Por Héctor Marín
"Juventud, divino tesoro". ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? ¿Cuántas veces hemos añorado los años de nuestra juventud?
Algunos, recordamos nuestros años mozos con alegría, recordamos nuestras preocupaciones escolares, las actividades deportivas que realizábamos, las primeras fiestas a las que asistíamos y los amigos que frecuentábamos.
Muchas de estas cosas las recordamos con gusto, pues con el paso del tiempo todo fue pasando a formar parte del archivo de nuestras vidas. Ahora, con un poco más de edad y madurez, a veces no logramos entender la trascendencia de aquella etapa que ya superamos o que se supone debimos haber superado, y nos parece que los jóvenes de la actualidad no saben vivir la vida, o quieren vivir demasiado rápido.
Vayamos por partes. Quienes estamos alrededor de los 30 y 40 años, podríamos preguntarnos: ¿es que acaso el mundo ha cambiado tanto de cuando yo era adolescente hasta ahora? Amigo, amiga que me lees, tengo que contestarte que sí, el mundo ha cambiado enormidades.
Por ejemplo, desde que yo era niño, sabía que había dos bloques mundiales de poder: el capitalismo y el socialismo; uno, representado por Estados Unidos y el otro por la Unión Soviética. Hoy en día, ese segundo país ya no existe.
Pero no vayamos tan lejos, como he platicado con anterioridad, yo viví toda mi adolescencia en el Centro Histórico de la Ciudad de México en un edificio de departamentos. Con el paso de los años el edificio fue desocupado y finalmente fue demolido, ahora se erige ahí un centro comercial; el día que yo quiera decirle a mi hija, "mira, aquí viví de joven", sólo lo podré demostrar a través de alguna que otra fotografía, lo que nos habla de que los años no pasan en balde.
Por otro lado, querido lector, ¿imaginaste alguna vez tener una herramienta como Internet en tu casa? Me imagino las maravillas que hubiera podido hacer mi abuelo con esta herramienta tan maravillosa, pero no le tocó, no era su tiempo.
EL JOVEN
Independientemente de su condición social, el joven se caracteriza por la energía que emana de su cuerpo en crecimiento. Igualmente, los intereses infantiles van desapareciendo conforme se crece y empieza el despertar del gusto por el sexo opuesto, así como la definición de lo que será la personalidad del individuo.
Sin embargo, hay una serie de situaciones vía los medios de condicionamiento de masas (mal llamados de comunicación masiva), que se han venido inoculando en nuestra sociedad, formando falsos valores (o mejor dicho, antivalores) que lo único que han hecho es confundir no sólo a los adolescentes, sino incluso a sus padres.
Por ejemplo, me llega a la memoria aquel programa que fuera tan exitoso en los años 90 llamado Beverly Hills 90210. Básicamente trataba de la vida de un grupo de jovencitos de clase social alta, cuya finalidad era divertirse asistiendo a fiestas y logrando conquistas amorosas. El intercambio de parejas era algo muy usual en dicha serie, lo que hacía ver que no hay por qué tener compromisos, si todo se puede obtener de una forma sencilla.
En esa misma serie, era lo más común ver escenas donde los chicos tenían sexo premarital, las chicas hablaban del uso de anticonceptivos y la realidad de las drogas era otro de los elementos infaltables en las tramas de dicho programa de televisión.
Pues bien, lo aceptemos o no, muchos jóvenes crecieron con esa visión del mundo, con esas ideas y con esa perspectiva de la vida. Aceptemos que, en términos generales los valores de Beverly Hills 90210 están vigentes, ya que, definitivamente, el mundo no es el mismo que en "nuestros tiempos" y mucho menos que en los de nuestros padres y abuelos.
EL MUNDO ACTUAL
Mucho dista en todo el mundo que conocimos y el que conocerán nuestros hijos. Muy atrás han quedado los tiempos en que en la televisión norteamericana se censuraban los frenéticos movimientos de cadera de Elvis Presley. Hoy en día, esos movimientos quedan completamente obsoletos cuando nuestros hijos están expuestos a ver el acto sexual en cualquier película por televisión en cualquier horario del día.
