martes, 26 de agosto de 2014

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena (Ñ) (Publicado originalmente el 17 de noviembre de 2009).

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena
Por Héctor Marín Segura
Ñ

ñacañaca. En mi niñez, recuerdo que en algunas historietas, me parece que en las de La Bruja Maruja, una de sus enemigas malas (se supone que Maruja era una bruja buena) solía decir la palabra ñacañaca cuando alguna travesura o alguna maldad se le ocurría. Este apartado no es de ninguna manera un tratado sobre brujería o hechicería, prácticas que Dios abomina, pero llama la atención el punto de tan peculiar voz: "ñacañaca", la cual en México y en otros países suelen usar a manera de broma quienes están a punto de hacer una travesura o cometer alguna maldad o broma juguetona. El individuo en cuestión acompaña casi siempre esta palabra frotándose las manos como vemos en las películas de terror a los malvados de las historias pero realmente no hay nada de que espantarse.
ñango. Al individuo flaco y debilucho, los niños en México suelen decirle que está ñango. Estar ñango es una verdadera monserga: casi nadie quiere que te integres a las actividades deportivas de conjunto porque tu supuesta debilidad sólo estorbará al buen funcionamiento del grupo y eres blanco de las burlas de los demás niños que por regla general, son más llenitos y fuertes. El ñango por ende tiene una percepción muy lastimera de sí mismo y está convencido de que no le queda otra que ser un apartado de la sociedad. Evita las fiestas, y cuando va creciendo y tiene que desempeñar actividades deportivas en la escuela en las que tiene que usar ropa adecuada como lo es un short o pantalón corto, el ñango prefiere fingir sentirse enfermo o cosas parecidas para no ser el objeto de las burlas por sus piernas flacas y sus brazos delgados que regularmente no llaman la atención de las chicas, a quienes les gustan más los jóvenes atléticos o de complexión robusta. El ñango de los años 60-70, sentía sin embargo que su maldición podría llegar a su fin sin necesidad de mayor esfuerzo y sin duda ése fue uno de los puntos que Charles Atlas supo explotar en su publicidad donde un alfeñique de 44 kilos podía ponerle un "hasta aquí" a un fanfarrón que lo molestaba en la playa y así poder conquistar a una joven que anteriormente sentía lástima por él. Lo importante es sin duda, hacer ejercicio a la edad que sea, aunque para ello no es necesario ir a un gimnasio -gym, como le llaman los de mentalidad colonizada- y cargar pesas, mancuernas y ocupar bancos de ejercicio y demás aparatejos que lejos de ayudarles pueden, si no se tiene cuidado, provocar problemas peores como hernias o desviaciones de discos, luxaciones y demás. Basta con caminar o correr un poco y sobre todo alimentarse bien, llevar una dieta adecuada, dormir y descansar correctamente y de esta manera, sin llegar a ser unos Charles Atlas, Lou Ferrigno o Schwarzenegger, podemos ser unas personas normales, pero jamás convertirnos en unos patéticos ñangos.
ñáñaras. En un sketch de "Los Hermanos Lelos", los extraordinarios cómicos Enrique Cuenca y Eduardo Manzano, conocidos como "Los Polivoces", utilizaban constantemente la palabra "ñáñaras". El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, consigna a la "ñáñara" como pereza, pero para el Brevísimo Diccionario Marín de la Docena, denotan más bien una sensación de nerviosismo que puede tener origen no determinado. Las ñáñaras lo mismo pueden sentirse cuando un individuo por fin puede orinar tras horas de no hacerlo, que cuando tiene una sensación de inseguridad al pasar de noche por una calle desconocida o al ver a una chica que llama poderosamente su atención. Las ñáñaras pueden ir acompañadas de escalofríos y generalmente, según parece, son más los hombres quienes las sienten, pues son pocas las ocasiones en las que se ha observado a una mujer diciendo haber tenido este tipo de sensación, al respecto, sin embargo, habría que investigar más a fondo para llegar a una conclusión definitiva, por lo pronto, el tema está a debate para que los estudiosos de la fisiología humana lleguen al meollo del asunto.
ñero. En otros tiempos esta palabra era el apócope de "compañero" y denotaba precisamente eso, compañerismo y camaradería entre la gente de los estratos bajos de la sociedad así como entre los criminales y hampones. Con el tiempo, "ñero" a adquirido una denotación distinta y se usa entre las clases medias y altas para definir a individuos de estrato bajo, origen humilde y poca educación, casi como sinónimo de "naco", palabra empleada con frecuencia en el habla mexicana con el mismo fin despectivo. A su vez, en los barrios bajos, "ñero" adquiere también un dejo peyorativo y se utiliza para expresar rechazo hacia un individuo o definirlo como alguien de poca estima. El ñero no tiene lugar en ningún lado y su presencia no es bien recibida, el ñero tiene la opción de retirarse, antes de que su estancia en un lugar cause mayor molestia y ésta culmine en la violencia.
ñoñez. La ñoñez está asociada a la simpleza y a la cortedad de ideas. Abundando más, el ñoño es un individuo aniñado y apocado que nunca se atreve a ir más allá de lo permitido y a veces no avanza tampoco dentro de los límites de lo permitido. Muchos consideran ñoño al individuo que hace las cosas tal como le son mandadas o impuestas o al individuo que sigue al pie de la letra todas los convencionalismos sociales como saludar al entrar a un lugar; ceder el asiento a una señora grande o a una persona mayor en el transporte público; ponerse de pie cuando el maestro llega al salón de clases; llegar temprano al centro de trabajo; etcétera. Para las mentalidades supuestamente "liberales", todo lo anterior son actitudes propias de un ñoño o de alguien que practica la ñoñería. De entrada el ñoño no es bien visto por ser bien portado y educadito, lo cual desagrada especialmente a los jóvenes que pasan por varias etapas de rebeldía a lo largo de su desarrollo. En el cuadro de honor de la ñoñez se encuentran, por supuesto los cristianos, para muchos, individuos ajenos a la diversión y a las ganas de vivir que acostumbran, en sus fiestas y reuniones no poner música para bailar con los ritmos de moda como el reguetón o la quebradita y mucho menos la lambada. No obstante ese horror, los cristianos en sus fiestas limitan mucho el consumo de bebidas embriagantes y en ocasiones prescinden de ellas, por lo que a sus reuniones sin duda les falta ambiente. Estos sujetos seguidores de Cristo, además procuran emplear un lenguaje apropiado y no es común escucharlos contando cuentos colorados, lo que los hace ver como gente amargada y nada divertida. Para colmo, muchos de ellos suelen orar por los alimentos y poco falta para que quieran repartir bendiciones a todos los presentes cuando a lo que va la gente a una fiesta es a ver "qué pesca uno por ahí". A todo esto, las chicas cristianas tienen la gracia de una ostra, pues es difícil llegar a ver a alguna de ellas en minifalda o por lo menos algo escotadita para tener una vista agradable, si bien no se visten de monjas, van lo suficientemente tapadas como para siquiera poder imaginar algo. Tampoco fuman y bueno, en consecuencia, los cristianos para los demás, son una bola de ñoños. Y yo, me siento orgulloso de ser uno de ellos.
ñor. Nos encontramos ahora con el apócope de "señor". Cuando yo era un jovencillo de unos 17 o 18 años, recuerdo que nos referíamos a los demás hombres que ya eran casados y con responsabilidades familiares, como "fulano de tal ya es señor", queriendo decir con eso que ya no podía llevar una vida como la nuestra pues tenía que trabajar y mantener una casa. Ha pasado el tiempo y ahora que voy a comprar alguna cosa a la calle, jóvenes de 17 o 18 años suelen decir, al verme, "atiende al ñor" o "¿qué se le ofrece, don?" Ahí me doy cuenta que el paso de los años es notorio e imperdonable y no me queda sino aceptar que ya soy un ñor o un don y que el paso que sigue es llegar a ser un "ruco", o sea un viejo. No es otra cosa que el ciclo de la vida, que avanza a veces sin que nos demos cuenta cabal de los cambios que vamos experimentando con el paso de los años. Los ñores, por regla general tienen poco pelo o ya carecen de éste, ostentan la curva de la felicidad (vulgo están panzones), y efectivamente, se dedican a trabajar para llevar dinero a su casa. Es curioso que mientras que en otros tiempos ver a un señor o a un "ruco" implicaba tratar a éstos con respeto, aunque no nos cayeran bien, en la actualidad la falta de valores y el bajo nivel de educación que exhiben los jóvenes hace que los chicos tuteen a los mayores como si fueran sus cuates o camaradas. A pesar de todo, hay que acostumbrarse a ser ñor o a ser ñora en el caso de las mujeres y vivir la realidad tal cual, esto no quiere decir que no sigamos viviendo con dignidad y siendo útiles para nosotros mismos, para nuestras familias, y por supuesto, a Dios.

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena (N) (Publicado originalmente el 7 de noviembre de 2009)

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena
Por Héctor Marín Segura
N


nacer de nuevo. No sin sorna o algún dejo de burla, algunas personas que no conocen el evangelio se refieren al nacer de nuevo como una reverenda tomada de pelo por no decir algo peor. ¿A qué nos referimos los cristianos evangélicos cuando hablamos de nacer de nuevo? En el Evangelio de San Juan, en el capítulo 3 versículos del 3 al 5, encontramos a un hombre llamado Nicodemo dirigiéndose a Jesús y reconociendo en él a un maestro enviado por Dios. Nicodemo parecía querer saber más sobre la doctrina que predicaba Jesús y recibió del Señor por respuesta una enigmática y desconcertante frase: que para ver el reino de Dios, hay que nacer de nuevo. Nicodemo, fariseo él, debió pensar que Jesús le hablaba en clave o que definitivamente se burlaba de él. Como hombre centrado en la vida material y proveniente de un grupo judaico (los fariseos) en el que la idea de salvación consiste en hacer buenas obras (al respecto hay una tradición talmúdica que señala que las buenas obras que realizamos se convierten en ángeles y esto nos sirve para hacer méritos ante Dios), Nicodemo no puede entender eso de nacer de nuevo y él piensa que Jesús tal vez se refiere a que debe estar nuevamente en el seno materno, lo cual es absurdo. ¿A qué se refería Jesús entonces? La enseñanza que Jesús nos da es que no basta con ser un conocedor de la Palabra de Dios para poder ir al cielo (Nicodemo era un erudito al respecto); no basta con estar bautizado; no basta con pertenecer a alguna de las sociedades o ministerios de nuestra iglesia; no basta saberse los himnos o cantos de memoria y bien entonados; no basta, repito, no basta con nacer en una familia cristiana; no basta con asistir a la iglesia domingo a domingo, sino que, lo verdaderamente importante es poner en práctica lo que la Biblia nos enseña y buscar que en nuestra forma de ser se opere un cambio que nos regenere y nos transforme en personas distintas de las que éramos antes de conocer el evangelio. No se trata de un cambio mágico e inmediato, al igual que en el nacimiento físico, el nacimiento o la regeneración espiritual conlleva un crecimiento paulatino que nos lleva a convertirnos en personas distintas de las que éramos. Esto, por supuesto no es fácil. Satanás busca por todos los medios ponernos obstáculos que impidan ese cambio y es ahí donde debemos tener una disciplina férrea respecto a la vida que queremos tener, y sobre todo, no soltarnos de la mano de Cristo, aferrarnos a ella y estar dispuestos a eliminar aquellos gustos, prácticas o manías que afectan nuestra relación con Dios.
natalicio. La noticia del nacimiento de un bebé es casi siempre una buena noticia. Digo "casi siempre", porque en nuestros tiempos y aun en tiempos anteriores se da la ocasión del nacimiento de niños no deseados o no planificados. Sin embargo, viéndolo desde el punto de vista positivo, el natalicio de un pequeñito es sin duda una bendición de Dios para los padres y la oportunidad y la responsabilidad de encaminar a un nuevo ser en este difícil camino que llamamos vida. Cuando un bebé nace la casa adquiere un aroma distinto y hasta los colores de las cosas se ven diferentes. Las texturas de las sabanitas y cobijas en las que envolvemos a nuestros pequeños son tan suaves como la piel de éstos y nos empezamos a familiarizar con música y figuras infantiles. Aunque los años pasan y los niños dejan de ser unos bebés, no dejamos de recordar con cariño el día que nacieron y la satisfacción tan grande que tenemos quienes hemos sido bendecidos con un hijo.
