuar igual que la demás gente bajo el pretexto de que "si los demás lo hacen, ¿por qué yo no?"
Aquí no se trata de otra cosa sino recordar que ya no somos como los demás porque ahora somos nuevas personas en Cristo.
ERRORES QUE COMETEMOS LOS PADRES
Lo he comentado antes pero no está de más recordarlo. En algún momento de nuestra infancia, algunos sufrimos de determinadas carencias que pudieron o no ser solucionadas por nuestros propios padres.
Hay gente que con el paso del tiempo, no ha olvidado la falta de cariño o las carencias alimenticias o el juguete prometido que nunca llegó.
Al llegar su oportunidad de ejercer el nada fácil oficio de ser papás, hay quienes se esfuerzan por poner todo en bandeja de plata para que los niños nunca sepan lo que es no tener algo, especialmente porque estos padres creen que con eso van a "emparejar" las cosas y ganarse la confianza de sus hijos.
LO MATERIAL
Definitivamente lo material es importante. Hay que tener lo necesario para darles alimentación y vestido a nuestros hijos. Puede que también nos preocupe darles diversión a nuestros niños y entonces se integran al gasto familiar juguetes, películas y otros elementos que adelgazan la cartera pero generan caritas contentas. El problema está en que un niño es como una esponja y puede condicionarse a que cada determinado tiempo recibe juguetes y dulces, en algunos pequeños esto puede convertirse en una especie de costumbre que, cuando no se cumple, provoca molestia y desconcierto.
El problema es sencillo si se le hace saber al niño que los regalos pueden ser algo cotidiano siempre y cuando existan las posibilidades económicas que así lo permitan.
Se les tiene que hacer saber que no siempre se puede tener todo lo que se quiere al instante, por lo que hay que tener paciencia. Claro, hay padres que no tienen el problema monetario pero hay que tomar en cuenta que no es cuestión de dinero, sino de formar niños disciplinados, que sepan valorar lo que se les da.
HAY QUE TOMAR EN CUENTA...
Independientemente de todo esto, hay que considerar a los niños en toda su extensión. Son personas como tú o como yo, en plena formación, en constante cambio. Tomando eso en cuenta, creo necesario que te tomes al menos algunas horas a la semana (si es que no puedes estar todo el día con ellos)para que veas cómo se conforma su personalidad, qué le gusta, qué le disgusta, etcétera.
Si ves que a tu hijo le gusta cantar, es una buena idea que cantes con él, o mejor aún, que lo inscribas a algún taller donde pueda desarrollar ese gusto. Lo mismo si has notado que un pequeñito o pequeñita tiene aptitudes para el deporte.
No dejes a la deriva la posibilidad de explotar sus habilidades. Esto te lo digo por lo siguiente: La vida, y eso tú lo sabes, querido lector, presenta una gama casi interminable de acontecimientos, algunos de ellos completamente inesperados. Un niño que recibió una formación integral en la que se tomaron en cuenta sus gustos y habilidades, está sin duda más preparado para hacer frente a la vida que quien no recibió sino la instrucción indispensable.
GENTE UTIL
Haz de tus hijos gente útil, gente comprometida. Trata de cubrir, ahora que son pequeños, todos los aspectos de su vida con el fin de que el día de mañana esos chiquillos aporten algo de utilidad a la sociedad.
No con esto quiero decir que hagas de ellos unas marionetas. Enséñales el valor de la independencia, pero muéstrales también que mientras no sean mayores de edad, tendrán que acatar tus reglas. Ellos comprenderán así, que aunque lleguen a la edad en la que pinten canas, tú sigues siendo una autoridad para ellos.
Otra cosa: no des por un hecho que tus hijos no saben hacer algo. Permíteles experimentar y equivocarse. Claro, esto sólo en casos en que no se ponga en riesgo ni su integridad física, emocional, o espiritual.
Déjalos que se puedan sentir útiles al realizar alguna labor en la casa. Dales responsabilidades. Que sepan que en su casa su mamá no es una sirvienta y que las labores del hogar pueden ser trabajo de equipo.
LLAMADO DE ATENCION
Nunca des por sentado que tus hijos ya lo saben todo. Es cierto, los tiempos parecen habernos rebasado con tanto avance tecnológico. Pero también es verdad que hoy en día la degradación moral de la sociedad ha llegado a niveles que no podemos dar crédito. Tal es el caso con el que inicié este artículo.
Recuerda que tus hijos están bajo tu cuidado ante Dios y ante la ley de los hombres, no los descuides y está atento de sus aficiones, necesidades y gustos. Piensa que eres la persona responsable del camino que llegue a tomar en el futuro.
No pienses que porque tu hijo está mayorcito no requiere de alguna palabra de corrección o de aliento. En mi experiencia en consejería, han llegado a mí personas de todas las edades. Por eso pienso que si hay gente mayor que a veces pide consejo, cuánto más hay que estar atentos para prestar atención a lo que acontece en la vida de nuestros descendientes, que son quienes llevarán las riendas de nuestras naciones, de nuestras iglesias, de nuestras escuelas e instituciones.
Algunos jóvenes que se han acercado a platicar conmigo me han confesado que prefieren hablar conmigo porque sus padres no los comprenden o porque sus pastores no se dignan a escucharlos.
Estamos a tiempo para frenar esta escalada de desconfianza e indiferencia, demos lugar al diálogo y a la comprensión. Ayudemos a la conformación de un mejor futuro.
Agradecemos tus comentarios y sugerencias. Que Dios te bendiga y te prospere.

El Cristiano Saltarín (Publicado originalmente el Lunes 17 de Mayo del 2004).


El Cristiano Saltarín
Por Héctor Marín Segura
En mis labores de consejería, me he encontrado con algunas personas que se acercan para hacerme saber algo que no se atreven a plantear directamente ante sus pastores y líderes: el deseo de abandonar la iglesia por no sentirse a gusto
El tema es curioso, porque existen una serie de ideas acerca de por qué no dejar la iglesia a la que uno asiste. La que me parece más aproximada es aquella que se encuentra en la epístola de San Pablo a los hebreos capítulo 10 versículos 24 y 25 que dice:
"24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca".
Salvo otra consideración, podemos concluir que el reunirnos en nuestras respectivas iglesias trae consigo el edificarnos entre quienes formamos el cuerpo de Cristo animándonos amorosamente lo cual redunda en nuestras buenas obras.
La importancia de congregarse es, en una forma simple y llana, la mejor forma de conocer y aprender de la Palabra de Dios, pero no sólo eso, sino que es el campo inicial en que podemos llevar a la práctica las enseñanzas doctrinales que iremos introduciendo a nuestra vida diaria.
Quiero ser claro en algo. Ir a la iglesia no nos hará más santos por arte de magia. La santidad aquí consistiría en que los resultados de nuestras asistencias a la iglesia se traduzcan en la transformación de nuestro ser, pero ir a la iglesia sin esa convicción es lo mismo que ir a la escuela y no entrar a clase.
Volviendo al punto inicial... ¿Por qué hay tantos cristianos "saltarines" que brincan de iglesia en iglesia sin encontrar acomodo? ¿A qué se debe que haya tantos hermanos que llevan en su historial una cadena casi interminable de iglesias en las que se han reunido durante algún tiempo y luego más tarde las abandonan?