La supuesta libertad de la que ahora gozamos, se ha convertido en libertinaje en todos los sentidos. Recordamos las manifestaciones pacíficas de los jóvenes de los 60 que no tienen nada que ver con los constantes disturbios provocados por jóvenes vándalos en cualquier lugar del mundo. Somos cada vez menos libres de ir a un estadio de futbol, pues el riesgo de ser alcanzados por un botellazo o el estallamiento de un petardo, son cada vez mayores.
Hay algo que llama la atención, sin duda. El libertinaje al que me refiero, va especialmente dirigido al aspecto sexual de la juventud.
Pondré un ejemplo que viví muy de cerca: Tendría yo alrededor de 14 años de edad, cuando en la clase de biología nuestra profesora comenzó a hablarnos de los aparatos reproductores masculino y femenino. Una y otra vez la profesora insistía en que al momento de tener contacto sexual, éste tenía que estar fundamentado en el "amor". Pero con toda franqueza, ¿podemos asegurar que un joven de 14 años sabe lo que es el amor? No olvidemos que a esa edad se es muy susceptible de tener una serie de emociones que se podrían confundir con el amor, pero que no lo son.
Para terminar con esta historia, comentaré que, por lo menos cuatro de mis compañeras de la secundaria no terminaron sus estudios. ¿El motivo? Habían quedado embarazadas después de haber tenido relaciones sexuales "por amor", como sugería mi profesora. Supongamos que en aquel entonces esa instrucción hubiera sido impartida en otras escuelas con resultados similares, hagamos una multiplicación y ahora sumemos el número de jovencitas o chicos cuya vida giró drásticamente tras consejos de esta naturaleza.
Ahora bien, habrá quien diga que mi comentario es alarmista y que no necesariamente en todos los casos el fin es negativo. Efectivamente, no todos los casos de madres solteras terminan mal; no todos los casos de jóvenes que se casan a edad prematura terminan en fracaso, pero esos son tan sólo casos aislados. La realidad es muy diferente y esto lo podemos ver a través de estadísticas en las que vemos cómo va en aumento el número de divorcios, madres solteras y abortos. ¿Es esto normal? La respuesta debe ser clara y contundente: ¡No! Si para el mundo la disfuncionalidad familiar es común para Dios no lo es.
Dios tiene muy claro el objetivo de la familia y de su formación dentro de los lineamientos que El nos ha dado. Sin embargo, el ataque es constante y por todos lados se nos quiere hacer ver que cuanto hagan los jóvenes, especialmente en lo sexual, es normal y que impedirles el experimentar en ese terreno, los dañará.
FOMENTANDO INQUIETUDES
Sugiero que un padre de familia encienda el televisor y vea los anuncios publicitarios y el contenido de los programas. Por ejemplo, en México se está transmitiendo una nueva versión delreality show Big brother. Dicho programa, tiene la supuesta finalidad de ver cómo viven un grupo de jóvenes recluidos en una casa. En esa casa, se supone que cada uno de los jóvenes tendrá que dar su mejor esfuerzo por congeniar con los demás tratando de salir adelante ante diferentes situaciones y problemas, todo en un supuesto ambiente común. La cuestión es que este programa, pretende al mismo tiempo ser una especie de "muestra" de cómo son los jóvenes de esta nueva década, de este nuevo siglo, de este nuevo milenio y el resultado es verdaderamente patético: vemos chicos y chicas para los cuales es común el flirtear con desconocidos es algo común; vemos a unos jóvenes que ven en el sexo una forma de vida; jóvenes para los que la homosexualidad no tiene nada de raro y es cuestión de "elección"; jovencitas que sin pudor se desnudan frente a las cámaras y se exhiben ante sus "compañeros" de casa, etcétera.
Ahora le pregunto, querido padre o madre de familia: ¿usted permitiría este tipo de conductas de parte de sus hijos?
Déjeme decirle algo. La labor de los medios de comunicación ha llegado a tal grado, que ya hay padres que piensan que en realidad éste es el sentir de la juventud actual, por lo que es mejor dejar que los chicos hagan lo que quieran. Esto que le digo es en serio, ¿pero sabe algo?, esto realmente se da por la ignorancia de muchos padres y al mismo tiempo por el interés de otros en la educación de sus hijos.