Navidad. Aunque la Navidad se ha vuelto cada vez más una fecha del calendario comercial, no hay que olvidar que la Navidad es la fecha en que se conmemora el nacimiento del Salvador de la humanidad, quien tendría que ofrendar su vida para la redención de nuestros pecados. Reconozco que los primeros años de mi vida, la Navidad significó esperar la llegada de Santa Claus y con él los deseados juguetes que satisfarían mi necesidad de sentir que era una Navidad plena y completa. Esto se acrecentaba pues año con año íbamos a casa de mis tíos y abajo del árbol había siempre regalos para todos, de manera que regresábamos a casa cargados de cualquier cantidad de juguetes, ropa, dulces, libros y demás regalos como pocas veces he visto. Algo adicional era poder compartir con mis primos una rica cena donde el bacalao nunca faltó y después nos disponíamos mi hermano y yo a jugar un partido de futbol contra mis primos. Cuando vivía el abuelo de ellos (es decir, mi tío abuelo) todos, chicos y grandes éramos llamados por el general, quien nos daba un pequeño sobre que contenía un billete de alguna denominación nada despreciable. Pese a que se podría pensar que eran unas navidades muy "materialistas", lo cierto es que las disfrutaba muchísimo y la alegría desaparecía al otro día al tenernos que levantar muy temprano para disponernos a salir de viaje rumbo al estado de Veracruz con miras a pasar el año nuevo con mi familia materna. Eso hacía que no pudiera disfrutar de mis recién adquiridos juguetes, pero en cambio podía ver a mi queridísimo primo Julio y jugar con él. Con el paso del tiempo me he encontrado con muchas y diversas formas de celebrar la Navidad y muchas van desde el hipócrita abrazo que se da por compromiso en la oficina, hasta expresiones en las que no falta quien hace alarde de lo que gasta en regalos y chucherías. A estas alturas, he comprendido el daño que el verdadero sentido de la Navidad ha sufrido a manos de gente que ve en ella la oportunidad de ensanchar sus arcas a costa del sublime regalo que Dios hizo a la humanidad. Aceptemos que el mundo actual, la gente en general está mayoritariamente ajena a esta dichosa dádiva y se desvive por la cena, los regalos y los adornos y Jesús, la piedra angular del festejo en cuestión, pasa a un segundo término, o de plano ni siquiera es tomado en cuenta, lo que me lleva a pensar que no importa la cena ni nada de esas cosas que a final de cuentas resultan superfluas, sino hacer énfasis, al menos ese día, en el nacimiento del Redentor del mundo.
necesidad. Para algunas personas es difícil aceptarlo, pero todos tenemos necesidades. Para unos son mayores, para otros menores, pero siempre nos hace falta algo. Quizá se deba al estilo de vida que llevamos donde mientras más se tiene mejor es nuestra posición ante los demás. Sin duda a todos nos gusta tener más, a todos nos gusta saber que tenemos la oportunidad de mejorar y lograr más de lo que ya tenemos. La necesidad, como afirmaba renglones arriba, varía de un individuo a otro, y hay quienes tienen necesidades esenciales pues no saben si van a comer o no el día de hoy. Cuando existen ese tipo de necesidades, las personas se sumen en un mar de confusión, desesperación y llegan a extremos no deseados con tal de conseguir aquello que necesitan. De ahí, podemos partir para comprender el por qué de muchos de los males que nos aquejan como sociedad como son la prostitución, el narcotráfico, el contrabando, el alcoholismo, la drogadicción y las razones por las cuales su erradicación es tan difícil. Por supuesto que esto no quiere decir que vamos a justificar que quienes tienen alguna necesidad imperiosa se vean muchas veces en este tipo de problemáticas, pero todo parte en especial del vacío espiritual que vive nuestra sociedad contemporánea. La falta de fe y de esperanza trae consigo la destrucción de los valores más elementales del ser humano hasta llevarlo a los límites más bajos a los que puede llegar un ser humano. Todos vivimos pensando, en diferentes momentos de nuestra vida, que necesitamos, para ser felices, satisfacer nuestras necesidades alimentarias, económicas, lúdicas y demás, y pocas veces tomamos en cuenta que lo que realmente necesitamos es tener a Dios de nuestro lado. Primero, claro, tendríamos que orar por tener fe y luego establecer contacto con el Señor para que, por medio de su gracia, podamos enfrentar las batallas cotidianas que incluyen la satisfacción de nuestras necesidades materiales, creyendo firmemente en Dios y aferrándonos a Él, todo lo demás -es su promesa- viene por añadidura.
Neverland. Sin duda la muerte del cantante y bailarín Michael Jackson ha sido una de las noticias que ha sacudido al mundo especialmente por lo sorpresivo que fue para todos la desaparición del Rey del pop. Algunos ya lo sabían y otros apenas se enteraron a raíz de su muerte, que Jacko, como también se le conocía, fue un niño con una infancia frustrada por un padre abusivo y desconsiderado que vio en Michael y sus hermanos una forma de hacerse millonario a costa del trabajo excesivo al que se vieron expuestos. Michael fue un niño que fue creciendo sin vivir como tal, no salía a jugar con sus vecinos, no gozaba de sus juguetes y lo único que sabía era que al ensayo de hoy, seguía la presentación de mañana y así sucesivamente. Cuando creció, Jacko quiso recuperar su infancia construyendo dentro de su propia casa -un terreno adquirido con su propio dinero- un enorme parque de diversiones estilo Six Flags para su uso personal. Neverland, pues, vendría a significar un reflejo de la megalomanía de un hombre con dinero, pero a la vez un monumento a una infancia traumática y llena de penurias. Mucha gente lleva un Neverland en su alma, y eso le lleva a realizar cosas que no tienen coherencia o una aparente razón de ser. Si esas personas tuvieran la oportunidad de realizarlo, ¿cuántos Neverland habría en el mundo?
niñez. "Infancia es destino", suelen decir los entendidos en materia de pedagogía y quizá tienen razón. Los niños, como futuro de la humanidad son la esperanza de un mejor planeta si los educamos de adecuadamente y les damos mejores herramientas para su desarrollo. Hay padres que sin embargo, no ven o no quieren ver esa realidad y dejan a sus hijos en las manos de "Papá Gobierno" en lo que respecta a su educación, sin hacer el mínimo esfuerzo para logar o conseguir mejores cosas para sus hijos. Otros, les llenan la cabeza a los pequeños con estúpidas ideas clasistas que en poco o en nada ayudan a que sus hijos tengan una sana convivencia con las demás personas. Lo malo de la niñez es que se va pronto y la inocencia con ésta. Los juegos, la candidez y la transparencia van desapareciendo y la persona adquiere nuevos hábitos y costumbres que pueden ser a veces malos o a veces buenos. Lo importante es no dejar de hacer nuestra tarea como padres de familia y hacer lo posible por formar buenos creyentes, buenos hijos y buenos ciudadanos.
no. La palabra "no", es difícil de aceptar. Son sólo dos letras y a veces en eso se nos va la vida. ¿Qué tal cuando nosotros la pronunciamos? El "no" puede ser un instrumento de poder y también de alejamiento. Lo importante del no, es emplearlo cuando sea necesario y hacerlo con firmeza; que nuestro sí sea sí y nuestro no sea no.
nombre. Cuando nace un pequeñín el nombre que llevará puede convertirse en motivo de acalorados debates y hasta amargas discusiones. Lo mejor al respecto, es tratar de llegar a un acuerdo y sobre todo, que sean los padres quienes escojan el nombre que sus vástagos habrán de llevar, ya que luego intervienen incluso personas que nada tienen que ver y se inmiscuyen en el tema. Entre algunas familias cristianas, por ejemplo, está extendido el uso de nombres de personajes de la Biblia, aunque para ello en ocasiones llegan a extremos ridículos como abrir la Biblia, y de inmediato señalar con el dedo equis versículo para tomar de ahí el nombre que llevará el bebé, de manera que no falta en alguna de estas familias quien se llame Baal, Faraón o Goliath. Si bien son nombres que aparecen en la Biblia, se trata de personajes que de ninguna manera adoraban a Dios. Hay quienes al estilo de las abuelas católicas que se regían para esos menesteres según el santoral, nombran a sus hijos según corresponda al santo del día en que nacieron, de manera eran comunes nombres considerados poco bonitos como Restituta, Pánfilo, Lamberto o Hildegarda. No faltaba también la familia que sin saber ni siquiera el significado del nombre que estaban imponiendo, que caía en el ridículo absoluto, por ejemplo, cuando el niño o niña nacía un 20 de Noviembre y le llamaban como aparecía en el calendario "Aniv. de la Rev."., que no es otra cosa que el aniversario de la Revolución Mexicana. Los nombres también obedecen a modas que se van dando con el paso de los años. Según Pilar Ortega, de la revista Círculo Mixup, al menos en México, las familias dejaron de emplear los nombres según el calendario y comenzaron a "rescatar" los nombres prehispánicos como Cuitláhuac, Xóchitl, Tizoc o Cuauhtémoc, entre muchos otros. Posteriormente, relata Ortega, llegaron después los tiempos modernistas y con ellos los nombres con diminutivos anglófonos como Patricia (Paty), Gabriela (Gaby), Eduardo (Edy) y así por el estilo. Ortega consigna que después aparecieron los nombres compuestos como Poberto Raúl, David Andrés, Carlos Antonio y así por el estilo. Llegados a los tiempos de la globalización, aparecieron en tierras aztecas los nombres rusos y escandinavos como Tatiana, Iván, Erik, Natasha, Sasha, y Olga; luego los nombres en inglés: Jonathan, Elizabeth, Jessica, Jennifer, Jacqueline, etc. Señala Pilar Ortega que luego entró una nueva oleada reivindicadora de nuestras raíces coloniales y comenzarona aperecer los Imanoles, Rodrigos, Jimenas, Jordis, Ikers y Sofías. Ya entrados en el nuevo milenio, Pilar Ortega comenta que los nombres tienen como denominador común el exotismo y "los niños se llaman ahora Deyanira, Nayeli, Mara, Soraya, Amir, Alan, Patricio, Huitzilihitl". Es todavía común la práctica de los nombres compuestos, pero éstos pueden ser completamente exóticos o bien mixtos, es decir, resultan de combinar dos nombres en lenguas distintas como podría ser Carolina Lady, Brian Emmanuel, Jordi Miguel, Xóchitl Karla, Irving Cuauhtémoc y mil combinaciones a cual más de cacofónica y kitsch, aunque hay que decir también que cada familia tiene la libertad y esto hay que respetarlo, de ponerle a sus hijos el nombre que les venga en gana, pero no estaría mal que antes de hacerlo tomaran en cuenta el contexto en el que se desenvuelven, la forma correcta de escribirlos, ya que al menos un nombre con diferentes grafías como por ejemplo Aideé, Aidé, Haydé, Ahideé, Aydhé y demás, lo que puede causar confusión ya sea en su pronunciación o por la como se escribe, lo cual puede incluso ocasionar para ese niño en el futuro una serie de problemas de índole legal, especialmente a la hora de tramitar algún documento importante. Creo también que hay que tratar que haya armonía con los apellidos, ya que no es lo mismo un Karlheinz Müller, que un Karlheinz Gutiérrez, o un Cuitláhuac Rogers, que más suena a nombre de personaje de historieta que al nombre de una persona, que es algo que debe imponer seriedad ante los demás pues es la forma en que el resto de la sociedad nos conocerá y nos llamará. Pensar que un nombre mejorará el destino de una persona es algo completamente erróneo, hay quienes creen que el futuro de un Brian o de un Kevin o de una Janette será mejor que el de un Pablo, un Felipe o una María, sin embargo no es el nombre el que los va a colocar en una mejor situación social, sino lo que ellos con su propio esfuerzo lleguen a lograr, en dado caso, al menos en países como México no es el nombre el que abre más las posibilidades de sobresalir en lo laboral o en los negocios, sino el apellido, y ahí sí pesa más alguien apellidado Servitje, que un Gutiérrez o un Pérez, pero eso ya es otro tema.
