Detrás de... El señor de los anillos
Por Héctor Marín Segura
Por Héctor Marín Segura
Por los foros de nuestro portal www.iglesiatriunfante.com y en diferentes círculos, he visto muchos comentarios tanto a favor como en contra de la novela "El Señor de los Anillos", de J.R.R. Tolkien.
La obra literaria de este autor, se ha puesto de moda desde hace unos tres años a la fecha, especialmente por las producciones cinematográficas referentes a esta historia de aventuras y fantasía.
Pero "El Señor de los Anillos" no es un cuento de hadas más, sino que se trata de algo que vale la pena comentar y visualizar, y es que, inserto en diferentes partes de la historia, encontramos destellos donde la verdad bíblica aflora, si bien no a través de versículos, sí dentro de la trama en la que, como pequeñas perlas ocultas, aparecen detalles que tienen que ver con la fe y la verdad del Evangelio, lo cual, por cierto, no es extraño, pues pese a que Tolkien no escribía libros para el estudio de la doctrina, trató de plasmar en su obra ese sentir por el cual era influenciado: La Biblia.
Así, esta obra literaria contiene como ingrediente básico el mito y la fantasía, pero todo basado en la verdad, lo cual ha hecho que muchísimas personas encuentren realidades que florecen en la fe cristiana.
UN MUNDO ESPECIAL
El mundo de la Tierra Media es inexistente, tan sólo es real en la esfera de la fantasía, pero eso no evita que ahí habiten los hombres, los elfos, enanos y hobbits. Como en todo lugar, los personajes conviven en actividades comunitarias y, al mismo tiempo, son parte integral de una pequeña sociedad.
La Tierra Media, como tantos lugares que conocemos, tiene también una rica herencia cultural, formada especialmente por canciones, leyendas, baladas y folclor que remontan a los que escuchan, a un pasado de guerreros y sabios que buscan la paz y la bondad ante la presencia de los infaltables malvados que sólo buscan su propio beneficio.
Tolkien es claro en su intención de concientizarnos de que dicho lugar no existe, pero el lector encuentra una sensación de que si bien este lugar no existe, bien pudo haber existido, ojo, hablo de que queda la sensación, ya que las historias están cargadas de situaciones que pudieron haber vivido hombres de diferentes épocas. Mientras más se adentra uno en la lectura de Tolkien, mayores son los visos de realidad que se ven en los personajes, con los cuales es difícil no identificarse, y es aún más destacable, el que los personajes de Tolkien están conscientes de que lo son, de que están jugando un papel en una historia, tal y como ocurre con nosotros en la vida real.
EL BIEN Y EL MAL
Los conceptos del bien y el mal, están bien definidos en "El Señor de los Anillos", el bien protege y preserva; el mal, procura dominar y destruir. Los personajes giran en torno de una serie de hechos en que estas dos fuerzas se mantienen en lucha constante. Los que están dispuestos a luchar contra el mal, lo hacen sin límites, llegando hasta la última consecuencia a costa de sus vidas. Esto nos remite a nosotros, como cristianos, a un fundamento de sacrificio por el bien de otros: El rescate hecho por Cristo para salvarnos de la muerte.
Aquí se entrelazan el relato bíblico y la fantasía, sin que con ello, la novela sea, como sugieren algunos, una alegoría encubierta del Evangelio; de hecho, Tolkien negó claramente esa idea.
Tolkien escribió una obra maravillosa en que los valores cristianos se ven reflejados, aun cuando no se hable de un tema cristiano en particular, pero es perceptible la visión cristiana de Tolkien en la obra, porque ésta impregna diversas áreas de esta fantasía literaria.
Al hacer una lectura más detallada, empiezan a percibirse los matices cristianos que forman parte del mundo creado por este escritor, tal y como ocurre en las famosas "Crónicas de Narnia", de C.S. Lewis, quien por cierto, fue amigo personal y crítico de la obra de Tolkien.
UN ENFOQUE NOVEDOSO Y SORPRENDENTE
Muchos se preguntan qué tiene de cristiana una historia donde hay enanos, demonios de fuego, duendes y otros personajes.
Mi intención es mostrar que se puede ver otro aspecto de esta novela, la cual es pura ficción, sin duda alguna, pero dentro de su ambiente irreal, existe la posibilidad de encontrar rasgos de la verdad que nos ha liberado a través de nuestro Señor Jesús.
Quiero dejar en claro que al hacer estos comentarios, de ningún modo, ni bajo ninguna circunstancia, pretendo decir que el Evangelio es magia y ficción. Lo que pretendo decir es que, Tolkien, el autor de esta novela, trató de dejar un mensaje que no es de hechicería, ocultismo o malas artes, sino que su trabajo fue una forma a través de la cual él quiso sembrar valores, muchos de los cuales, si los buscamos, tienen sustento bíblico.
De cualquier modo, amigo lector, tú tienes la última palabra al respecto, puede que estés o no de acuerdo con lo que aquí te presento, por lo que te agradezco hagas tus comentarios acolumnaespejo@ekklesiaviva.zzn.com donde puedes expresar tu opinión.
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