Big brother NO ES LA REALIDAD DE LOS JOVENES ACTUALES. ES UN MODELO QUE SE QUIERE IMPONER A NUESTRA SOCIEDAD.
No sé qué edad tenga usted, pero supongamos que vivió la época de los 50 y 60, aquella en que James Dean andaba en una motocicleta siendo un "rebelde sin causa". Si esa hubiera sido la supuesta forma de ser de los jóvenes de la época, me imagino que usted también formó parte de una pandilla de motociclistas. Notemos cómo los medios de condicionamiento de masas nos quieren introducir patrones de pensamiento para el control de nuestras mentes. ¿Sueno descabellado? No siga leyendo si cree eso. Pero permítame decirle que cuanto le digo es demostrable, la finalidad de uniformar los criterios en cuanto una u otra cuestión, es una de las limitantes de la tan mencionada libertad de expresión, que en realidad no existe como tal, y por lo contrario, es sólo una forma de complicidad con otro tipo de intereses para mantener al público tranquilo, sin hacerse preguntas de nada y aceptando todo como viene.
Regresando al tema, y no sé qué tanto contacto tenga usted con jóvenes, pero al escuchar pláticas fuera de las escuelas, el tema de la virginidad es uno de los más tocados, sobre todo en el sentido de que quien llega a la mayoría de edad siendo virgen, es considerado como anticuado, tonto, y hasta es objeto del rechazo del grupo, de tal manera que los jóvenes buscan a como dé lugar tener relaciones sexuales con la única finalidad de poder decir que ya no son vírgenes y poder ser considerados como "experimentados".
Me llega a la mente un caso que me platicó mi padre, de un compañero suyo de escuela, que para poder presumir a los demás de "experimentado", acudió a una prostituta. El caso es que este joven (que ahora debe tener entre 60 y 65 años), obtuvo como "premio" adicional a su "proeza" una tremenda sífilis que lo afecto de la escuela algunas semanas.
Padre y madre de familia, estas no son travesuras de juventud, son situaciones que se deben evitar al máximo, ya que antaño los riesgos de contagio quizá se curaban con penicilina, pero piense usted que el SIDA no tiene cura y es mortal. Ahora bien, ¿qué nos dicen los medios de comunicación al respecto? Escuchamos una y otra vez la recomendación del uso del condón para evitar contagios, es decir, se fomenta la inquietud, pero con "precaución" y me pregunto, ¿por qué no se recomienda también la abstinencia? ¿Es que acaso no podemos refrenar nuestros apetitos sexuales y entregarnos a quien será nuestra pareja de por vida? Tal parece que para quienes organizan este tipo de campañas la respuesta es "no". Peor aún, si uno se atreve a proponer la abstinencia, de inmediato se es tachado de intolerante y de fanático religioso. Lanzo otra pregunta: ¿son ellos tolerantes al actuar de esa forma?
NO HAGAMOS CASO OMISO
Yo quisiera que este mensaje fuera precautorio de algo que puede ocurrir, pero la realidad es que se rata de situaciones que se vienen dando y repitiendo aun e hogares cristianos. Y viene otra vez la pregunta: ¿A quién responsabilizar? Los actores de este conflicto no sólo son los jóvenes, inquietos y rebeldes por naturaleza, sino también padres que no supieron o no quisieron educar adecuadamente a sus hijos en aras de una libertad mal entendida. Hay montones de ejemplos de padres que dicen haberles dado "todo" a sus hijos que ahora no comprenden por qué la rebeldía y por qué ese descontrol en sus vidas.
¿Tienen la culpa los medios de condicionamiento? Sería muy fácil decir que sí, pero con una educación bíblica adecuada, un joven podrá discernir sobre lo que le ofrece el mundo y lo que Dios quiere de él. Ciertamente, soy un convencido de que una sociedad tiene el gobierno y los medios que merece, una sociedad que no cuestiona, es una sociedad títere que puede ser manipulada al antojo de las filosofías en boga. Usted decidirá finalmente si se convierte en estadística o en factor de cambio.
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