nostalgia. Esta nostalgia nos remite a cierta melancolía por los tiempos ya idos. De ahí la frase popular que dice "todo tiempo pasado fue mejor". ¿Realmente será a sí? En lo personal no lo creo del todo. Efectivamente, hay cosas a lo largo de la vida que uno valora y que al tiempo de ya no contar con ellas, se siente cierta añoranza pero no por eso nos vamos a quedar encasillados en tiempos y personas que ya no se pueden recuperar o que forman parte de un pasado sin retorno. La nostalgia no es mala, por supuesto, los buenos recuerdos cuando vienen a la mente nos alegran si no el día por lo menos el momento y aunque son fragmentos irrecuperables de nuestra existencia forman parte de nuestra historia y de quienes somos. Mientras que individuos enajenados y de cuestionable capacidad mental como Vicente Fox, ex Presidente de México, dicen que "la nostalgia no produce", otros, como el periodista Jorge Saldaña (que por cierto tuvo un programa televisivo con el nombre de "Nostalgia"), lamentan tales opiniones pues piensan que en la actualidad le otorgamos valor "sólo a lo que puede convertirse en dinero".En cierta medida tiene razón, pues como hemos apuntado en diferentes artículos y en temas de este mismo diccionario, vivimos en una sociedad orientada hacia el éxito basado en posesiones materiales o posiciones de poder. Es curioso, por ejemplo, el fenómeno de la "ostalgia", que tiene lugar en las regiones de lo que alguna vez fue Alemania del Este (ost, en alemán), donde gente que vivió la brutalidad del régimen germano oriental de pronto pareciera querer regresar el tiempo y volver a la época anterior a la caída del Muro de Berlín. Visto desde lejos, podríamos pensar que tal nostalgia es sólo un indicio de estupidez, de falta de memoria histórico ante lo que fue un Gobierno represivo y corrupto, pero podríamos también ponernos a pensar que quizás esos ostálgicos formaron parte del enorme e inútil aparato burocrático de la Alemania del Este o quizá son parte de los miles de afectados por el cambio de una forma de vida a otra de manera abrupta. Pero esto son sólo especulaciones a miles de kilómetros de las tierras germanas. Lo cierto es que la nostalgia sí puede representar la oportunidad de hacer negocio y prueba de ello es la moda retro, que se da lo mismo entre los equipos de futbol que utilizan playeras que empleaban hace 20 o 30 años o las estaciones de radio que surgen por doquier para dar gusto y traer recuerdos a cuarentones y cincuentones en edad, precisamente, de consumir cuantos productos se anuncian en dichas estaciones. Una nostalgia bien entendida o asimilada, es pasajera. Puede ser un sentimiento momentáneo donde se extraña algún buen momento o algún buen amigo, pero cuando la nostalgia es recurrente entonces el individuo tendría que replantearse el momento que está viviendo aquí y ahora, pues vivir en el pasado, eso sí que no produce.
novato. Jugar el papel de novato es uno de los retos que nos toca desempeñar en algún momento de nuestra vida. Lo somos cuando vamos por primera vez a la escuela o cuando entramos a un trabajo que desconocemos y de cada una de esas situaciones tenemos que ir aprendiendo poco a poco, a veces sobre la marcha, hasta poder adquirir la experiencia necesaria. El novato va perdiendo el miedo y la constancia, el estudio, la disciplina y el esfuerzo, así como la práctica, lo irán convirtiendo en un experto. Por ello es importante que el novato tenga paciencia para aprender, humildad para aprender a escuchar una orden o quizá un llamado de atención, pues muchas veces las cosas no son en la práctica iguales a como nos fueron planteadas en nuestras escuelas o como nos dijeron nuestros padres que eran las cosas.
nuevo. Puede ser nuevo un objeto que adquirimos o una persona que llega por vez primera a un lugar. Cuando se trata de objetos, lo novedoso suele ser interesante, atractivo, cuando se trata de personas el nuevo a veces, sin saberlo, puede ser un enemigo en potencia, un competidor o un obstáculo en el camino. Lo nuevo resulta en ocasiones algo desconocido y por esa razón hay quienes prefieren ir descubriéndolo poco a poco para después poder formarse una opinión. Nuevo o no nuevo, cada persona tiene un valor y no es bueno juzgar a la ligera a nada ni a nadie.
nunca. Parecido al "no", "nunca" trae la connotación de algo que no ocurrirá, de lo que no tendrá lugar. Hay que tener cuidado con el "nunca", pues hay quienes suelen hacer juramentos y prometer que nunca harán esto o lo otro, y llega el momento en que quebrantan sus propios dichos. Un ejemplo sobre esta fragilidad de las promesas humanas y el uso de la palabra "nunca", nos sirve para ejemplificar lo descrito renglones atrás y lo encontramos en la Biblia en Mateo 26:30-35: "30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas. 32 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. 33 Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. 34 Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 35 Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo." Como vemos, Pedro empleó la palabra "nunca", y el resto de esa historia es de todos conocido. Cuidado cuando digamos "nunca".

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena (M) (Publicado originalmente el 19 de septiembre de 2009).

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena
Por Héctor Marín Segura
M

madre. Sin duda una palabra entrañable que trae consigo cualquier cantidad de recuerdos y referencias de abnegación, perseverancia, sacrificio y muchas otras cosas que rodean a la figura materna. En México la madre es una mujer que vive una ambivalencia existencial: Puede significar lo máximo a nivel social pero al mismo tiempo es el objeto de las ofensas que se profieren a lo largo y ancho del país. En algunas familias la madre es el principio y el fin y su palabra es ley, estableciendo matriarcados que se van generalizando en la configuración social debido al número creciente de madres solteras. La madre es admirable porque en la práctica, se va haciendo economista, maestra, enfermera, cocinera y en muchos casos sostén de la casa. Curiosamente, el 10 de Mayo, Día de la Madre en México y algunos otros países de América Latina, la madre no la pasa tan bien que digamos: Los restaurantes, cines, teatros y hasta los parques, lucen abarrotados y hay que hacer fila para finalmente comer mal, tarde y caro. A muchas madres les parece ofensivo también que ese día, a sus hijos se les ocurra regalarles algún aparato de cocina como una plancha o una licuadora ya que preferirían que se les regalara algún cosmético o accesorio para su uso personal. La madre sin duda es fundamental en nuestras vidas y debemos disfrutarlas y quererlas lo más posible mientras podamos tenerlas a nuestro lado.
mascota. En las grandes ciudades, no toda la gente puede gozar la compañía de una mascota. Al decir esta palabra generalmente se tiende a imaginarse un perro o un gato, pero las alternativas para tener una mascota pueden ser muy variables también dependiendo de nuestros alcances económicos, el espacio físico con que contemos, así como -por supuesto- nuestros gustos. Recuerdo por ejemplo al lorito que tenían por mascota mis fallecidos vecinos Lolita y Pepe, unos señores mayores que se divertían con el parlanchín animalito. Como muchos niños sin jardín, yo tuve varios animalitos en casa que por un sinnúmero de razones no estuvieron mucho tiempo con nosotros y es así como recuerdo varios pecesitos de esos de río que alguna vez tuvimos en una esfera de cristal, así como pollitos y especialmente me viene a la memoria un patito que amaneció muerto al día siguiente. Con el correr de los años tuve una ardillita Ardi, que encontró una muerte trágica tras haberse escapado de la jaulita donde estaba. Antes, tuvimos apenas unos días al que fuera mi primer perrito Pinto, el cual mis padres terminaron regalando a una familia que hasta el nombre le cambió por el de "Pecas", debo reconocer sin embargo, que el cambio le vino bien al simpático perrito quien vivió una buena vida con esa gente. Más adelante, ya más grandes mi hermano y yo instalamos un acuario de buen tamaño en la casa con peces de diferentes razas: Guppies, guramis, tetras, kuhlis, cebras, ángeles, plecostomus, neón, betas, molinesias, platties, y otros, entre los que recuerdo especialmente uno llamado chupa algas y un cometa que me encantaban sobre todo porque eran los líderes del acuario. Nuestro vivero de peces duró varios años. Ya más adelante y habiéndonos cambiado de casa, tuvimos una perrita, Sissy, que lamentablemente murió víctima del parvovirus, casi al mismo tiempo tuvimos a Rubik, una preciosa perra de raza vizsla, así como Vanessa, un ejemplar de pastor belga. Paralelamente tuvimos en casa a un gatito llamado Tino, a quien no le daban mucha esperanza de vida pero que vivió en casa durante algunos años. Pasó el tiempo y esas mascotas murieron. Posteriormente aparecieron en la casa Chuchus, una traviesa gatita moteada que a final de cuentas vive en casa de mi vecina de al lado, así como Chiquis y Canela, esta última tuvo que ser sacrificada pues estaba seriamente invadida por la sarna. Nos han hecho compañía también pajaritos como RayitaChifladínChillón y Bonita, que en la actualidad es la mascota que vive en nuestra casa. Ocasionalmente Visicoli, una colibrí, viene a la casa a darse sus vueltas. En fin, cada quien tiene las mascotas que más le gustan como mi prima Pussy tuvo una tarántula o Karina su chinchilla o Carlitos y Liliana su tortuga. La cosa es ser responsable de su alimentación y su limpieza y estar atentos a que si tienen algún problema de salud, sea atendido oportunamente. Una cosa muy importante es saber escoger un buen veterinario que cobre lo justo y que haga su trabajo con profesionalismo y conocimiento de lo que está haciendo. Tener un animalito sano va más allá de que huela bien o esté limpio y bien peinado. Veo como un fenómeno recurrente que la gente prefiere gastar en un corte de pelo para su mascota pero deja de lado las vacunas que son tanto o más importantes. Asimismo, veo en las calles de colonias como la Del Valle, montones de personas siguiendo el dictado de la moda y no un verdadero amor por los animales, así que como la moda dice que el schnauzer es lo de hoy, todos anhelan tener uno. No se trata de andar como autómata siguiendo lo que la moda dice, sino considerar el costo del animalito, de su mantenimiento, el tiempo que se le dará para estar con él, jugar y pasearlo, así como el espacio físico que habrá de ocupar en la casa para comer y hacer sus necesidades, todo eso y quizá algunos otros detalles más importantes que tener o no un perro de raza, pues al igual que éstos, un perrito corriente sabe igualmente mover la cola y brindar amor a sus amos.
matemáticas. Por algún motivo, existimos personas que parecemos estar peleados con determinadas disciplinas, como son, en este caso, las matemáticas. Uno pensaría que basta con saber efectuar las cuatro operaciones básicas que son la suma, la resta, la multiplicación y la división, para poder desempeñarse en la vida, pero los planes de estudio escolares van más allá y nos endilgan factorizaciones, quebrados, trigonometría, geometría plana con coordenadas, cálculo y estadística entre otras muchas cosas que a algunos, sólo vienen a complicarnos la existencia. Entiéndase que el hecho que sea renuente al estudio de las matemáticas, no quiere decir que las considere innecesarias, de ninguna manera, por el contrario, si algo hace falta en México son especialistas en ciencias exactas como físicos, matemáticos, y expertos en disciplinas como las investigaciones en el campo nuclear, la aeronáutica y materias afines. La mala planeación y un deficiente diseño han traído un mediocre crecimiento en el área científica y tecnológica donde las matemáticas juegan un papel primordial. De ahí, que muchos como quien esto escribe, se hayan inclinado por cursar estudios donde las matemáticas parecerían no tener cabida. Sin embargo, durante años, el plan de estudios de la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva, incluyó materias como estadística y matemáticas. La mayoría pensamos -y al parecer no nos equivocamos- que la inclusión de estas materias era tramposa y funcionaba a manera de un obstáculo para ir "poniendo piedras" a los alumnos en su camino escolar. Lo cierto es que a la mayoría de la gente las matemáticas no le son precisamente una disciplina atractiva y en parte esto es un indicador del porqué México es un país tan atrasado en materia científica. Las matemáticas sin embargo deberían de ser no ese monstruo que espanta a los escolares sino como algo normal que nos acompaña a lo largo de nuestras vidas como cuando contamos nuestro dinero o dividimos gastos.
matrimonio. Algunos califican al matrimonio como una institución producto de los "valores decadentes de la burguesía". Otros lo ven desde la perspectiva de un falso liberalismo que pregona la libertad de los individuos sin necesidad de "un papelito que no sirve para nada" y que claman por lo cómodo y moderno que es unirse a la persona que se ama sin necesidad de establecer relación de obligatoriedad alguna. Para muchos más el matrimonio es un convencionalismo social inevitable que, llegado el momento hay que anunciar a los cuatro vientos en un despliegue sin precedentes de derroche económico para impresionar a los invitados con una novia ataviada con un costoso vestido, abundancia de bebidas embriagantes, orquestas o grupos musicales amenizando el festín, el infaltable mariachi que entonará románticas notas, platillos y más platillos que se servirán no sólo durante la recepción sino al término de ésta en lo que se ha dado en llamar "tornaboda" y un sinnúmero de elementos externos para demostrar el nivel y el poder económico de los contrayentes, independientemente del rito bajo el cual hayan decidido unir sus vidas. Lo cierto es que el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer, institucionalizado por Dios, que tiene como meta una garantía de compromiso y perdurabilidad. El matrimonio trae también consigo la procreación para que la especie humana siga al servicio del Creador a través de su tarea de sojuzgar la tierra. El matrimonio visto como un estado de vida, trae como toda actividad humana, momentos de gran satisfacción y armonía y también momentos de amargura, incertidumbre y enojo. Es la madurez la que nos va llevando por el matrimonio para aprender a "capotear" los malos momentos y establecer el mejor vínculo de afecto, calidez, comprensión y cooperación en los momentos buenos y en los momentos de dificultad, de esa manera aprendemos a compartir las experiencias en conjunto, tomando siempre en cuenta que al unirnos a otra persona, ésta y nosotros mismos, según dice la Biblia, nos convertimos en una sola carne, por lo que si somos dos que formamos parte de un mismo cuerpo, no vamos a cometer el error ni la injusticia de afectar al otro a sabiendas de que una mala decisión nuestra ya no nos va a afectar solamente a nosotros en lo individual sino al cuerpo completo que conforma el matrimonio.