Hubo una vez un hermano que me dijo muy seriamente que uno "nunca debe dejar de asistir a la iglesia en la que nació". Aquí me pregunto, ¿debemos fidelidad exclusiva a una iglesia local o al dueño de la iglesia que es Cristo? Hay montones de hermanos que confiesan su fe en Jesucristo en lugares bien diferentes de donde se reúnen, lo cual no creo que sea malo en modo alguno.
Entendemos entonces los beneficios de asistir a la iglesia que son para nuestra edificación y nuestra bendición. Pero la pregunta sigue sin respuesta... ¿Por qué andan de templo en templo tantos hermanos? Aquí presentaré algunas opciones:
LOS QUE SE ENFRIAN
Es de gran gozo ver a hermanos recién convertidos que no quieren sino estar en el templo y participar de todos los cultos y actividades de la iglesia, sin embargo el gozo se va convierte en costumbre y lo que antes era un gran amor por las cosas de Dios, se vuelve apatía y desinterés. Lo peor viene cuando estos creyentes son dejados a la deriva mientras su estado espiritual llega a niveles a veces peores que antes de confesar su fe en el Hijo de Dios.
Es por eso primordial que los pastores atiendan de inmediato estos casos para reconfortar al que está pasando por un mal momento espiritual tal y como está expresado en Gálatas 6:1:"Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado".
FALTA DE COMPROMISO
Esto es lamentable y se da tanto entre nuevos creyentes como en cristianos de años. Hay quienes creen que asistir a la iglesia forma parte de una especie de ritual que no encara mayor compromiso más que el de hacer "acto de presencia" de cuando en cuando, y saludar a todos con el sobrenombre de "hermano". A estos hermanos no les preocupa en absoluto si la escuela dominical carece de maestros o si los pastores están enfermos, actúan bajo el criterio de "allá ellos que se las arreglen" o el de "yo cumplo con dar mi ofrenda".
Lo peor viene cuando el pastor parece tener el mismo desinterés y apatía que este tipo de creyentes, por lo que podemos concluir que en una iglesia así no puede cumplirse ni la edificación ni el amor, ni nada.
MALOS EJEMPLOS
Muchos de quienes ahora nos podemos llamar orgullosamente cristianos redimidos por la sangre del Cordero, venimos de diferentes familias y entornos con problemáticas muy variadas. Algunos creemos haber pecado más que otros en nuestra vida antes de conocer al Señor Jesús, pero todos coincidimos en querer parecernos lo más posible al Maestro.
Es difícil, nadie lo niega, pero podemos hacer el esfuerzo. Sin embargo, más difícil todavía es alcanzar esa meta cuando los líderes o incluso algunos otros congregantes se ven envueltos en situaciones que lejos de ser reprendidas, se solapan tal y como ocurre en tantos ejemplos de corrupción que hay en el mundo en que vivimos.
Hay que decirlo, hay hermanos que viven actualmente situaciones de adulterio, robo, fraudes y otros pecados que son pasados por alto. Esto contrista necesariamente el ánimo que puede haber en una congregación, ya que los más débiles pueden pensar: "si el pastor lo hace, ¿por qué yo no?" Aquí pues, quisiera entonces citar el siguiente consejo de Richard Baxter que, aunque va dirigido a los pastores, creo que bien puede aplicarse a todos los creyentes por igual: "Tenga cuidado porque usted es un blanco especial de Satanás. Como siervo de Cristo, usted representa una amenaza seria para el poder de Satanás. El sabe que si usted cae, entonces su grey será presa fácil para él".
FATIGA DOMINICAL
Lo confieso, lo he hecho algunas veces. Durante mucho tiempo he sido una persona que trabaja prácticamente todos los días de la semana en diferentes áreas que tienen que ver con la comunicación colectiva. Al llegar el domingo, a veces se piensa... "Ay, tengo que ir a la iglesia... Pero la cama está tan rica... Me quedo otros cinco minutos".
Cierto, quienes trabajamos toda la semana o tenemos horarios que culminan en la madrugada, pensamos irremediablemente en el descanso, en la tranquilidad que da el saber que el domingo ha llegado y que las actividades se reanudarán hasta el lunes. Esto hace que a veces pensemos en descansar todo un día, siendo que deberíamos entrar en la conciencia de que se trata del día que dedicamos al Señor.
Aquí entra mucho la falta de disciplina y la entereza de hacer a un lado la flojera. Quienes hemos incurrido en esto debemos tener en cuenta que somos ejemplo para nuestros hijos, por lo que la holgazanería no es el mejor reflejo que deben ver de nosotros.
Por eso, es mejor que si usted sabe que no se va a levantar temprano al día siguiente, descanse y vaya al culto de la tarde para no tener el pretexto de no ir a la iglesia. Creo que la fatiga y la flojera son uno de los peores argumentos para dejar de ir a la iglesia.
INTERES POR LO ESPECTACULAR
Tengo todavía muy presente la frase de un joven que fue a hacer examen al Seminario Teológico el mismo día que yo: "Yo antes iba a una iglesia muerta". Me quedé perplejo, porque no sabía a lo que se refería.
Otro muchacho le preguntó qué era a lo que llamaba "iglesia muerta". El joven nos dijo que antes iba a una iglesia donde en forma muy solemne se tomaban los himnarios y se cantaban antiguos coros. Para él eso era una "iglesia muerta". Y nos relató que la iglesia a la que asiste ahora es "viva" porque hay grupos de alabanza que con panderos, baterías y guitarras, declaran la gloria de Dios.
Me pareció respetable su postura, pero veo cada día más entre los jóvenes cristianos ese gusto por lo "espectacular" y por lo "novedoso". Tal parece que ir a la iglesia se hubiera convertido en un espectáculo de danza, música, luces y canciones que si bien no en todos los casos, sirve para promover a los "adoradores del mañana".
Esto ha provocado que mucha gente abandone las iglesias tradicionales (en alabanza, no en doctrina) para integrarse a estas iglesias en que podemos prácticamente formar parte de un espectáculo. Aquí queda hacer la reflexión sobre el respeto que merece cada forma de expresarnos ante Dios, sin catalogar de "muerta" o "viva" a la que nos es diferente.
LEJANIA
Hay hermanos que alegan que sus templos quedan demasiado lejos de donde viven. Creo, con toda sinceridad que, si ese es el problema, deben platicarlo con su pastor y buscar una opción cercana a su domicilio, pero no poner como pretexto la lejanía.
Sé de hermanos que viven sumamente lejos de la iglesia y que sin embargo son los primeros en llegar al culto perfectamente bien bañados, arreglados y atentos para escuchar el sermón. Así que no hay pretexto.
DECEPCION
He sido testigo una y otra vez de la insistencia que tiene algunos hermanos y pastores para lograr que una persona conozca la Palabra de Dios y vaya a la iglesia. Se le habla del amor de Dios a través del sacrificio de Cristo en la cruz, se les habla de la vida eterna en el cielo, en fin... Se les habla de todas las promesas y riquezas espirituales a que puede tener derecho como hijo de Dios.
¿Y qué pasa muchas veces cuando esta persona ya asiste a la iglesia? Al principio se les recibe con sonrisas, abrazos, besos, exhortaciones, enhorabuenas, ¿y después? La indiferencia, la falta de interés, nadie se les acerca y nadie se preocupa por su crecimiento espiritual.
