Invierno en el Vaticano
Por Héctor Marín Segura
Por Héctor Marín Segura
Seguramente, querido lector, has notado en los últimos días, cómo, insistentemente, se transmiten a través de los medios de comunicación, notas, opiniones y reportes sobre el estado de salud del máximo jerarca de la iglesia católicorromana, Karol Wojtyla, mejor conocido con el nombre de Juan Pablo II.
Puede que, momentáneamente, te cause extrañeza que me ocupe hablar de este tema, sobre todo porque nuestra página y nuestra visión, son completamente contrarios a la doctrina que predica la iglesia de Roma. Sin embargo, no por eso, debemos dejar de lado un hecho que puede ser de gran trascendencia para el mundo entero, incluyendo a la Iglesia Evangélica.
WOJTYLA, UN HOMBRE ENFERMO
Dada su edad, y el avanzado estado de sus enfermedades, de unos años para acá, la iglesia católicorromana ha tenido al frente a un líder débil, un líder cuyo cuerpo se muestra cada vez más deteriorado. Esto, sin embargo, no ha sido obstáculo para que Juan Pablo II, haya tenido la oportunidad de visitar diversos países, tal y como ya comentamos sobre su visita a México apenas el año pasado (Espejo, 18-Agosto-2002).
En las últimas semanas, se ha comentado repetidamente, la posibilidad de que Karol Wojtyla muera, por lo que, consiguientemente, el Colegio cardenalicio del Vaticano, tendría que elegir a un sucesor de Juan Pablo II. Haciendo un pequeño ejercicio de especulación, planteemos algunas hipótesis sobre los posibles sucesores, ya que esto, seguramente traerá repercusiones de diversa índole tanto a nivel político, como a nivel económico y social, sin pasar por alto, por supuesto, el aspecto espiritual
POLITICA VATICANA
Antes que otra cosa, recapitulemos un poco acerca de cómo han sido electos algunos de los llamados "papas". Son muchas las historias en las que se nos refiere cómo llegaron a la "silla de San Pedro" varios de estos hombres.
Baste tan sólo comentar la forma en la que llegó a la máxima jerarquía católicorromana Constantino II, quien obtuvo la tiara papal gracias a la entrada de las tropas de su hermano Nepi, por citar tan sólo uno de tantísimos ejemplos que podríamos enumerar de simonía, corrupción, asesinato e intriga para apoderarse del poder religioso.
Los tiempos han cambiado, pero persisten en el Vaticano grupos con diferentes intereses que buscarán hacerse del poder de la iglesia de Roma con muy diversos fines.
POSIBILIDADES
Son 135 los cardenales con posibilidad de ejercer su voto para elegir al nuevo sucesor de Juan Pablo II, de un total de 185 con que se conforma el Colegio cardenalicio. Sin embargo, en la elección podrán participar solamente 120 cardenales.
Durante el pontificado de Juan Pablo II, fue muy notoria su intervención en asuntos políticos como los de Polonia, en que Karol Wojtyla apoyó e hizo cuanto pudo a favor del sindicato Solidaridad, en Polonia y su líder Lech Walessa. Pero sin duda su labor en la caída del bloque comunista, será uno de los distintivos que queden como recuerdo de su trabajo en el área política.
En estas fechas, se habla nuevamente de diferentes cardenales con posibilidades de asumir la investidura papal como es el caso de los italianos Giovanni Battista Re y Carlo María Martini; el belga Godfried Daneels; el austriaco Christoph Schoenborn; el hondureño Oscar Andrés Rodríguez; los colombianos Darío Castrillón Hoyos y Alfonso López; el cubano Jaime Alamillo; el mexicano Norberto Rivera Carrera; así como el vietnamita Francois Xavier Nguyen Van Thuan.
Los nombres de muchos de ellos pueden parecer desconocidos, pero los de otros no tanto, dadas sus apariciones en los diversos medios noticiosos.
Lo que llama la atención de la opinión pública en general, es el rumor constante sobre la nacionalidad del nuevo jerarca católico, ya que se comenta, éste no será italiano, sino que nuevamente será de un país distinto.
NOMBRES
Llama la atención que muchos se inclinan a pensar que entre los candidatos más fuertes, se encuentra Norberto Rivera Carrera, quien podría influir fuertemente en la política exterior mexicana en su relación bilateral con los Estados Unidos. Asimismo, es posible que Rivera Carrera tuviera presencia permanente en las decisiones de la curia norteamericana, con el fin de evitar que los latinos que cruzan la frontera sur, pasen a engrosar las filas de las diversas Iglesias Protestantes mayoritarias en Estados Unidos.
Una política similar, podría emplear, tal y como ya lo ha hecho el mismo Karol Wojtyla, quien ha insistido en alguno de sus viajes a México, en que se debe frenar el avance de la Iglesia Evangélica ante la deserción de fieles del catolicismo romano.
Otro candidato, es el oriental Francois Xavier Nguyen Van Thuan, quien podría abrir para el Vaticano el casi virgen territorio asiático para el catolicismo romano, ya que esto representaría, además de la propagación de su credo, entrar en una zona de alta influencia económica.
Lo anterior, sin tomar en cuenta que existen otros candidatos que podrían llegar a la silla papal por una especie de "recomendación" del propio Juan Pablo II, como es el caso de los cardenales in pectore (en el corazón, cercanos).
No es nuestro deseo, por supuesto, que Juan Pablo II muera, pero, dado su estado lamentable de salud, parece que el mundo será testigo de un nuevo cónclave católicorromano, para encontrar al sucesor de uno de los hombres más influyentes, cultos y quizá hasta más populares del siglo XX, lo que seguramente llevará a la iglesia de Roma, a buscar a alguien que pueda cubrir el puesto de este hombre.
Si en esta ocasión tocamos el tema respecto al posible y casi inminente cambio de jerarca católico, es también debido a que dicha institución (la católicorromana) no sólo representa una postura de tipo espiritual, sino al gobierno de una potencia extranjera, el Estado Vaticano, desde donde se dictan todas las políticas y doctrinas a seguir por los fieles católicos de todas partes del mundo, tal y como ocurre con grupos como los Testigos de Jehová (con sede en Nueva York) o los mormones (con sede en Utah) sólo que sin el poder de ser reconocidos como una nación estos dos últimos grupos.
No sabemos quién será el suplente, pero lo que sí sabemos, es que cuando llegue, seguramente dará mucho de qué hablar. Por eso, la Iglesia Evangélica no debe ver esta situación como ajena, sino como una oportunidad de volver a nuestras raíces y predicar el evangelio de Jesucristo, el único y suficiente Salvador.
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