médico. Cuando el cuerpo lo necesita, no queda de otra que ir al médico. Generalmente nadie va por gusto sino por necesidad. Quienes no tenemos acceso a un servicio médico de primera categoría, hemos tenido que experimentar los malos tratos, los pésimos diagnósticos y reprobable desatención que se da en los mal llamados Centros de Salud, así como el IMSS y el ISSSTE. Hay primero que esperar cualquier número de horas, máxime si se nos ocurrió enfermarnos de buenas a primeras y no lo habíamos previsto oportunamente. Una vez que se pasa a consulta, por regla general el médico hace unas cuantas preguntas y receta medicamentos que casi nunca hacen efecto con la rapidez requerida para poder reintegrarnos a nuestra vida laboral. Tratar de obtener una constancia de incapacidad por enfermedad en es poco menos que un triunfo, ya que si no presentamos en el momento de la consulta un cuadro de fiebre, tos con sangre o cualquier evidencia externa que indique que colindamos entre la vida y la muerte, el médico asume que "no tenemos nada" y que con los medicamentos prescritos mejoraremos y quedaremos "peor que nuevos". Afortunadamente no todos los médicos dan tan mala atención y es aquí cuando recuerdo el magnífico servicio que he recibido de parte del doctor Gonzalo Caballero cada vez que he tenido que ir a verlo especialmente en casos de problemas estomacales en los que es un verdadero especialista. Tras auscultar y hacer sus observaciones, el doctor receta medicinas que quizás no son baratas pero sí muy efectivas de manera que el malestar desaparece casi siempre en cuestión de horas siguiendo sus indicaciones. ¿Qué haríamos sin médicos? Probablemente experimentar tomándonos una infusión de esto y aquello arriesgándonos a empeorar. Si bien no todos los médicos son verdaderamente profesionales en el más amplio sentido de la palabra tomando en cuenta factores como responsabilidad, acierto en sus diagnósticos y verdadera vocación de servicio, no por algunos mediocres deben pagar todos, ya que hay quienes con su talento, entrega y profesionalismo, dignifican con creces su encomiable servicio de mantener la salud de los demás.
mentira. Dada la naturaleza pecaminosa del hombre, la mentira es una de las características que viene incluida en el repertorio de eso que llamamos humanidad. En mayor o menor medida todos hemos mentido alguna vez y quien diga lo contrario es un vil mentiroso. ¿Por qué mentimos? La pregunta se torna demasiado complicada especialmente porque el entorno de la mentira puede verse justificado, por ejemplo para no lastimar a alguien o para aminorar la pena que el conocimiento de la verdad pudiera causarle a otra persona, esto es lo que en ocasiones se da en llamar "mentiras blancas" o también "mentiras piadosas". Para Dios sin embargo, la mentira es una y carece de blancura o negritud, la mentira es una sola y no tiene justificación, por lo que debe ser castigada. La Biblia señala que Satanás es el padre de la mentira. Nos remontamos a los tiempos en que el engañador por excelencia, se atrevió a poner en entredicho la Palabra de Dios e hizo caer en su juego a un par de ingenuos con aspiraciones de poder llamados Adán y Eva, que irremediablemente fracasaron en su intento por pretender ser como Dios, arrastrándonos a todos sus descendientes al abismo del cual sólo nos puede salvar Jesucristo a través de su sacrificio redentor. La mentira es atractiva y hasta adictiva, pero mentir es hablar de algo que no existe y termina por causar estragos en nuestras vidas en mayor o menor medida. Nosotros tenemos la elección: Mentir o no mentir, agradar a Dios o no hacerlo. La decisión está en nuestra boca.
México. Precisamente por estas fechas México acaba de festejar 199 años de vida independiente. Sin embargo, es todo este tiempo, ¿qué podemos decir de México? Sería muy fácil describir su lado positivo y su lado negativo. Un gran país con una serie de ventajas geográficas, de recursos naturales abundantes, incontables riquezas arqueológicas, una nación con una enorme cultura y tradiciones, cuna de filósofos, escritores, políticos, poetas, hombres de guerra, madres abnegadas, administrado por políticos corruptos, gobernantes ineptos, gente deshonesta que se ha beneficiado del trabajo ajeno y que no ha vacilado ni un instante poner en riesgo a su población debido a decisiones equivocadas en materia lo mismo educativa que de salud, economía, laboral o cualquier otra que nos viniera a la mente. El México actual es un país amenazado por la injusticia ancestral en que se mantiene a las diferentes etnias indígenas, los malos manejos financieros por parte de individuos con amplísimas credenciales obtenidas en centros de estudios extranjeros que insisten en aplicar mecanismos exitosos en sistemas financieros de países poderosos pero que en México no logran el mismo efecto, depauperando cada vez más la golpeada salud económica del que debería ser un país líder a nivel mundial. El México de hoy en día es el caos cotidiano a que nos enfrentamos millones de personas que vivimos bajo el flagelo del delito programado desde las altas esferas del poder que se ve traducido en las acciones del narcotráfico, el secuestro o el "levantón" en cualquiera de sus modalidades, lo que ha creado una sociedad cada vez más desconfiada temerosa de que el individuo que va junto a nosotros en la calle, en el transporte público o en cualquier otro sitio pudiera ser en realidad un criminal en potencia. México es la psicosis esquizofrénica del Presidente de la República rodeado cada vez por más militares pues desde que ocupó el cargo "haiga sido como haiga sido" ha vivido con la conciencia intranquila al saber que casi la mitad de los electores pensamos que ganó la elección mediante un monumental fraude electoral al más estricto estilo de los regímenes priistas que gobernaron al país por espacio de 70 años. ¿Se levantará de todo esto México? A veces me da pena dudarlo. Me da pena, porque México no merece lo que le está pasando. No lo merece por su historia, por su pasado lleno de luces y sombras pero con grandes destellos de quienes sí lo han amado y han ofrendado su vida por esta sufrida patria mía. No lo merece porque hay gente que sí tiene la esperanza de un cambio, de un nuevo compromiso frente a la historia y frente a los hombres, de hacer de este país la nación que debería ser y ocupar el lugar que se nos ha negado. ¿Llegaré a verlo? A veces creo que sí me tocará ver resurgir a mi país, en mi vida me ha tocado ver sucesos históricos que han marcado a la humanidad y si pudiera llegar a ver levantarse a México no como un país súbdito del imperio, sino como una potencia independiente, estaría más que agradecido con Dios y con la vida. No lo sé, pero lo anhelo y en lo que pueda espero estar ahí para dar mi mejor esfuerzo. Que Dios bendiga a México, que Dios nos bendiga a todos. ¡Viva México!
milagro. Qué más quisiéramos los humanos que poder resolver todos y cada uno de los problemas que afectan nuestras vidas, arreglar todas las cosas y desaparecer las preocupaciones con el simple hecho de pensar que todo va a estar bien y la vida va a seguir adelante como si nada. La vida real es muy diferente y nos presenta diferentes situaciones muchas veces inesperadas que salen de nuestra capacidad de poder hacer algo y entonces es cuando conocemos la esencia milagrosa del Creador, que al hacer uso de Su voluntad soluciona nuestros problemas más apremiantes, las necesidades más difíciles de ser satisfechas y convierte la desesperanza en un remanso de alivio y regocijo que no dudamos en agradecer como un milagro y un favor divino. Un milagro es un favor que muestra la misericordia de Dios, y que no exige pago alguno pues nada tenemos para pagar a Dios todo lo que nos ha dado. Un milagro renueva la fe y fortalece el espíritu de quien lo recibe, convirtiéndose en el portador de un testimonio del amor y el poder de Jehová nuestro Dios.
moda. Estilos y modelos aparecen por doquier día a día. La moda de hoy se convierte mañana en algo obsoleto y vienen y vienen modas que logran persuadir a no pocos de que estar a la moda es parte fundamental del progreso del ser humano. Vestir a la moda según dictan los cánones de Yves Saint Laurent, Óscar de la Renta, Hugo Boss y demás diseñadores famosos, se convierte en la obsesión de personajes de las revistas que van desde damas de sociedad hasta estrellas de la farándula de mayor a menor rango que ansían aparecer en las portadas de las revistas del corazón o publicaciones baratas con chismes de "gente famosa". En nuestro mundo, el de la gente normal, también la moda es esencial para demostrar que tenemos un estilo de vida sofisticado y que podemos ser señalados como paradigmas de la clase y elegancia. Lo vemos por ejemplo en las oficinas con las secretarias, quienes -muchas de ellas- no conformes con vestir decorosamente, no vacilan en gastar fuertes cantidades de dinero en vistosos atavíos que merman su economía pero estimulan su autoestima. Lo vemos con nuestros vecinos, cuando están hasta el full en sus tarjetas de crédito, pero no vacilan en conseguir automóviles cada vez más ostentosos y modernos que terminan vendiendo por no poderlos mantener. Todos hemos sido víctimas de la moda alguna vez en la vida. En mi época no faltó joven alguno que se diera a la búsqueda del disco "Thriller", de Michael Jackson o que hiciera hasta lo imposible por conseguir unos tenis Converse o los famosos Nike. En aquellos tiempos lejanos los chavos sucumbían ante la moda y el prestigio que brindaban los nombres como Jordache, Sergio Valente, Chemise Lacoste, Levi’s, Giorgio Polato, Ocean Pacific y muchas más que escapan a mi memoria. Ahora, en pleno siglo XXI la cosa no ha cambiado mucho y la moda se ha diversificado pero la mayoría tienen en común el querer poseer el mejor celular con cámara integrada (las llamadas poco importan y los mensajes SMS parecen imponerse ante la voz humana), conseguir el videojuego de los Beatles y adquirir una consola X Box, Play Station, o alguna por el estilo, como en su tiempo lo fueron tener un Atari, un Sega (en sus diferentes modalidades) o el Nintendo. La moda está sin duda ligada al consumo y sin embargo siempre ha llamado poderosamente mi atención cuando veo esos desfiles donde las modelos portan los diseños de autores como Karl Lagerfeld, que me llevan a preguntarme: ¿Habrá quien se ponga eso? Y es que hay diseños de verdad que parecerían arrancados de un mal sueño o un viaje de psicotrópicos de alguno de estos modistas (no se dice "modistos", como tampoco se dice "artisto") que de ´plano creo que una persona en su sano juicio no usaría. Sin embargo, para todo hay gustos y la moda ha tenido que enfocarse -para vender los productos- y así todos queden contentos, a buscar adeptos en todos los nichos de mercado y esto no excluye a la gente de ingresos bajos que muy difícilmente podría comprar algo en Sacks Fifth Avenue, JC Penney, Zara, Sears o El Palacio de Hierro. Es ahí cuando la piratería entra en acción y a falta de oportunidades de poder comprar los productos originales, no fueron pocos los jóvenes que compraron ropa marca Jordán, Sergio Caliente, Chemise Lacosta, Leve’s, Giorgio Polaco, Ocean Pacífico y mercancías similares que los hacían sentir casi como si trajeran la prenda original. En fin, la moda es vanidad y como dice el refrán: "De la moda, lo que te acomoda", no tratemos de seguir todos sus dictados, so pena de mermar nuestro bolsillo y quizá ni siquiera vernos como el o la modelo del anuncio, pues como reza otro dicharajo conocido: "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda".