Caigamos en la cuenta que muchas de estas personas vienen a los pies del Salvador porque provienen de ambientes de rechazo, ¡qué decepción cuando son rechazados por quienes enarbolan la bandera del amor filial y la comprensión! Consideremos esto. No seamos hipócritas, porque esta es la palabra que mejor describe este tipo de comportamiento. Seamos ecuánimes, dejemos la palabrería inútil y pasemos a los hechos, porque es muy fácil decir "Cristo te ama", mientras en nuestro corazón reina el desinterés por los demás.
CRISTIANOS "SOCIALES"
Otros dejan de ir a la iglesia porque algunas de éstas no son sino clubes sociales donde se ofrecen productos y se busca hacer "santos negocios" con los hermanos. Y esto va desde la venta de las predicaciones del pastor, hasta la venta al menudeo de cualquier cantidad de chucherías entre los congregantes.
Hay gente a la que este tipo de situaciones no les parece, y terminan alejándose de las iglesias, detestando todo lo que huela a cristianismo.
Una vez más llamo al sentido de responsabilidad de verdaderos cristianos comprometidos con el evangelio con el fin de que quienes llegan a una iglesia, se sientan verdaderamente en un lugar en el que se van a gozar en el Señor. Para ello no se necesitan grupos o grandes orquestas. No se necesitan pastores grandilocuentes que cuenten anécdotas graciosas, sino corazones comprometidos en llevar la Palabra de Dios a los necesitados, a los heridos y a los marginados.
Que Dios te bendiga.

Felicidades a Todos los Niños en su día (Publicado originalmente el Lunes 3 de Mayo del 2004).


Felicidades a Todos los Niños en su día
Por Héctor Marín Segura
Para Ana, por quien
tengo el privilegio
y la responsabilidad
de ser padre.
Dios te bendiga, hija.
A pesar de que me considero una persona joven, me he dado cuenta en los últimos años que el paso del tiempo no perdona nada.
Recuerdo más o menos vagamente los tiempos en que me fascinaba pedirles a mis papás que me llevaran a comer hamburguesas en la ahora extinta Burger Boy, y las tardes fabulosas en que solía ver a Ultramán luchar contra monstruos interplanetarios que querían asolar la Tierra.
El tiempo ha pasado demasiado rápido y veo muy a lo lejos aquellos tiempos en que me preparaba para imitar a Topo Gigio y las tardes citadinas jugando al futbol (a qué otra cosa se puede jugar siendo mexicano sin posibilidades de ir a un deportivo) en el parque de San Miguel.
Al escribir estas líneas me reencuentro con la historia de mi propia niñez y veo el futuro de mi patria representado en las pequeñas manos y las infantiles voces de miles de pequeños cuya tarea y misión es prepararse para llevar las riendas de nuestra cada vez más complicada convivencia humana.
Y no sólo eso, a su cargo estará el preservar nuestros recursos y nuestro medio ambiente, el cual tanto hemos dañado nosotros los adultos.
Las tareas que tienen estos pequeños no son pocas ni sencillas. En su momento requerirán talento, aptitud y el compromiso ineludible de velar por el buen destino de las generaciones futuras.
Pero dejarles todo el paquete así como así no es justo, no es ético y no es moral.
Quienes somos padres, o quienes tienen a su resguardo la educación de cada uno de esos pequeñines deben servir no sólo como vehículos en la formación de los niños, sino deben ser sus guías inseparables en todo momento, asumiendo especialmente los padres, que un hijo lo es para siempre, las 24 horas del día y no sólo en sus edades más tiernas, sino para el resto de sus vidas.
Me alegra mucho ver a los niños jugando despreocupadamente sin pensar lo que deparará el mañana. No porque sea algún tipo de irresponsabilidad añorada, sino porque veo el reflejo de la ingenuidad y de la casi única convicción y meta de los infantes de todos los tiempos: jugar, ser felices y divertirse. Echarse en las alas de la imaginación y soñar con lo desconocido, convertirse de pronto en exploradores espaciales, princesas de cuentos de hadas o hasta en gladiadores de las modernas arenas de lucha libre.
En México tuvo lugar el día de ayer el festejo del Día del Niño. La niñez mexicana es actualmente la población más numerosa de nuestra sociedad. A su manera, muchos niños viven una infancia normal, pero es también una realidad el maltrato y la miseria en que muchos otros sufren y se ven privados de lo más elemental como puede ser el alimento y la educación. Esta es una realidad que no debemos olvidar los que bien que mal, tuvimos una infancia si carencias. Y subrayo el "bien que mal", porque lamentablemente no todo mundo puede presumir el haber tenido una infancia dichosa, si embargo, el aliciente que nos queda es que pudimos salir adelante en una sociedad que discrimina cada vez más al pobre, al que no tuvo la oportunidad de asistir a una escuela de paga ya sea porque no hubo los medios o no se buscó siquiera darle esa alternativa.
Sabemos que hay carencias, que hay necesidades económicas impostergables que a veces nos alejan de nuestros seres queridos orillándonos a verlos apenas unas cuantas horas al día tan sólo para ganar lo necesario para vivir modestamente. Esto, sin embargo, no nos debe alejar de los pequeños a nuestro alrededor, aquellos a quienes estimamos más por ser cercanos a nosotros. Si no podemos quizá darles a nuestros hijos los mejores juguetes y los más deliciosos dulces, puede que eso no importe tanto como el aprovechar darles un abrazo, decirles que los queremos y hacerles sentir nuestro apoyo y nuestro amor.
Debemos ganar y conservar su confianza para que ellos, que no son nada tontos, perciban que lo que pretendemos demostrar es genuino. Si usted es un padre reacio a las expresiones amorosas o no sabe cómo hacerlo, aproveche aunque sea la oportunidad que le brinda el día de hoy (aunque no sea el Día del Niño) para decirle a su hijo un "te quiero" que sea creíble. Hágalo, por favor, no sabe cómo necesitan los niños sentir el cariño de sus padres y el apoyo en determinados momentos de su crecimiento.
Para todos los pequeños, un abrazo y una felicitación muy afectuosa desde este lugar del ciberespacio.
Que Dios los bendiga a todos.

Libertad de Expresión (Publicado originalmente el Domingo 18 de Abril del 2004).


Libertad de Expresión
Por Héctor Marín Segura
Actualmente, en diversas partes del mundo, y con el desarrollo de nuevas tecnologías, tenemos acceso cada vez mayor a la información. En este mismo instante podemos con un solo clickde nuestra computadora, enterarnos de los hechos más recientes en remotas partes del mundo como China o Australia.
Tal escalada de información, ha llevado a muchos a pensar que vivimos en una época de gran libertad de expresión. ¿Pero qué es la famosa libertad de expresión?
UNA APROXIMACION
Ernesto Villanueva, especialista en Derecho Público, en su libro "El Sistema Jurídico de los Medios de Comunicación en México" comenta que: "La libertad de expresión ha sido uno de los derechos fundamentales del hombre porque es la prolongación de la garantía individual de pensar, ejercicio sin el cual no es posible aventurar la posibilidad del desarrollo del hombre en sociedad". Es decir, no se queda en la simple libertad de pensar de acuerdo a nuestra propia conciencia, sino externar ese pensamiento y hacerlo público.
Sobre esto, la comunidad cristiana en México se ha congratulado de la "apertura" de los medios de condicionamiento de masas (mcm) para la predicación del evangelio.
Es cierto. A diferencia de hace unos 30 años, el clima de apertura hacia otras formas de pensar distintas de las oficiales o tradicionales, se ha venido acrecentando. Son varias las estaciones de radio y algunas de televisión, que han dado oportunidad a grupos evangélicos de difundir el mensaje de Jesucristo.