mosquito. ¿Qué tal irse a dormir, acomodar la cama, la almohada, apagar la luz y disponerse a, como se dice popularmente "planchar oreja"? "¡Genial!", pensaría cualquiera. Pero, ¿qué tal cuando después de haber orado a Dios agradeciéndole el día que nos dio y disponerse a dormir, de pronto oyes el inefable zumbido de un mosquito que te quiere chupar la sangre? Hay técnicas para evadir a estos chupeteadotes nocturnos que reclaman nuestra sangre. Hay quien se tapa de pies a cabeza y se envuelve como si fuera una momia, dejan solamente la nariz y la boca para respirar pero el calor y la incomodidad terminan por desesperar al ex durmiente. Otros utilizan la técnica de dejarlos acercarse y esperar a que el criminal insecto se pose en alguna parte de nuestro cuerpo la cual fue previamente descubierta para hacerlo caer en la trampa y cuando sintamos su presencia, ¡zas! Asestamos un buen golpe. Si atinamos y acabamos con la amenaza, podremos continuar nuestro sueño, pero si no es así, tan sólo habremos dado un manazo en vano sobre nuestro propio cuerpo sin éxito alguno. Otros no lo dudan y van por la bomba con flit o su equivalente o algún insecticida en aerosol. Rocían las puertas, el techo y el piso de la habitación, debajo de la cama, adentro en el ropero o en el closet, y en cada rincón donde el infame pillo pudiera refugiarse. El exterminador esboza una sonrisa cuando ve el cadáver del intruso en algún lado tirado y con ademanes de vencedor, se dispone a regresar a la cama. Ahora el problema es la presencia del insecticida en la recámara por lo que no puede dormir y termina por dejar abierta la puerta en espera de que se disipen los gases del producto, por lo que tampoco ésta es una buena opción. Otros, se dan a la tarea de convertirse en cazadores de insectos, que al escuchar el molesto zumbido del zancudo o la mosca, encienden de inmediato las luces y chancla o periódico en mano buscan afanosamente al tirano nocturno. Buscan entre las cortinas, en las puertas, en la ropa, en el piso, piensan dónde pudo haberse camuflado el cobarde animal y lo peor es cuando dan por perdido al insecto, apagan la luz y de pronto vuelven a escuchar la presencia del animalejo. Cuando logran dar con su paradero y lo ejecutan, no pueden ocultar su satisfacción y duermen con una amplia sonrisa. Otros, -los más abnegados-, deciden voluntariamente convertirse en víctimas del insecto y amanecen con ronchas aquí y allá pero al menos no interrumpieron su sueño, como pasa con quienes ni cuenta se dan de que hay un mosco en la habitación. Combatir a estas criaturas ha sido producto de toda una serie de investigaciones que van desde métodos arcaicos como los matamoscas, las trampas de papel con pegamento, aparatos electrónicos, bombas y aerosoles, composiciones insecticidas en incienso y demás. Lo cierto es que con todos los avances de la ciencia, el mosquito sigue haciendo las más de las veces, el papel de villano.
muerte. Pese a formar parte de de nuestra naturaleza caída por el pecado, la muerte sigue siendo un fenómeno poco aceptado por la mayoría de los seres humanos. Todo mundo acude feliz al nacimiento de un niño y sólo caras largas vemos en los funerales, cuando tan normal es una cosa como la otra. No digo, de ningún modo, que debiéramos sentarnos a externar felicidad por la muerte de alguien, aunque no lo quisiéramos, pero nos hace falta tener más capacidad de aceptación ante un hecho tan natural que paradójicamente forma parte de nuestra vida. La muerte trae consigo, para casi todos nosotros, la sensación de vacío y tristeza, especialmente cuando se trata de un ser querido al que sabemos que no volveremos a ver. No volveremos a escuchar su voz, ni sentiremos más el contacto con su cuerpo y es entonces cuando debemos aprender a resignarnos ante lo que ya no podemos remediar. La muerte es en casi todas las culturas un símbolo de tristeza que acaba cuando sabemos que nuestros seres queridos estarán en un mejor lugar si es que han aceptado a Jesús como su Salvador. En otros casos quisiéramos que el Creador tuviera piedad y rescatara también a quienes no lo conocieron. En mi vida ha habido muertes que me han afectado más que otras, como la de mi abuelo, hombre muy grande a quien pocas veces tuve oportunidad de tratar debido a que lo veía solamente una vez por semana y realmente dada mi edad (8 años) poco podía platicar con él. Recuerdo sin embargo detalles cariñosos de su parte y sobre todo el buen nombre que dejó ante quienes lo conocieron como un hombre sencillo, preparado, caballeroso y cortés que además fue maestro y militar y escribió libros y formó parte de una generación decisiva en épocas que el país necesitaba de gente brillante como él lo fue. La muerte de mi tía Toña fue también un golpe rudo al tratarse de una mujer que vivía sola y que vivió sus últimas horas en un hospital público en la soledad de una fría habitación sin el cobijo de algún familiar que la hubiera acompañado. Esa ancianita me dio cariño y me llenó de regalos, juguetes y sorpresas como estoy seguro que se las hubiera brindado al hijo o nieto que nunca tuvo. Mi tía aparentaba ser una mujer dura (quizá porque siempre vivió sola, pero la verdad es que era un dulce por dentro, recuerdo con cariño sus regaños, la gracia con la que empleaba de cuando en cuando algunas palabrotas, pero sobre todo su calidez y su solidaridad cuando más la necesitamos. Es válido también sentir la muerte de nuestras mascotas y sin duda la muerte de mis perritas Sissy y Vanessarepresentó también un momento de tristeza, ya que ambas, aunque murieron en momentos diferentes, llegaron a formar parte del entorno inmediato de mi casa. Vanessa, sobre todo, era más que una mascota, era uno de los animales más inteligentes que he conocido en mi vida y un ser fiel y cariñoso como pocos. De ambas me encantaba su fortaleza física y su enorme capacidad de obediencia y comprensión. ¿A todo esto, me surge una inquietud: ¿Qué dirán de nosotros cuando hayamos partido?
música. Comencé a escuchar música a muy temprana edad. Durante años, mis papás solían poner discos los sábados, de manera que viví inmerso entre las notas de Chopin, María Dolores Pradera, Ginamaría, Waldo de los Ríos, Rocío Jurado y muchos otros, hasta que pude también pedir que me compraran discos como lo fueron aquellos de canciones de Cri Cri interpretadas por el imitador Flavio, el Duende Bubulín y Topo Gigio. En la radio escuchaba también las canciones de moda de la época, que escuchaba mi mamá y los sábados en un programa infantil podía oír a Chabelo, El Chavo del Ocho, Las Ardillitas de Lalo Guerrero y demás. Poco tiempo después, y en plena transición hacia la adolescencia, empecé a oír otro tipo de música. Las primeras fiestas a las que empecé a ir, eran amenizadas con la música de Andy Gibb, un grupo llamado Jumbo, y estaba muy de moda la versión disco de la Quinta de Beethoven interpretada por Walter Murphy. Queen hacía su aparición en la radio mexicana y grupos como Player, Dollar, Electric Light Orchestra, los Bee Gees, inundaban las estanterías de las tiendas de discos. Olivia Newton John, Helen Reddy, los trabajos solistas de Paul McCartney y John Lennon, Peter Frampton, la aparición de Gloria Gaynor y una constelación de estrellas como Anita Ward, Claudja Barry, Chic, The Miracles, Gladys Knight & The Pips, Silver Convention, Meco Monardo y muchísimos más, impusieron su estilo y moda entre los jóvenes y adolescentes de mediados y fines de los años 70 que gustábamos ver las interpretaciones de Donna Summer. En aquella época viví una vez más momentos de molestia cuando yo ponía en la tornamesa algún disco y mi padre sin ton ni son llegaba a hacer una crítica bastante negativa sobre mis gustos musicales, cuando lo que he aprendido es a tratar de escuchar todo tipo de música y respetar los gustos de los demás. Sin embargo, las críticas no hicieron mella en mi gusto y durante mucho tiempo me mantuve como un seguidor del género disco, aunque en aquel entonces solía ver los programas televisivos de los Osmond, y el de Julie Andrews. Como muchos compré los discos de The Ring, Lipps Inc., Patrick Hernandez y claro, también tuve cierta influencia beatlemaniaca de parte de mi primo Julio, con quien conocí parte de la herencia del Cuarteto de Liverpool. Entrado en los años 80, el género disco iba en decadencia, pero prefería seguir escuchando esa música en sus diferentes estilos en lugar de escuchar a The Doors, Judas Priest o cualquiera de esos, bajo el argumento de que el rock era música para vagos, ladrones y drogadictos. Por lo tanto, Chic y Shalamar eran mis grupos favoritos, de los cuales reconozco muy buenas propuestas en ambos casos, especialmente en Chic, que añadía un pequeño toque de jazz y rhythm & blues a sus interpretaciones. Por 1985 y bajo la tutela de mi amigo Rafael Barreto conocí la música de Alec R. Costandinos, un gran exponente disco, pero también fui adentrándome en lo que se conoce como el pop rock de aquella época donde destacaron Phil Collins, Tina Turner, los mismísimos Rolling Stones, The Police, Billy Idol, Heart, Duran Duran, y toda una catarata de grupos en especial provenientes de Inglaterra en lo que fue una suerte de nueva ola inglesa que se apoderó del mercado mundial catapultada por aquella memorable serie de conciertos titulados Band Aid, que trajo como emblema aquel himno-canción "We are the World", donde despuntó el recientemente fallecido Michael Jackson. En otro espacio confesé haber comprado "Thriller", y cómo no hacerlo si en dicho acetato podía escucharse la tenebrosa voz del gurú del susto, el amo del espanto, Vincent Price. Eso no quiere decir que Thriller no me haya gustado, creo que la conjunción de Quincy Jones y Michael Jackson fue genial así como la participación en el disco del mítico McCartney y las composiciones de Rod Temperton. Como podrá verse, mis gustos eran extranjerizados y "fresas". Al entrar a la universidad, dos compañeros, Jesús Toledo y Juan Nolasco, comenzaron a prestarme discos de grupos como Pink Floyd, Yes, Goblin, Kansas, músicos como Mike Oldfield, Rick Wakeman, lo que representó mi encuentro con el género del rock progresivo. Si bien para esas fechas ya había escuchado a Jimmy Hendrix, The Doors, The Rolling Stones, Janis Joplin y otros exponentes del rock, el subgénero progresivo significó una etapa de mayor enriquecimiento de mi acervo y conocimiento de la música en tanto que se trata de un estilo experimental donde lo mismo pueden entrelazarse elementos de música sinfónica, étnica, electrónica o de otros géneros, con los elementos clásicos de un grupo de rock como son batería, guitarras y bajo. A esto se sumó que mi amigo Francisco Hernández solía invitarme a conciertos en la Sala Nezahualcóyotl para ver a la OFUNAM, donde su padre era flautista principal, por lo que tuve oportunidad de ir en varias ocasiones a escuchar música de Beethoven, Bach, Paganini, Mozart, Schubert y genios de ese calibre. Fue más o menos en ese período que mi hermano se aficionó por el rock en español, especialmente el mexicano y así conocí a intérpretes como Trolebús, Maldita Vecindad, el finado y responsable de la existencia de Amandititita, Rockdrigo González; Cecilia Toussaint, Margie Bermejo, Jorge Reyes, Choluis Campos, Naftalina, Botellita de Jerez, el infaltable Tri de Alex Lora y una pléyade de grupos y solistas semisubterráneos que hacían un género de rock autóctono. Más adelante conocí a músicos como Andreas Vollenweider, Mannheim Steamroller, Vangelis, Jean Michel Jarre, Thijs Van Leer, los artistas de la casa grabadora Narada y hasta el griego Yanni, a quienes se agrupa por regla general como exponentes de un nuevo estilo de música instrumental conocida como New Age, la cual rompió con el arquetipo de que la música instrumental era para la sobremesa o para los elevadores y centros comerciales como terminó ocurriendo con los loables esfuerzos de Paul Mauriat, Klaus <Wunderlich, Jo Basile, Ray Conniff y hasta el destacado Richard Clayderman. Si bien el origen del New Age como movimiento místico está plagado de contraposiciones a la fe cristiana, la música como arte tiene más cosas rescatables que censurables repito, como expresión artística. Con el paso del tiempo he ido formando una colección de más de 200 discos de acetato, más de mil casetes, varios cartuchos de ocho tracks, cientos de discos compactos y numerosos archivos MP3, en los que puedo escuchar lo mismo tangos que música celta o boleros, corridos mexicanos, cumbias, salsa, cha cha cha, mambo, rock and roll o música del Japón, África o los Andes. Si bien se trata de una colección, puedo decir que soy una persona que escucha la música sin acepción de género, pues siempre me ha interesado conocer algo un poco más allá de mis gafas. Pese a ser una persona con problemas auditivos, me considero apto para señalar cuando una pieza está bien o mal ejecutada y aunque no tengo nada en contra de los nuevos artistitas que las televisoras "fabrican", creo que están a años luz de llegar a ser dignos de recordarse de aquí a unos años. Por último, si me preguntan qué opino sobre la música cristiana, creo, definitivamente que esta ola de "adoradores" como se ha dado en llamar a los cantantes cristianos, ha traído consigo mucha mediocridad y productos muy deficientes que honestamente son de muy bajo nivel como para ser llamados "salmistas" como rimbombantemente se hace en las publicaciones cristianas evangélicas. Acaso creo que Ruth Ríos en su etapa temprana, Marcos Vidal, el grupo 33 D.C., las primeras participaciones de Fermín IV en el ámbito cristiano, el primer Danilo Montero, María del Sol y la Yuri evangélica, Don Moen, las primeras grabaciones de Jaci Velazquez, algunos de los discos del grupo Inspiración y algunas cosas hechas por Torre Fuerte, así como algunas otras pocas de Anette Moreno, son dignas de considerarse musicalmente como buenas obras musicales en cuanto a interpretación y contenido. Casi todos los demás intérpretes como Miguel Cassina, el infaltable y polémico Marcos Witt, Marco Barrientos y Jesús Adrián Romero, y su gran número de imitadores, me parece que están instalados en la zona de confort de donde ya no se mueven y pocos elementos novedosos musicalmente muestran en sus producciones. Habrá quien ensalce su mensaje, sus palabras y demás, pero si uno pone atención a las composiciones, la mayoría son bajo el mismo y trilladísimo esquema de speech-canción-speech-canción y así por consiguiente, con baladitas sencillotas y pegajosas cargadas de emotividad y palabras bonitas para causar un efecto en los oyentes. Esperemos que estos artistas den lo que tienen que dar y demuestren que los cristianos podemos alabar al Señor con buena música. Por lo pronto, al respecto, sigo prefiriendo los cantos del himnario.

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena (Ll) (Publicado originalmente el jueves 16 de julio de 2009)

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena
Por Héctor Marín Segura
Ll

llamada. Con la invención del teléfono, las necesidades comunicacionales de las personas fueron satisfechas gracias a que este aparato sirvió para acortar distancias y permitirnos estar en contacto. Pero hay de llamadas a llamadas, algunas como la del novio o la novia son casi tan esperadas como si se tratara de la noticia de la obtención de una buena calificación y se convierten en un martirio cuando éstas no se realizan a tiempo o peor, cuando no llegan. Las llamadas inoportunas son aquellas que sólo sirven para distraernos de alguna otra actividad más importante para nosotros y que sólo son para importunarnos con ofrecimientos de supuestos servicios muy buenos, tarjetas de crédito maravillosas, alguna encuesta absurda o el requerimiento de pagos, estas últimas quizá sean las llamadas menos deseadas por muchos. Las llamadas que preocupan son aquellas que llegan inesperadamente y casi siempre en horarios poco habituales donde regularmente se nos informa de noticias desagradables como la muerte de algún familiar, el accidente de algún amigo o conocido o cosas similares. Pese a todo, hacer una llamada de cuando en cuando a nuestros amigos o conocidos, no nos quita nada, por lo menos para saber su estado actual y hacerse presente. Algo que es recomendable en países como México donde el teléfono se ha vuelto herramienta para la extorsión, es contratar un servicio de identificador de llamadas a través del cual podremos saber quién nos está llamado y darnos por lo menos la sensación de seguridad en nuestros hogares y centros de trabajo.
llamado. Para los cristianos evangélicos el llamado puede ser el momento en que la relación con Dios comienza a darse de manera que nos despojamos de nuestra antigua identidad mundana y comenzamos un nuevo camino en la vida de la mano de Cristo. Este llamado implica sacrificio. El establecimiento de una línea de contacto con Dios que acrecienta nuestra fe por medio de la oración, la reflexión, el ayuno, el asistir a la iglesia a escuchar la Palabra de Dios, la lectura de la Biblia y el proponerse realizar un cambio en nuestras vidas, el cual a final de cuentas no es operado por nosotros sino por Dios mismo. No hay un momento preciso de la vida para recibir este llamado, el cual puede darse a edad temprana, en plena madurez o en los últimos momentos de la existencia de cada persona. Lo cierto es que Dios hace oír su voz claramente y con fuerza de manera que el individuo llamado no puede oponer resistencia. El llamado también tiene otra connotación y esto es cuando el creyente siente la necesidad -impelido por Dios mismo- de servirle en el ministerio. Ahí el individuo depositará su voluntad en las manos de Dios para operar como un instrumento de la propia voluntad divina. El llamado de Dios a Saulo de Tarso, es quizá el más conocido por el cambio operado en el que fuera un furioso perseguidor de cristianos para convertirse en uno de los más firmes defensores de la fe en Jesucristo.
llamas. Reconozco que esta entrada pudiera parecer un tanto forzada en este diccionario, pero quiero aprovecharla como una oportunidad de repudiar la lacerante corrupción y la inmoral red de complicidad entre funcionarios gubernamentales -que se supone deberían velar por el bien social, al menos para eso se les paga- que trajo consigo la salida a la luz pública de la ineficiente forma en que trabajan cientos o miles de guarderías en la República Mexicana. Tuvo que ser un incendio en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, el detonador que destapara esta cloaca en la que familiares del propio Presidente de la República, de su esposa -quien demostró con su forma de actuar ser una mujer mentirosa-, así como familiares del cínico gobernador del estado, Eduardo Robinson Bours Castelo, estaban inmiscuidos. La tragedia ha traído consigo una cifra de 48 menores de edad, 48 criaturitas que perdieron la vida abrasados por las inclementes llamas que se iniciaron en una bodega contigua a la guardería. Esta, la guardería, no contaba con los mínimos estándares de seguridad para albergar a los hijos de trabajadores que se veían en la necesidad de dejar a sus pequeños en lo que era una nave industrial acondicionada como estancia infantil. A esto habrá que agregar que muchos de los pequeños que no murieron, permanecen hospitalizados con quemaduras que van de leves a muy graves, que los dejarán marcados de por vida y con secuelas psicológicas y físicas que repercutirán en todo momento en su vida futura. Se dio a conocer apenas este 8 de julio, por parte del inepto director del Instituto Mexicano del Seguro Social, la lista de las guarderías que, como la ABC de Hermosillo, se han acogido al esquema de subrogación, lo cual deja ver que lejos de tratar de ofrecer un servicio a los trabajadores y a sus familias, esto se ha convertido en un verdadero botín en el que ya se mencionan apellidos como Fox, Obregón, Bours, Borrego Estrada y muchos más ligados de una u otra manera a las altas esferas del poder en mi país. Esto revela sin duda el desmedido afán de lucro a costa aun de la vida de pequeños que sin duda están ahora cobijados por el manto protector de Jesús nuestro Señor, de gente sin escrúpulos que ha visto en las poco respetables instituciones mexicanas, una oportunidad de hacer dinero, no importa si el modo de lograrlo sea ilícito o no. Vaya mi repudio y seguramente el de muchos lectores y de gente bien nacida contra estos lobos rapaces que sólo medran con sus posiciones de poder. Vaya pues mi oración por esos pequeños y mi solidaridad y apoyo para sus padres y familiares.
llanero solitario. Por diversos giros que da la vida, la soledad y el distanciamiento se convierten en el modus vivendi de algunos individuos que, hoscos, huraños, desconfiados, poco dados a la plática y a la convivencia con sus semejantes, comienzan una vida de alejamiento de la sociedad tal como si se tratara de antiguos ermitaños que no participan ni para bien ni para mal en el devenir colectivo, prefiriendo mantener un perfil bajo que los haga pasar desapercibidos y por lo tanto invisibles e innecesarios para los demás. Habrá quien los considere serios, tranquilos, callados y discretos. Pero habrá también quien los considere vanidosos, aburridos, y hasta pagados de sí, mal educados, odiosos, amargados e inadaptados sociales. Esto último habría que verlo desde una perspectiva menos emotiva y tratar de ir al fondo del por qué el individuo adopta tal actitud. También se les conoce como "llaneros solitarios", porque como el héroe del viejo oeste, van cabalgando solos por la vida tratando de resolver sus causas sin molestar a nadie. Ser un "llanero solitario" es luchar solo contra el mundo, solo contra todo, sin más apoyo que las propias fuerzas. Muchos "llaneros solitarios" se encomiendan tan sólo a lo que ellos mismos puedan hacer y a la ayuda divina que les traerá una respuesta positiva o negativa. Contra lo que muchos piensan en forma completamente equivocada, los "llaneros solitarios" no se sienten dueños de la situación ni poseedores de la verdad absoluta ni se creen mejores o superiores a nadie. Están completamente conscientes de que vivimos en una sociedad donde todos necesitamos de todos, pero los golpes de la vida y las malas experiencias, los han llevado a alejarse de la especie humana para -también erróneamente- ensimismarse en luchas estoicas que sólo provocan más desgaste acrecentando la sensación de soledad y vacío. El corazón de los "llaneros solitarios" cada día se hace más duro, la ausencia de compañía y la falta de oración y contacto íntimo con Dios los llevan a un estado primitivo donde la vida es sólo un proceso sin sentido que sólo encuentra la cura de los dolores presentes y pasados con la muerte. La vida es para ellos una profunda y larga prueba que parece no tener fin y en la cual la victoria y la derrota saben igual ya que no se comparten con nadie. No critiques a la ligera a los "llaneros solitarios", sabe Dios las heridas que hay en sus corazones, el dolor y la amargura que pueblan sus mentes. Ora mejor por ellos y ponte en su lugar, analiza su situación y si puedes, acércate a alguno de ellos, tiéndeles tu mano, muy probablemente muchos de ellos tan sólo esperan eso para volver a creer en la hermandad, en el amor, en el cariño y en la confianza en los semejantes, analiza sus motivos y no trates de darles "recetas de cocina" como si la vida fuera tan fácil de llevar. Si a ti no te ha costado trabajo, eso no quiere decir que no haya quienes sufren y se acongojan por cosas que quizá a ti te parecen menores, recuerda que cada individuo tiene una perspectiva personal de las situaciones y no todos reaccionamos igual ante un mismo hecho. Si tú eres muy maduro emocional y espiritualmente, utiliza entonces esa madurez no en recriminar ni criticar sino en entender para construir, el "llanero solitario" en cuestión, seguro te lo agradecerá.
llanta. Hay de llantas a llantas. Unas son los neumáticos que utilizan los vehículos para caminar y otras son las indeseables llantas (en algunos lugares les llaman michelines) que aparecen en la cintura y otras partes del cuerpo afeándolo y deformándolo provocando malestares físicos y psíquicos en muchos de quienes las padecen. Estas llantas han traído consigo la creación de toda una industria de medicamentos, cremas, fajas y geles reductivos, dietas, comidas especiales, procedimientos médicos que van de sencillos a muy especializados y complicados, con el fin de solucionar el problema. Gorditos y gorditas del mundo y hasta gente flaca con un poquitillo de grasa en el cuerpo de inmediato se escandalizan y horrorizan cuando la ropa ya no les queda como antes o cuando la báscula indica algunos gramos de más. La publicidad se ha valido a través de los estereotipos en los medios de condicionamiento de masas, para hacer pensar a los individuos que las delgadas figuras de los y las modelos de televisión, cine y revistas, son lo comúnmente aceptable y deseable desde un punto de vista que es sólo mercantilista y estético pero que no busca resolver realmente un problema que tiene que ver con la salud de las personas. En ese sentido, cabría ver hasta dónde podemos forzar a nuestro cuerpo de acuerdo a nuestra complexión para hacernos semejantes a los modelos que vemos en los anuncios de suplementos alimenticios o tratamientos dietéticos, no hay como ir con un médico y seguir sus indicaciones y acompañarlas con ejercicio y buena alimentación, lo preocupante pueden ser ya no las llantas sino los efectos psicológicos que éstas provoquen en nuestra mente, y tener llantas mentales, seguramente sí es un problema mayúsculo.
llanto. Nuestra primera expresión en este mundo, es de llanto. Se dan cuenta que estamos vivos cuando el lloriqueo acompaña nuetro primer respiro fuera del vientre de nuestra madre. Después vienen comúnmente los llantos infantiles: Nuestras primeras caídas, los regaños de nuestros padres, alguna mala nota en la escuela y los accidentes que puede sufrir cualquier niño, son algo completamente común. Las razones del llanto en los adolescentes comienzan a tener más marcas en el alma del individuo: La incomprensión, la soledad, la angustia por lograr buenas notas, el trato con los padres, las relaciones de noviazgo y demás caracterizan el llanto juvenil. En los adultos y las personas mayores el llanto es igualmente una situación más relacionada con el interior del ser humano aunque hay también el llanto como reacción inmediata ante la eventualidad de la muerte de un ser querido o incluso hasta el recuerdo de algún acontecimiento pasado. Culturas machistas como la mexicana, han enseñado que el hombre no debe llorar, ya que eso sólo es para las mujeres y un hombre que llora es o un debilucho o un maricón. Sin embargo, esta apreciación es errónea y el hecho de que un hombre llore no le resta hombría sino es simplemente una expresión de sensibilidad propia de cualquier ser humano. El llanto aparece a veces cuando menos lo esperamos: Cuando nos emocionamos con una película, cuando recordamos a un ser querido o hasta después de ver un partido de futbol de pronto pueden asomar las lágrimas en nuestros ojos. Es curioso, aunque no es una regla, pero mientras más viejos somos, más llorones y sensibles nos volvemos, ¿será que echamos de menos los tiempos pasados llenos de una plenitud que ya no tenemos? ¿Serán cambios hormonales que se dan con la edad los que nos hacen más sensibles ante las cosas que pasan? ¿Será la impotencia de poder remediar o solucionar una serie de situaciones que salen de nuestro alcance? ¿Será una mezcla de todos estos factores? Puede que sí, puede que no, lo cierto es que bien dice el Eclesiastés, hay un tiempo para todo, y hay un tiempo para llorar, lloremos pues, en el momento debido cuando se dé la oportunidad.