Lo anterior parece un verdadero logro, pero es apenas el comienzo para que se dé una auténtica apertura informativa que favorezca la postura de las minorías, en este caso, la de la Iglesia evangélica.
EL PANORAMA ACTUAL
Nunca como ahora los mcm han jugado un papel tan relevante como hoy en día. Aquí es donde quiero señalar algunos aspectos en los que a nivel global, podemos darnos cuenta que lo que llamamos libertad de expresión, no es sino la ilusión de algo que puede llegar a ser real si la sociedad en su conjunto hace el esfuerzo para hacer suyos dichos medios para transformarlos en auténticos medios de comunicación.
Se ha dicho aquí y lo repetimos. La calidad en contenidos en los medios electrónicos es verdaderamente muy pobre. Se nos retaca de chismes, programas de concursos inútiles y todo tipo de vulgaridades que engañan al espectador incauto.
Cuando en un programa de televisión o radio, el conductor utiliza una palabra altisonante y no es censurada, hay gente que llega a pensar que eso es una bondad de la libertad de expresión y se remiten a lo que decíamos anteriormente: "hace 30 años esto no lo hubieran permitido".
Es cierto, la censura no deja de molestarnos, de hacernos sentir coartados en nuestra libertad de expresión, pero, ¿hasta dónde podemos hacer uso de esa libertad sin llevarla al libertinaje?
Fundamentalmente hasta donde queramos, siempre y cuando no se ataque la vida privada, a la moral, y al orden público. Siempre que no se difame ni se calumnie o se cause un daño moral, la libertad estará presente sin convertirse en libertinaje.
Como vemos, muy poco de esto se cumple en la actualidad, ya que los puntos que acabamos de enumerar se violan constantemente emisión tras emisión sin que aparentemente nadie haga nada, pero, querido lector... ¿no será quizá que las instancias correspondientes no hacen nada por así convenir a sus intereses?
No me gusta jugar al James Bond ni soy un fanático de las teorías conspiratorias, pero cabría preguntar en un momento si alguien puede resultar beneficiado con esta serie de mensajes groseros, burdos y grotescos que día con día vemos en cine, radio, televisión y prensa. ¿Es que alguien podría sacar algún provecho de llenar de tanta miseria audiovisual a poblaciones enteras que viven –como diría el maestro Jorge Saldaña- nembutalizadas bajo el influjo de la televisión? Y qué decir de la publicidad, que genera mensajes con connotaciones de tipo sexual hasta para vender un clip.
Si tomamos en cuenta el terminajo que quizá algunos no logran entender y que parece chocante, pero cuya descripción puede resultar incluso horripilante, caeremos en la cuenta de que los mcm a final de cuentas, y según la jurisprudencia de la mayoría de los países de América Latina, son concesiones de los gobiernos a particulares para explotar señales; en el caso de los medios impresos, éstos deben contar con certificado de licitud de título y contenido, para poder quedar dentro de la ley en cuanto a sus funciones.
Las operaciones, emisiones y cualquier actividad que realice un mcm, queda entonces, por así decirlo, "vigilada" por las instancias gubernamentales que dan legalidad a su operación.
Sabemos que América Latina desde hace más de 30 o 40 años, vive bajo una serie de convulsiones políticas y económicas que generan un estancamiento y un estado de degradación social cada vez mayor. La insatisfacción popular va en aumento conforme decae el poder adquisitivo y los empleos desaparecen.
¿Qué medida no represiva puede ser empleada por los gobiernos de esos países para controlar a las grandes masas cuyas expectativas de un mejor nivel de vida disminuyen día con día ante una realidad económica desmoralizante?
PANEM ET CIRCENSES
"Ya hace mucho tiempo, desde que no vendemos los sufragios a nadie, que este pueblo dejó los cuidados. El que en otro tiempo daba al imperio, las varas, las legiones, todo, ahora contiene sus pretensiones y sólo pide ansiosamente dos cosas: pan y juegos de circo". La famosa frase del poeta Décimo Junio Juvenal en su Sátira X, es más que elocuente y actual. Los pueblos oprimidos ya no buscan la salida a su miseria a través de la lucha armada o la tan sonada revolución que tanto ensalzaron los grupos socialistas.
El pueblo pide diversión y distractores que lo ayuden a olvidar su vacío moral, intelectual y espiritual y sumergirse en submundos de fantasía que le permitan ignorar al menos de momento su tristeza, su soledad, su amargura y la realidad de una vida de esfuerzos mal recompensados, posiciones no alcanzadas, reclamos y deseos reprimidos que se quedan en su interior como un lastre que sólo espera proyectarse en el estallido en carcajadas al ver un programa de comicidad vulgar y procaz; o la telenovela en que se entretejen tramas de adulterio, engaños y malos ejemplos; incluso en un partido de futbol que da pie y justifica el consumo de alcohol aun dentro del propio hogar hasta llegar al aturdimiento y a la imbecilidad.
Perdón si parezco demasiado crudo al expresarme de esta forma, pero es tiempo de reconocer que lo que otras personas llaman ingenuamente medios de comunicación masiva, no son sino en lo general vehículos ideologizantes que presentan realidades parciales de lo que ocurre realmente en nuestro mundo con la firme intención de mantener el control sobre masas cada vez más dóciles y fáciles de dominar.
Mi discurso puede parecer de una izquierda a ultranza o como ya lo mencioné, sacado de una fantasía desbordada de tipo orwelliano.
Antes de no darte la razón en ninguno de los dos aspectos, quiero mostrarte, querido lector, las palabras del hombre más influyente de la televisión mexicana en las últimas tres décadas. Al terminar de leer sus palabras, tú dirás si estoy en un error o si cuanto he escrito tiene visos de verdad.
HABLA EL "TIGRE AZCARRAGA"
Dueño del emporio televisivo más grande de Latinoamérica, Televisa, Emilio Azcárraga Milmo comentó allá por 1993 lo siguiente con respecto a los contenidos de los programas producidos por su empresa: "estamos en el negocio del entretenimiento y de la información, y podemos educar, pero fundamentalmente entretener... México es una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida... para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil..."
Hay dos formas en las que se puede leer la afirmación anterior del señor Azcárraga. La primera sería superficial haciendo hincapié en su desprecio por las masas sin educación y empobrecidas.
La otra lectura es el reconocimiento de la enajenación de individuos valiéndose de medios masivos para inyectarles diversión y abstraerlos de la realidad en que viven: manipulación pura.
Aquí, no sólo se puede decir que la libertad de expresión está lejana, sino que es una verdadera falacia en un régimen que permite este tipo de lavado de cerebro hacia una población cada vez más depauperada en lo económico y en lo intelectual. Los contenidos televisivos, especialmente, son cada vez más nefastos, más pueriles y al mismo tiempo elementales en su vulgaridad. Tales programas no sólo no educan, sino merman el estado espiritual del televidente, agrandando cada vez más su miseria moral y de valores.
La familia, las creencias, el amor a la patria, se van disolviendo poco a poco dando lugar a la conformación de identidades llenas de morbo sexual, sentimientos antipatrióticos y una moral cada vez más relajada.
Pero el caso mexicano es uno de tantos, cabe tan sólo citar otro ejemplo de los medios como distractores. En la Argentina de mediados de los años 70, tras la llegada de la dictadura militar, se decide la realización del Mundial de Futbol de 1978.