llave. Una llave da el poder de entrada a distintos lugares, el problema se da cuando queremos abrir con una llave la puerta equivocada o viceversa. Dicen que la cortesía es como una llave que nos abre la puerta del afecto de las demás personas pero no es a esas llaves a las que me refiero ni tampoco a los grifos o llaves del agua, tampoco a las llaves o claves que se usan en el mundo de la música sino a las llaves metálicas que cargamos para abrir el coche, la oficina, la tienda, nuestra casa, el candado y demás. Perder las llaves es como perder parte de la vida, pues se ve uno impedido de poder entrar o salir de un lugar que es nuestro o que por lo menos nos es familiar. Perder las llaves de nuestra oficina nos puede hacer ver como personas irresponsables a las que no se les puede confiar algo tan sencillo pero tan importante y necesario al mismo tiempo. Tener que llamar al cerrajero por un olvido o extravío genera además un gasto regularmente no contemplado que por cierto no es barato y que quita tiempo por lo engorroso y hasta cierto punto innecesario. Hay que procurar guardar bien las llaves y no dejarlas en manos de extraños.
llevado. Nunca falta una persona bromista, una persona que quizás habla en doble sentido o que es dado a burlarse de otros. Pero hay de burlas a burlas y no hay nada más pesado que un individuo "llevado". Ser "llevado" se refiere a la persona que no hace distingos y no tiene el menor pudor o recato al momento de burlarse o bromear con una persona. Estos individuos siempre son pesados y no paran hasta sacar de quicio a los demás. Hay quienes sin embargo, siendo "llevados", no soportan que se les pague con la misma moneda y reaccionan airadamente cuando alguien les devuelve la broma en la misma forma que la hicieron haciendo caso omiso de aquella voz popular que dice: "El que se lleva, se aguanta", y entonces sí reaccionan enojándose y sintiéndose ofendidos actuando "como chivos en cristalería", exaltados y mostrando su diminuto criterio. La regla de oro de nuestro Señor Jesucristo es más sabia y nos ayuda a evitar cualquier tipo de contiendas y discusiones bizantinas, leemos en Mateo 7:12 algo que todos deberíamos hacer antes de ser "llevados" o juntarnos con gente "llevada": "12Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas".
Llorona, la. Las leyendas y tradiciones orales que pasan de generación en generación forman parte del alma misma de los pueblos y son como el sello que los distingue de las demás naciones para darles un carácter de individualidad ancestral que resiste el ineludible paso del tiempo. Así, en plena era del Internet, el imperio del Ipod, del MP3 y la tan traída y llevada globalización, el mexicano es un pueblo lleno de mitos y leyendas que se remontan a tiempos antiguos como el nahual, las apariciones de chaneques y alushes en la cultura maya, las leyendas de aparecidos y fantasmas de la época de la conquista y cómo en la amalgama de culturas española (con toda su influencia íbera, celta y mozárabe, entre muchas otras) logra fundirse con antiguas leyendas aztecas para conformar todo un ícono del mestizaje que distingue a México: "La Llorona". ¿Quién es "La Llorona"? La leyenda cuenta que se trata de una mujer seducida y engañada por un apuesto soldado español que únicamente se aprovecha de ella para tener relaciones de mancebía siendo que este hombre era casado y con hijos. La mujer, quien se había entregado sin reservas al militar en cuestión al darse cuenta de la infamia que había sufrido, sufre una crisis que la lleva a cometer el asesinato de los hijos que había procreado con el español en un arranque de locura pero al mismo tiempo bajo la posesión del diablo mismo. Al darse cuenta de su espantoso crimen, la mujer es juzgada por el Tribunal del Santo Oficio y muere quemada viva. La leyenda, que impresionó en su momento tanto a los españoles radicados en México, así como a los propios indígenas pero también a criollos y mestizos, todos ellos grupos sociales no exentos de creer en todo tipo de supersticiones, se fue extendiendo al grado que se comentó en aquel entonces y se comenta ahora mismo cuando los niños cuentan historias de fantasmas en las escuelas, campamentos, y hasta en centros de trabajo, que el espíritu de la mujer vaga por las rancherías, pueblitos, en zonas lacustres o a la orilla de los ríos e incluso en las grandes ciudades como la de México, lamentándose por el infanticidio cometido. "¡¡¡Aaaayyy mis hijos!!!", dicen que grita "la Llorona" vestida de blanco con sus manos descarnadas implorando perdón al Todopoderoso. Tal es la trascendencia de este personaje, que el escritor y poeta mexicano Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura en 1990, en su extraordinario ensayo "El Laberinto de la Soledad", se ocupa de "la Llorona", señalándola como parte de esa exaltación tan mexicana de la mujer, especialmente de la figura materna, pero al mismo tiempo de esa mujer sometida por la brutalidad masculina que nos convierte a los mexicanos en los hijos de una mujer que ha sido abusada, o en palabras del propio Paz, "en hijos de la chingada", en un extenso estudio sobre los orígenes de la mexicanidad. "La Llorona", por lo pronto, sigue espantando aunque nadie la haya visto, y ese es su mérito como espantajo del inconsciente colectivo mexicano.
Lloyd, Harold. Hace mucho tiempo, años de años de años, cuando mi hermano y yo éramos unos chamaquillos, solíamos ir todos los sábados a la casa de mi abuela a comer. En lo que estaba la comida, solíamos ver un poco la televisión con nuestra Coca-Cola chiquita en mano. En esas sesiones llegamos a ver a cierto cómico norteamericano Harold Lloyd, a quien mi abuela y mi padre llamaban "Delgadillo", pues así se le conocía en México a este actor. "Delgadillo" me gustó desde el principio por su falta de malicia, su incomparable expresión facial, pero también por su capacidad físico-atlética para poder hacer cualquier tipo de piruetas, maromas, saltos y bueno, si alguien ha visto esa escena donde aparece escalando un edificio como hombre mosca sabrá a lo que me refiero. Harold Lloyd, como El Gordo y el Flaco, o el propio Charles Chaplin pertenece a esa camada de cómicos que vivieron la era del cine mudo, obviamente en blanco y negro y con la ausencia de recursos tecnológicos que imperan en el mundo cinematográfico actual. El sombrero de carrete, sus gafas, su figura delgada y su genialidad, me han provocado en más de una ocasión ataques de risa casi incontenibles cosa que ni los anteriormente mencionados Gordo y el Flaco o el propio Charlot, rey de los cómicos, han conseguido. Quizá -creo- se deba a que me parece que las historias de Harold Lloyd no se dramatiza tanto como en las de Charlot, no hay esos momentos de sufrimiento del pobre chico bueno o tantas rutinas ya preestablecidas como con Stan y Oli, lo que no les resta méritos como los grandes cómicos que fueron, sólo que simplemente prefiero a Lloyd. Recientemente la Cineteca Nacional realizó un homenaje a Harold Lloyd en el que estuvo presente la nieta del actor norteamericano, Suzanne, acto al que no pude asistir, pero anhelo que muy pronto la obra de este cómico llegue a estar disponible en la tecnología DVD para volver a reír como cuando era un mozalbete y disfrutar a este maestro del humor.
lluvia. "Se alegran los campos de verme llorar, sólo entristecen los de la ciudad". Esta adivinanza que aparece en los libros de texto de la educación primaria, que se refiere a la lluvia, refleja con exactitud lo que la lluvia provoca en ambientes citadinos como en el que me he desarrollado a lo largo de toda mi vida. Caos, embotellamientos, choques, saturación de medios de transporte, cambio de planes, incomodidad al asistir a un acto al aire libre como puede ser un partido de futbol, eso y más trae consigo la lluvia tan anhelada en los campos áridos y desiertos de tantos rincones sedientos del país donde se pierden cosechas a causa de la falta de lluvias. La lluvia trae consigo momentos divertidos como mojarse hasta quedar completamente empapado emulando a Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia", yo al menos sí lo hice, aunque esto me costó una buena paliza por parte de mi madre por mi desconsideración para con ella por dejar la ropa hecha un chilaquil. Fuera de eso, es emocionante jugar un partido de futbol en plena lluvia tal y como lo vemos en los partidos que se transmiten desde Europa, la dificultad de correr en el terreno de juego es una experiencia incomparable como lo son los patinazos y resbalones que se dan, pero forma parte de la emoción del juego. Salir con la novia (ahora esposa) después de llover y jugar a pisar los charcos en el pavimento y golpear las ramas de los árboles para mojar al otro es algo muy divertido. Sí se puede disfrutar la lluvia y doy gracias a Dios por su existencia pues limpia el contaminado aire de la ciudad y riega los escasos espacios verdes que tenemos. Pero una satisfacción muy íntima que pudiera tacharse de patológica es ver llover y no mojarse, es muy divertido estar en la ventana y ver cómo todo mundo corre y se apura mientras nosotros estamos adentro, quizá acompañados de una tacita de té viendo cómo se forman los charcos y las estelas que dibujan los carros a su paso, la gente corriendo paraguas en mano, forman parte de un paisaje atractivo y estético en verdad. Después de la lluvia algunos niños suelen arrojar piedras a los charcos y ver las ondas que se forman en el agua puede legar a fascinar por lo menos algunos minutos sobre todo cuando la lluvia llega a provocar apagones y nos aleja de los Nintendos, televisores y computadoras para recordarnos que todavía hay cosas sencillas en la vida.

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena (L) (Publicado originalmente el 28 de junio de 2009).

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena
Por Héctor Marín Segura
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laicismo. Una de las grandes garantías que se tienen en países como México, es la de vivir en un Estado aconfesional. Esto quiere decir que no obstante la libertad de cultos garantizada en la Constitución, uno puede estar seguro que no existe medio alguno especialmente por parte del Estado y las instituciones que de él emanan, de que nos quieran imponer una forma de pensar o de creer ajena a lo que se nos ha inculcado en nuestros hogares. En este sentido, en especial en materia educativa, aunque pareciera contradictorio, es una verdadera bendición el hecho de que la educación en México sea laica, pues hay que tomar en cuenta que México es -pese a todo- una nación donde la mayoría de los pobladores practican el catolicismo romano. Para quienes no lo somos, el hecho de que hubiera intervención de la iglesia católica en materia educativa, sería un atentado a la libertad de creencias y a las propias creencias de alumnos que no comparten tal credo. Existen sin embargo, escuelas confesionales que son administradas por la iniciativa privada, donde a los niños se les imparten materias sobre doctrina de diferentes grupos religiosos, hay escuelas enfocadas hacia el judaísmo, hacia el cristianismo evangélico, hacia el catolicismo, etcétera, pero en lo personal creo que la educación laica le abre a un alumno la perspectiva de un mundo con diferentes matices, diferentes formas de pensar y un sentimiento de respeto hacia los que son diferentes de nosotros.