Argentina en aquel entonces contaba con una débil infraestructura televisiva que llegaba al grado de seguir transmitiendo en blanco y negro. El Gobierno del general Videla supuso que había que divertir al pueblo argentino insatisfecho y sometido, para al mismo tiempo mostrar una cara diferente del país sudamericano ante el mundo.
Se creó una cadena para poder transmitir el Mundial a todo el orbe, haciendo gala de que el color había llegado a la televisión argentina (¡vaya orgullo!). La dictadura olvidó algo: el pueblo carecía de televisores a color, los cuales tuvo que importar de países vecinos. Pese a que la ciudadanía conocía la problemática económica y social de la nación, pues la vivía en carne propia, se dejó seducir por el encanto futbolero y la histeria colectiva se hizo mayor cuando el equipo local quedó campeón del torneo. Videla no podía ocultar su beneplácito. El pan y circo habían resultado un éxito, ante lo cual expresó: "Hemos logrado la restauración moral del país. Hemos organizado un Campeonato Mundial de Futbol".
Podríamos seguir hablando de más casos como el de Cuba, el país donde más represión a periodistas existe, y no sólo a periodistas, sino a la población en general; o el de la manipulación informativa que se lleva a cabo impunemente desde la Casa Blanca engañando al pueblo norteamericano acerca de armas de destrucción masiva inexistentes, pero esto sería reiterativo. Los medios en la actualidad están al servicio de quienes están en el poder, y quien está en el poder quiere que se difunda su verdad, no la verdad. Si no, ahí está la nota en esta misma edición de nuestra revista, en la que Rupert Murdoch, dueno del canal televisivo FOX, no duda en externar su preferencia por la política de Bus, esperando seguramente obtener algún beneficio en caso de que el presidente norteamericano se reelija.
LIBERTAD Y PUBLICIDAD
Otro aspecto en que la libertad de expresión se ve coartada, es el publicitario. La publicidad es sin lugar a dudas el principal sostén de la mayoría de los medios hoy en día. Sin embargo, el hecho de tener anunciantes, implica también establecer compromisos que muchas veces son ineludibles y que al mismo a tiempo pueden poner en tela de juicio el prestigio del propio medio.
Tener un patrocinador es sinónimo de intereses creados a través de los cuales el ejercicio periodístico se ve coartado en géneros básicos como la crítica, la cual, dicho sea de paso, es prácticamente inexistente en las publicaciones cristianas.
Con esto, no creo estar diciendo mentira alguna o argumentar sin bases sólidas, es cosa de abrir una revista o periódico cristiano para encontrar multitud de anuncios publicitarios y aunados a ellos, una serie de comentarios en los que prácticamente todos los productos traen "gran bendición", como acostumbra decirse en el argot evangélico. Esto no es sino una forma de "quedar bien" con los anunciantes y afianzar productos muchas veces francamente mediocres en cuanto a calidad, especialmente en lo que a música se refiere.
Tampoco digo que se deba "despedazar" indiscriminadamente a todo aquel que presenta una propuesta musical, literaria o cinematográfica, pero si nos decimos hijos de Dios, tenemos la obligación de buscar la calidad y aceptar la crítica en forma objetiva. La crítica no necesariamente destruye, sino que puede edificar. En las páginas de "Espejo", desde su creación, hemos ofrecido contacto directo con lo que aquí se escribe. Nuestro correo electrónico siempre ha estado a disposición de todo aquel que quiera hacer críticas, comentarios y sugerencias, precisamente con el fin de saber si nuestro trabajo agrada, edifica, informa y convence, que son algunos de nuestros objetivos, o si hemos estado haciendo algo mal.
Reconocemos que ha habido artículos que han causado polémica entre los lectores, como aquel en el que hablamos de "El Señor de los Anillos" (Espejo, 23 de Febrero de 2004), por el cual recibimos varias críticas, así como también un buen número de felicitaciones.
El contacto con los lectores nos ha hecho saber hacia dónde quieren que vayan nuestros mensajes, y creemos estar cumpliendo nuestro cometido, pero esto no es debido al propio esfuerzo nada más o a cualquier otro mérito que pudiéramos mencionar, sino a la visión que Dios nos ha dado de emplear nuestras aptitudes en una obra para la difusión de Su Palabra.
Por eso recalco, nuestro compromiso no es con anunciantes, escritores o bandas de música sino con el pueblo de Dios en general, por su derecho a la información y a un punto de vista diferente que proponga una alternativa ante lo que es común en otras publicaciones.
Así pues, uno de los peligros que trae aceptar anunciantes, es que muchas veces la necesidad de obtener ingresos para mantener un medio, lleva a algunos a cometer el error de aceptar como clientes a falsos ministros que lucran con la Palabra de Dios. Un caso se acaba de dar recientemente en una publicación mensual de tiraje corto que se distribuye en México D.F., en el que el editor ofrecía una disculpa por no haberse asegurado de la calidad moral de uno de sus anunciantes. De haberse tratado de un medio secular, esto podría tener una disculpa. Revistas, periódicos y estaciones de televisión hacen notar en múltiples ocasiones que ellos se deslindan de la calidad en los productos que se anuncian, o sea, no se comprometen con su público y tampoco pierden patrocinadores.
Un medio cristiano no puede darse este lujo, si es que así se le pudiera llamar. Si se va a hacer publicidad, es necesario que el responsable esté seguro de la calidad moral de la empresa anunciante y al mismo tiempo de la calidad en el servicio que dicha empresa ofrece. Sé que es difícil rechazar la posibilidad de recibir un ingreso que ayude al sostenimiento de un medio, pero también sé que a diferencia de los medios seculares, quienes nos dedicamos al periodismo cristiano tenemos en nuestras manos la delicada tarea de llevar a los demás hacia el fortalecimiento de su fe o hacia el camino contrario, lo cual resultaría nefasto.
APROVECHEMOS LOS MEDIOS
El temor a la censura no es en vano. Aunque en México el presidente Fox ha externado que hay una mayor apertura al grado de haber hecho la desafortunada declaración de que en el país esta permitida hasta la calumnia (cosa en la que se equivoca, ya que las leyes la castigan) hay muchos ejemplos actuales tanto de manipulación mediática como de censura.
Tan sólo cabe señalar que es sintomático el que la mayoría de las estaciones radiales y televisivas tienen líneas telefónicas que comienzan con los números 5166, lo que da la idea de cierto control gubernamental sobre los medios, cuando se supone que los números telefónicos están zonificados. Hay que recordar que al inicio del presente sexenio hubo notorios cambios estructurales en estaciones de radio que no eran favorables para con Fox cuando fue candidato a la Presidencia de la República y múltiples conflictos se han dado en periódicos y revistas en lo que va del mandato actual. No se puede dejar de lado el conflicto entre las televisoras CNI y Televisión Azteca, ante el cual el Gobierno actual mostró su ineficacia.
Incluso, apenas la semana pasada la periodista del diario Milenio, Claudia Segura, fue víctima de una amenaza laboral muy sutil por parte de un empresario radiofónico al que "no le gustó" un artículo que según él lo afectaba sobremanera; estas son cosas que no se pueden permitir.
Del régimen pasado, aún recordamos la burla de que fuimos objeto los evangélicos mexicanos por parte de TV Azteca. Dicha compañía hizo creer que transmitiría un programa en el que por primera vez en la historia de la televisión mexicana un medio abría las puertas a un grupo con el mismo derecho de manifestarse como lo hace el grupo religioso mayoritario, sólo que con una propuesta diferente. TV Azteca cercenó el programa al editarlo y presentó al público un producto en el que la intención de difundir el plan de salvación quedó sepultada y tirada por los suelos.
El infantil argumento de la televisora fue que la censura obedecía a que la participación de varios artistas era demasiado "religiosa" y por eso se había editado el programa. Recientemente ha habido transmisiones con la participación de ministros cristianos, pero es necesario que esto no sea flor de un día y aprovechemos al máximo las oportunidades que tenemos de estar ante un micrófono, una computadora o una humilde máquina de escribir.
Es tiempo de considerar que hay que dejar de lado los mensajes chabacanos y estériles que presentan un evangelismo de cartón, o como leí por ahí, un evangelismo de Teletubbies. Hagamos nuestra labor con seriedad, con valor y honestidad, seamos parte del nacimiento de los medios que requieren nuestras naciones, medios que conduzcan a la libertad de ideas y sobre todo a la libertad espiritual, medios que den cuenta de quiénes somos los seguidores de Jesús.

Cuidado con lo que hablas (Publicado originalmente el Sábado 20 de Marzo del 2004).


Cuidado con lo que hablas
Por Héctor Marín Segura
¡Qué ondón, broders y sisters! De nuevo andamos acá en la columna más prendidísima de la web tratando de hacerles llegar la reflexión acerca del rollo cristiano sin tanto choro para que agarren la onda en buen plan y se vuelvan, como nosotros, unos locos, locos, locos por Jesús, ¡yes! Así que paren oreja, los oclayos, chequen y activen el cerebelo.

¿Te gustó la introducción a este artículo? Te confieso que a mí, no.
Si no me gustó, entonces, ¿por qué lo escribí?
Bueno, resulta que no hace mucho, un domingo al regresar de la iglesia, decidí sintonizar la radio. En la estación 1440, los domingos, existe una barra de programas cristianos llamada Voz de Paz. Decidí por eso, disponerme a escuchar una de esas emisiones y me encontré con unos jóvenes hablando más o menos como acabo de describir, ¿y sabes? Me desagradó tanto cómo se expresaban, que preferí apagar el radio.
Antes de comenzar con el tema, te diré algo, lector amigo. Yo fui joven alguna vez en mi vida. De hecho no me considero viejo todavía, tengo 37 años y convivo diariamente con jóvenes en mi trabajo secular.
No creo estar entonces "fuera de onda" ni nada parecido, pero creo que es importante considerar que los cristianos debemos cuidar las palabras que utilizamos y mostrar quiénes somos a través de nuestras expresiones.
EL PRETEXTO DE "LLEGARLE" A LOS CHAVOS
En el mundo secular, es muy común escuchar que para que los jóvenes atiendan mejor un mensaje, es necesario hacérselos llegar de una manera que les sea más comprensible para que la acepten. Así, vemos cientos de campañas propagandísticas y publicitarias dirigidas a los chavoschamospibes, o como quiera que se les pueda llamar en las distintas latitudes del mundo.
¿Y? ¿Se ha conseguido algo?
Hasta la saciedad vemos en los medios de condicionamiento de masas, mensajes para los jóvenes. En tales mensajes, rara vez se les invita a la reflexión. Comúnmente se les invita a "vivir al extremo", "lanzarse a la aventura" y una serie de ideas completamente carentes de llevar al joven a recapacitar, a pensar antes de actuar. Se les invita a hacer caso a sus instintos, a hacer todo deprisa aunque no salgan las cosas bien. Lo peor es que los cristianos estamos siguiendo estos mismos pasos en la educación y formación de nuestros jóvenes.
Si crees que miento, lee alguna de esas revistas cristianas en las que se promueve a músicos y cantantes. Rara vez se encuentra algún artículo que lleve a la reflexionar al lector joven acerca de que no siempre va a ser adolescente y que llegará e día, más temprano que tarde, en que tenga que hacerse cargo de muchas cosas tanto en la iglesia, como en su casa o sus estudios.
Escucha estos programas de los que te platico, y encontrarás que están plagados de un uso absurdo del lenguaje con mensajes cargados de inmediatez, que presentan a un Cristo de plástico.
No estoy en contra del adolescente, por supuesto que no. De lo que estoy en contra, es que se le encasille como si se tratara de un ser irreflexivo, casi irracional, que vive mañana tarde y noche pensando en perseguir sueños como los de las películas de acción o peor aún, como los de las telenovelas.
La adolescencia, desde mi punto de vista, es una etapa muy hermosa, pero también un período peligroso de la vida en el que si el joven no es guiado adecuadamente, puede desviar su camino casi irremediablemente.
Ser adolescente no es algo que se escoja, es algo que se debe vivir con intensidad, pero también con sabiduría. Ser joven, pues, no quiere decir que se debe ser necesariamente, como decimos en México, "atravancado". Ser joven es una etapa más de nuestro desarrollo como individuos y al respecto, esto dice la Palabra de Dios:
"Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad" (Eclesiastés 11:10).
La adolescencia pasa. Por eso, es necesario que así como nos desarrollamos en lo físico, lo hagamos también en lo intelectual. No vamos a ser adolescentes toda nuestra vida. Creo pues, que se puede hablar con los jóvenes, sin necesidad de recurrir a expresiones mundanas.
Si relees el párrafo con el que inicio el artículo, notarás que no hay diferencia entre las expresiones que utilicé, y las que se emplea en cualquier programa televisivo de la actualidad.
CHOCANTERIA
Seguramente en alguna ocasión has llegado a escuchar a alguna persona mayor utilizando palabras o expresiones juveniles. No se oye bien, ¿cierto? Tú te preguntarías por qué esa persona no se conduce y habla como alguien de su edad y tendrías toda la razón.
Ahora supongamos que te encuentras en un lugar donde se ha reunido a muchachos de diferentes credos. Tú eres el único cristiano, pero, si todos hablan igual... ¿Cuál es la diferencia entonces entre el cristiano y el que no lo es?
Utilizar ese tipo de lenguaje en la radio bajo el pretexto de atraer jóvenes a Cristo, no es convincente. El cristiano es propositivo y es diferente gracias a nuestro Salvador. Esta porción de las escrituras ilustra mejor lo que quiero decir: " 22En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Ef 4:22-24).
Entonces, nuestras palabras nos deben distinguir de los demás.
Es chocante, por otra parte, estar escuchando a los que supuestamente serán algún día los líderes de nuestra comunidad, expresándose como cualquiera.
SER CRISTIANO SIN CONVERTIRSE EN UN NERD
Puede que te preguntes qué sugiero como forma de expresión. Bueno, primeramente creo que esa tarea sería demasiado difícil, puesto que cada país tiene sus propios giros idiomáticos. Por otra parte, no pretendo tampoco que de ahora en adelante te expreses como los personajes del siglo XVII o cosas así, eso sería igual de chocante que lo que comentaba, y hasta ridículo.
Creo que como joven debes entender que para todo hay momentos. No te vas a conducir en el cine como si estuvieras en la iglesia y tampoco vas a hacer en el campo de deportes lo que harías en el salón de clases. Cada lugar tiene un uso y una forma en la que se va a utilizar. Lo mismo ocurre con las relaciones humanas, no tratas igual a tu abuelita que a tu profesora de matemáticas, hay que aprender a dar la debida importancia que merece cada persona.
No obstante lo anterior, y ajeno a cualquier convencionalismo social, debes tener presente que eres un hijo de Dios, y que por lo tanto eres diferente de las demás personas. No es que te sobreestimes, sino que estés consciente de que tu papel en este mundo tiene un propósito. Por lo tanto, creo que esta porción de la Escritura habla muy concisamente de cómo debes conducirte: "27Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio" (Fil 1:27).
Entonces hay que comportarse dignamente. Muchos que no conocen el evangelio, al escuchar a los jóvenes del programa que te comenté en un inicio, podrían haberse preguntado, "¿son cristianos estos que hablan?, pero si se expresan como cualquiera, no veo la diferencia entre ellos y nosotros", y hubieran estado en lo cierto.
Conducirte correctamente no te convierte en un nerd, no te hace menos ni te pone por debajo de nadie.
Yo sé que seguramente te quieres divertir, saltar, jugar, bromear, ir a fiestas o reuniones, platicar con tus amigos o con tus compañeros de escuela. Puedes hacerlo, pero no debes perder nunca de vista quién eres. Hablar no es nada más dejar salir palabras de nuestra boca, sino algo más. Colosenses 4:6 dice: " 6Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno". O sea, nuestras palabras no deben ser vanas, deben ser inteligentes, pensadas, recapacitadas:
Proverbios 10:21 dice que "21Los labios del justo apacientan a muchos". Tú, como hijo de Dios, puedes traer calma y tranquilidad a quien lo necesita, mover el corazón de otros hacia Dios. ¿Crees que hablando como si estuvieras en el metro o en el camión, o en el estadio de futbol convencerías a otro de acercarse a Cristo?
EL BENEFICIO DE LA DUDA
Con todo, entiendo que quizá los hermanos del programa de radio que te comento, no tenían la intención de molestar. Incluso, un argumento a su favor puede ser que ellos tienen su segmento dirigido especialmente para los jóvenes. Eso no es censurable, es comprensible. pero a pesar de todo, nunca está de más pensar que aunque tu programa esté dirigido a jóvenes, tomes en cuenta que eso no quiere decir que no haya personas de otras edades sintonizando la radio. Ahí es donde cabe entonces moderar el lenguaje, ya que si nos la pasamos hablando con términos de "mucha onda", en nuestro afán por parecer "juveniles" podríamos dejar pasar la oportunidad de que otro escuche las buenas nuevas de salvación.
Quiero cerrar "Espejo" en esta ocasión con una cita más que creo, viene muy al caso:
"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Romanos 12:2).

Evangelizar... ¿cómo? (Publicado originalmente el Lunes 8 de Marzo del 2004).


Evangelizar... ¿cómo?
Por Héctor Marín Segura
En estas páginas hemos hecho énfasis una y otra vez en la evangelización, es la necesidad de llevar el mensaje de salvación a quienes aún no lo conocen. Probablemente haya muchos lectores con ánimo de hacerlo, pero la pregunta es ¿cómo?
Ser portadores de la Palabra no es empresa fácil, requiere en no pocas ocasiones cierta valentía, conocimiento de lo que se predica, tener un genuino compromiso con el Reino del Señor y saber definir los puntos o necesidades de la persona o grupo al que se pretende evangelizar.
Para ello, debemos dar tiempo, esfuerzo, y armarnos de paciencia, ya que los no creyentes, una vez que se han interesado en conocer la Palabra de Dios, sacan a relucir sus dudas, especialmente si provienen de familias pertenecientes a la religión tradicional.
En el tiempo que llevo en estos menesteres, he visto un sinfín de intentos de formas de evangelizar. La verdad, no es tarea fácil. Hay gente que es dura de entendimiento y que no abre su corazón tan fácilmente a pesar de que se le demuestre una y otra vez que sólo Jesús salva.
TRATADOS
No estoy en absoluto en contra de los tratados. Al contrario, me parecen ilustrativos, fáciles de entender, y en pocas páginas llevan el mensaje a quien lo lee. Son fáciles de transportar, se pueden llevar muchos en una bolsa o portafolios y son incluso, amenos.
Lo que no me termina de convencer, en términos de evangelización, es que, como dice cierta publicidad, es cosa de "dejarlos" en cuartos de hoteles, cabinas telefónicas, restaurantes u otro tipo de lugares públicos. Sinceramente ir a la calle y dejar desperdigados los tratados, no me parece "evangelizar", me parece tan sólo ir a repartir tratados como quien reparte la leche, el periódico o quien va a dejar volantes en las casas en los que se ofrecen servicios de reparación de objetos.
He sido testigo, por otro lado, de hermanos con muy buena fe que consiguen una serie de tratados, folletos, libritos y demás, y los ofrecen a compañeros de trabajo para que los lean. Efectivamente, por su atractivo, hay quien los lee... y los devuelve.
¿A qué se deberá esto? Pienso que entregar un tratado para que alguien capte la idea fundamental debe ir acompañado de una pequeña plática introductoria (al menos) o bien, al momento que nos entregan el mismo, por lo menos preguntar por ejemplo, "¿qué te pareció?", es decir, algo que motive verdaderamente poder hacer la labor de evangelización.
NO JACTARSE
Sabe que el amor de Dios a través del sacrificio de Cristo en la cruz tuvo como consecuencia nuestra salvación, es algo hermoso, incomparable. En la mayoría de los casos, queremos gritar a los cuatro vientos nuestra dicha y felicidad.
Sin embargo, no son pocos los casos de que, una vez obtenido ese don inmerecido, muchos son quienes comienzan a ver "por encima del hombro" a quienes no profesan nuestra fe. De pronto los empezamos a ver como poca cosa, ya no queremos saber nada de ellos, quisiéramos ser invisibles cuando los encontramos en la calle, pero, me pregunto... ¿Haría eso Jesús?, ¿evitaría hablar con ellos?, ¿los vería como poca cosa? O quizá Jesús... ¿se les acercaría dulcemente?, ¿se sentaría a comer con ellos?
Me inclino a pensar que esto es precisamente lo que haría, por lo que te invito a que reflexiones sobre esto, si alguna vez has tenido esa actitud.
El hecho de sabernos salvos, no es para envanecernos, y esto mismo lo dice la propia Palabra de Dios: "8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe" (Ef. 2:8-9).
Por eso es bien importante no llegar con aires de superioridad como si los demás fueran inferiores a nosotros. ¿Es que acaso no merecíamos el infierno y el Señor con su infinito amor nos rescató del lugar al que debíamos haber ido? ¿Es que acaso por ser cristianos ahora que somos salvos los demás no deben significar nada para nosotros?
DEDO FLAMIGERO
Quiero recordar ahora uno de los más bochornosos casos que he vivido en mi vida y no precisamente porque yo haya sido el actor, sino porque fui testigo.
En una ocasión, durante mi adolescencia, invitaron a mis padres a asistir a una boda en una iglesia "protestante". Todo muy bien, bellos himnos, los novios llenos de felicidad... Y llegó el turno del pastor para invitar a los presentes a escuchar algunas palabras de exhortación para hacerles llegar el evangelio a quienes aún no lo conocían.
Por algún motivo, el pastor comenzó hablando de la recompensa de la maldad y de pronto se centró en la figura del padre del novio (que no era evangélico). El señor era conocido por su avanzado alcoholismo, el cual le había tumbado en una silla de ruedas.
El pastor no dudó en recordar que la Palabra de Dios dice que los borrachos están entre quienes no heredarán el Reino de Dios (1 Cor. 6:10) y de pronto levantó la mano y con el dedo índice señaló al pecador que por su borrachera estaba hecho una piltrafa humana, un despojo, un desecho listo para reintegrarse a la podredumbre y lindezas parecidas. Estupefactos, no dábamos crédito a lo que veíamos, el pastor parecía una especie de juez en un estrado dictando la sentencia de un criminal que no tenía remedio. ¿Resultado? El hombre de la silla de ruedas rompió en llanto y... sólo calló.
No obstante lo anterior, al término del regaño, sermón o perorata o no sé cómo llamarle, el pastor invitó a quienes sentían la necesidad de acercarse a Cristo, levantaran su mano o se pusieran de pie.
¿Cuántos lo hicieron? Ni uno solo de los no creyentes se puso de pie ni levantó la mano. ¿Notas qué fue lo que falló?
Es contradictorio que con mensajes así, un no creyente pueda creer que Dios es amor.
LA LEVANTADA DE MANO
No menos forzada y difícil para quien visita un templo por primera vez, es la cuestión del "llamado" o invitación que se hace en muchas iglesias con el fin de dirigir a los pecadores arrepentidos a Jesucristo.
Ojo, por favor. No digo que esté mal hacerlo. Lo que no me parece ni bueno ni sano, es que, sabiendo o ubicando a los visitantes de quienes se sabe no comparten nuestra fe, se les insista una y otra vez con diferentes técnicas para que externen su arrepentimiento y fe en la salvación en Cristo Jesús.
Al respecto, Alan Streett, en su libro "La Invitación Eficaz" dice:
"Algunos predicadores sienten que el éxito es medido solamente por el número de personas que responden a la invitación pública. Esta actitud a menudo les conduce a usar métodos no éticos para ganar "conversos".
"Otra deficiencia de la invitación con respuesta inmediata es la tendencia a numerar a todos los que tienen inquietudes como convertidos. Blackwood dijo que la invitación pública frecuentemente induce a personas no creyentes a confesar fe en Cristo".
Este punto lo quería plantear porque alguna vez lo viví en carne propia. Tras haber sido invitado por primera vez a un culto evangélico, asistí por curiosidad, y no dudo que haya sido el Espíritu Santo quien me inculcó precisamente esa curiosidad, esa inquietud.
Ocurrió que al final del servicio, el pastor -quien sabía que yo era inconverso- dijo más o menos lo siguiente: "Ahora tú, que estás por vez primera aquí, entrega tu vida a Cristo, arrepiéntete de tus pecados y sé salvo. Levántate y camina hacia el frente..."
Por algún motivo, sentía una multitud de ojos centrados en mi persona. Al parecer, el pastor percibió eso y dijo: "Voy a invitar a la congregación a que cierre su ojos. Y a ti, que estás ahora mismo aquí por primera vez, te digo que no estás aquí por casualidad, Dios tiene un propósito muy importante para ti. Este es el momento en que debes decidir entregarte a Cristo, mañana podría ser demasiado tarde".
Una vez más, yo sabía que esas palabras del pastor eran dirigidas a mi persona. Pero no me paré.
El pastor insistió un par de veces más y finalmente desistió. ¿Qué ocurrió ahí? Bueno, yo era joven y rebelde. Por otro lado, el pastor, creo que estaba viendo que no había resultado en suspalabras y se sintió ante el reto de ganar a como diera lugar.
Al respecto, cito nuevamente a Streett:
"... muchos evangelistas tratan de superar la resistencia de sus oyentes y, más que permitir que el Espíritu Santo haga su obra en su tiempo, intentan ganar personas adicionales que respondan a la invitación".
Es decir, probablemente en mi caso, y en el de otras personas, el tiempo para convertirse en un auténtico seguidor de Cristo, no es en el momento exacto posterior a una charla, a la lectura de un tratado o tras escuchar un sermón.
Esto, por supuesto, no quiere decir que entonces mejor no prediquemos el evangelio., Por supuesto que no. Más bien, lo que debemos entender, es que no debemos esperar siempre resultados inmediatos.
Y conste que escribí la palabra "siempre" a propósito, porque por supuesto que hay gente (como el ciego sanado) que inmediatamente confiesa su fe en el Señor Jesús:
"35Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? 37Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. 38Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró" (Jn 9:35-38).
¿QUE HACER Y COMO?
Podríamos pasarnos platicando de evangelismo durante varias semanas, pero "Espejo" trata de traer cada semana una nueva aportación a la vida del cristiano y al mismo tiempo hacerlo reflexionar sobre diferentes aspectos que ocurren en el mundo en que vivimos.
Por esta razón, quiero concluir con algunos consejos o propuestas del pastor Vidal Valencia en su libro "Cómo Ganar Almas". El pastor Valencia señala que para tener una conversación evangelística efectiva, debemos:
  1. Ganarnos la confianza de nuestro interlocutor (Ro. 15:2)
  2. Disimular las creencias ajenas (Tit. 2:1,8) No tenemos derecho a burlarnos, ni a insultar a quien no cree lo que nosotros.
  3. Dejar hablar a la otra persona.
  4. No contradecir (2 Tim 2:23-24)
  5. No discutir (Tit 3:9)
  6. Encausar la conversación hacia la cruz (1 Cor. 1:23 y 2:2).
Este último punto señalado por el pastor Valencia es sin duda algo esencial, no podemos hablar de evangelismo si no estamos hablando de Cristo, así que debemos tener como prioridad mantener una postura cristocéntrica, sin necesidad de nombrar o enumerar rimbombantes conceptos teológicos que lo único que podrían hacer es confundir a nuestro interlocutor, o peor aún, a nosotros mismos.
Valencia señala al inicio de su libro cinco pasos básicos a seguir como técnica de evangelización:
  1. Convencer al hombre de que es pecador y merece el infierno (Ro. 3:23).
  2. Convencerlo de que Dios lo ama a pesar de ser pecador (Ro. 5:8).
  3. Convencerlo de que Cristo sufrió y murió en lugar suyo (1 Pe. 3:18).
  4. Convencerlo de que la salvación es por la fe en Jesucristo y no por buenas obras (Ef. 2:8-9).
  5. Convencerlo para que reciba a Cristo en su corazón (Jn. 1:12).
Esta es tan sólo una propuesta que me parece sencilla metodológicamente hablando, pero obviamente que cada quien puede utilizar el método o técnica que mejor le parezca.
Quiero, finalmente, hacer una última observación. Ninguna técnica, ninguna predicación, ninguna metodología tendrá efecto o resultado, si de antemano no te compenetras con la persona o con el grupo al que pretendes llegar.
Es difícil, pero trata de "ponerte en los zapatos" del otro, haz tuya su necesidad, piensa qué sería de tu vida sin Jesús, para que puedas abrir tú también tu corazón y hacerles saber a los demás la necesidad que tenemos de nuestro bendito Señor Jesús.
Piensa que nuestro Soberano y Salvador fue tan bondadoso que siendo majestuoso, vino a salvarnos encarnándose en uno igual a nosotros, ¡cuánto amor!, ¿no crees?
Te dejo este versículo que creo que refleja muy bien esto que te comento:
"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos". (2 Corintios 8:9)
Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea contigo y los tuyos. Amén.