lambisconería. Quién no ha conocido a un lambiscón. El lambiscón es aquel personaje que en la escuela o en la oficina está dispuesto a aplaudir siempre los chistes malos del jefe o el patrón. El lambiscón hace a un lado el amor propio para -sin vacilar- servir como tapete al poderoso en un afán aspiracional con el que a través de dichas acciones, pueda ir escalando posiciones. El lambiscón ve al jefe en turno o a la persona que está "más arriba" como un visionario, aplaude sus ideas y sacrifica tiempo, dinero -a veces- y esfuerzo para "quedar bien" con el poderoso. El lambiscón no sabe de lealtades para con los de su misma condición, sus aspiraciones adquieren un tinte malsano que lo llevan a denostar y hasta perjudicar a sus propios compañeros para demostrar su supuesta eficiencia, que realmente no es tal. El lambiscón casi siempre está solo, no es una persona digna de confianza, pero a él no le importa, con tener el favor del patrón se da por bien servido y espera pacientemente el día en que sean reconocidos sus servicios que incluyen en muchas de las ocasiones quedarse tiempo de más en la oficina, continuar trabajando a la hora de la comida, realizar tareas ajenas para las que fue contratado para mostrarse como alguien servicial, y sobre todo gesticular aprobatoriamente todos y cada uno de los dichos, frases dictados, chistes y cualquier cosa proferida por "los de arriba". El lambiscón está convencido de que tarde o temprano logrará su objetivo no importa cuan abyecto tenga que ser su comportamiento. El lambiscón necesita la aprobación de sus superiores en todos los sentidos y se prepara a conciencia para tratar de ser cada vez más semejante a ellos: Investiga qué marca de ropa utilizan, lociones, lugares que frecuentan para comer, si sus patrones asisten a algún deportivo o gimnasio, él no duda en inscribirse también a uno para tener en medida de lo posible, cada vez más cosas en común con sus jefes, aunque la realidad de su salario no le permite sostener por mucho tiempo ese tren de vida, por lo que vive endrogándose con sus tarjetas de crédito y préstamos solicitados a sus conocidos a quienes les promete un pronto pago. Conocí hace ya varios años a un individuo que era la personificación del lambiscón quien me dio un curso de capacitación en cierta empresa de televisión de paga, que nos dijo que en la compañía sí se podía lograr escalar posiciones, y para ilustrarlo nos platicó la miserable "fábula del águila y la serpiente", ambas tenían que llegar a un punto en específico. El águila soportó fuertes ventiscas, se esforzó sorteando cualquier tipo de obstáculos hasta lograr su objetivo. La serpiente buscó caminos por donde fuera fácil pasar y no realizó mayor esfuerzo que arrastrarse, aquel sujeto nos dijo con una gran sonrisa: "Yo elegí el camino de la serpiente, ustedes decidirán qué camino elegir". El final más común de los lambiscones, es cuando después de haber adulado y tratado de "quedar bien" en las formas más impensadas y humillantes, es cuando recibe una patada en el trasero ante su falta de capacidad para trabajar, en ese momento, todas sus supuestas atenciones y esfuerzos por obtener el favor de los poderosos, se vienen abajo desnudando la realidad de una persona con una ética cuestionable y repudiada por aquellos a quienes afectó con sus intrigas.
legado. Muchas veces trabajamos, convivimos con quienes nos rodean, desarrollamos distintas actividades como si fuéramos zombis, y rara vez nos detenemos a pensar en las repercusiones que tendrá en un futuro lo que estamos haciendo ahora. ¿Qué recuerdo habrá de nosotros cuando ya no estemos aquí? ¿Cómo nos recordarán? ¿Seremos el viejo gruñón que neceaba toda la vida? ¿Seremos el individuo perennemente ebrio que complicaba la vida familiar? ¿Tendrán nuestros hijos en la memoria al hombre o mujer al que nunca pudieron comprender? ¿El hombre que tiraba la basura a media calle? Un legado va más allá de heredar a alguien un inmueble, una colección de discos, libros, ropa o una serie de cuentas por pagar. Si algo tenemos que legar es el cimiento en las nuevas generaciones de una educación que les permita en medida de lo posible, acceder a un mayor número de conocimientos que puedan aplicar adecuadamente en su desarrollo personal y laboral. Debemos legar también una formación ética y espiritual que haga de las nuevas generaciones personas temerosas de Dios con una conciencia que abarque las distintas esferas de la vida con un enfoque hacia valores como la bondad, la amistad, el perdón y otros, que redundará en un mundo con una mejor calidad de vida.
legalismo. Ciertamente los cristianos queremos vivir una vida de santidad, una vida que nos identifique a los ojos de todos como hijos de Dios. El legalismo, sin embargo, es la sublimación de este ideal esclavizando a las personas a vivir una vida de prohibiciones y símbolos externos que lejos de acercarnos a Dios, nos envuelven en sistemas autoritarios de interpretaciones humanas en los que todo es malo y pecaminoso: Beber es malo, saludar a alguien de distinto sexo es malo, comer es malo, ver la tele es un hábito malsano, ir al cine es un asunto perverso, leer el periódico estimula nuestro morbo, oír en la radio música no sacra es diabólico, utilizar la Internet es lo mismo que beber de las aguas de Satanás, y así por el estilo. Si bien los cristianos no estamos para complacer a los demás para que no se sientan incómodos ante nuestras costumbres, tampoco tenemos que destacar por nuestra cerrazón y necedad, debemos aprender a respetar formas ajenas de pensar y presentar defensa de nuestra fe cuando sea el caso, el legalismo no nos va a llevar a nada y lo único que lograremos es crear conciencias encadenadas que al momento de desatarse, podrían querer probar todo aquello que les fue prohibido, no llevemos las cosas a los extremos y permitamos que Dios sea el guía y no las interpretaciones de seres humanos tan falibles como nosotros.
lenguas. Un asunto que siempre ha causado escozor al interior de la Iglesia es el de la glosolalia, es decir, el hablar en lenguas. Si bien es un don del Espíritu Santo, no es el único, lo que choca con cierta corriente del cristianismo que asume que todos los creyentes deben tener dicho don, lo que refleja una mala lectura de las Escrituras. En un plano menos espiritual, las lenguas como el inglés, el francés o cualquiera otra distinta de la nuestra, se convierten, cuando las aprendemos, sea el nivel de conocimiento que tengamos de ellas, en un puente para acercarnos a la universalidad del mundo en que vivimos. El conocimiento -por mínimo que sea- de una lengua extranjera, nos permite poder interactuar con personas con una cultura y una educación muy distinta de la nuestra y acrecienta nuestra noción sobre el mundo que nos rodea.
libertad. La libertad es uno de los valores más deseados. Sólo hay que cuidar que el pleno uso de nuestra libertad tiene como límite la libertad de los otros.
librerías. De chico, ocasionalmente mi padre nos llevaba a mi hermano y a mí a lugares como Casa del Libro o las casi desaparecidas Librerías de Cristal, que eran librerías enormes con cientos o miles de títulos no sólo en español sino en inglés y francés. En aquellos años del siglo pasado, no había -que yo recuerde- como lo hay ahora, espacios acondicionados para que los niños pudieran hojear a gusto los libros y verlos con toda comodidad, aunque recuerdo haber visto en esas tiendas unos libros editados por Novaro llamados "Lee, Palpa y Huele". Ya más grande, como estudiante de secundaria, solía ir a comprar los libros que me encargaban en la escuela a la inevitable librería Porrúa, donde en la compra de los libros le regalaban a uno un forro de plástico para el mismo. La Porrúa en ese sentido es una librería bastante fea. Tienen unos aparadores con algunos textos, los aparadores por regla general están llenos del polvo sempiterno de esa zona del centro de la Ciudad de México, y al entrar hay un casi interminable mostrador. Del otro lado, vendedores voraces (me imagino que son comisionistas) se abalanzan casi rabiosamente sobre el prospecto de cliente preguntándole qué libro busca y todos los datos para su búsqueda. Ansiosamente, si logran la venta, se encargan de elaborar la nota para que la vaya uno a pagar a la caja. Con el paso del tiempo conocí la librería Gandhi, quizá una de las más afamadas de nuestro país, donde uno puede buscar los libros por sí mismos, tomarlos de los anaqueles, inspeccionarlos, tocarlos, y a veces, si uno se da varias vueltas por el lugar durante algunos días, hasta leerlos. Gandhi es además una librería con ambiente agradable, que fue pionera en combinar un espacio de cultura con un servicio de cafetería donde además se exhibían cuadros y/o esculturas que se podían comprar, así como música en vivo. La Librería del Sótano está tan bien surtida como Gandhi, y en ambas hay además, interesantes mesas de ofertas, aunque Gandhi ya tiene un espacio especial para esto en lo que fue su primer local en Miguel Ángel de Quevedo. Si bien Gandhi es una excelente opción, también lo son las librerías de ocasión que se encuentran en la calle de Donceles, las cuales frecuenté mucho especialmente en mi época de universitario. En ellas se pueden encontrar libros viejos, usados y/o descontinuados a precios razonables. También hay mesas de ofertas con propuestas que van de interesantes a literatura chatarra. El servicio no es excelente pero vale la pena recorrer los pasillos de estos lugares. El tiempo me trajo en alguna ocasión la oportunidad de trabajar en librerías. La primera vez fue en una librería universitaria, donde predominaban las publicaciones de la Universidad Nacional. La segunda fue en una librería cristiana donde pude constatar que la industria del libro cristiano en México es muy pobre y casi inexistente. La mayoría de las publicaciones vienen del extranjero: Vida-Zondervan, Caribe-Betania, Mundo Hispano-Casa Bautista de Publicaciones, la casi indispensable Clie, Portavoz, Libros Desafío, Centros de Literatura Cristiana, y otras que escapan a mi memoria. Apenas hay una tímida presencia de editoriales como El Camino a la Vida y El Faro. Mi opinión sobre las librerías cristianas es que están supeditadas no a las necesidades específicas del lector mexicano sino a los criterios muy personales de estas editoriales extranjeras que ven a los latinos como una masa inconsistente de la que no toman en cuenta su verdadera idiosincrasia, por lo que pareciera que no comprenden las necesidades específicas del lector de cada nación. Claro, de esto no tienen la culpa los libreros, pero es una observación pertinente sobre lo que finalmente venden en sus negocios. Al respecto es censurable que, siendo cristianos, la mayoría de los libreros se resisten a obedecer las disposiciones de las autoridades respecto a la venta de sus materiales tal y como lo ordena la Ley Federal de Protección al Consumidor. Librerías como Maranatha, La Puerta de la Fe, y La Perla, no exhiben el precio de cada libro por lo que el cliente tiene que estar preguntando en la caja o a los empleados por el precio de cada producto en lugar de que éste esté marcado debidamente tal y como ordena la citada ley. Entrar a una librería cristiana es también "soplarse" un rato de música según el gusto de los empleados del establecimiento. Si hay algo que reconocer de la librería Maranatha es la visión de negocio que han tenido sus propietarios, ya que la tienda cuenta además -en su matriz- con cafetería y un salón para presentaciones musicales, conferencias, cursos y demás. La Librería La Puerta de la Fe tiene pocos empleados, ha desaparecido una sucursal, señal de que el negocio no va precisamente viento en popa y la variedad en los productos deja mucho que desear, lo mismo que los precios. Librería Visión, un negocio de cuño reciente, cuenta también con cafetería, estantes bien nutridos, un área para niños y la novedad de que se podrán conseguir libros descontinuados o usados a buen precio. La Perla, es una librería que parece haber quedado detenida en alguna década del siglo pasado: Pésimo surtido, anaqueles poco interesantes, escasas ofertas, la misma manía de no exhibir los precios, y empleados que se ven cansados por el trajín de los años ya pasados; casos similares a los de las librerías La Roca de Salvación, Sociedad Bíblica, El Faro, Philadelphia y otras donde se repiten casi los mismos vicios que hemos ya detallado en los anteriores casos. Mención especial merece Librería Casa de Esperanza, ubicada en el corazón de Coyoacán, donde la propietaria de la misma aprovechó parte de su casa para crear este negocio donde especialmente se puede encontrar un aceptable surtido en textos de teología y Biblias. Son también muy populares las librerías de Sanborns, donde si bien no se trata de un lugar para hallar tesoros literarios, es uno de esos sitios donde con seguridad puede conseguirse el libro de moda, así como periódicos y revistas. Una buena opción al sur de la ciudad para conseguir libros a buen precio, es la Librería Jimena, ubicada en la Calzada de Tlalpan, muy cerca de la colonia Portales, donde se pueden conseguir ejemplares desde tres pesos, la cosa es buscar y regularmente siempre se encuentra aunque sea un librito interesante.
libros. En la época de mi padre, la televisión no había entrado aún a las casas, las diversiones de los niños eran jugar, practicar quizás algún deporte, ir al cine cuando se podía, o al teatro y escuchar la radio. Quienes son ahora cuarentones recordarán que fuimos una generación que vivió el cambio de la televisión del blanco y negro al color, de los bulbos a los transistores. Ya comenté en el apartado sobre otra letra, que fui constante consumidor de historietas -pasquines, les llamaba mi papá- y en general cualquier texto en el que predominaran las imágenes. El sólo ver volúmenes llenos de letras y sin imágenes, me cansaba y junto con la severa crítica que mi padre hacía sobre lo que me gustaba leer, me llevaron a no tener ningún tipo de interés en la lectura. Crecí, sin embargo en un ambiente donde los libros no eran objetos extraños. Mi madre aunque nunca fue una voraz lectora, compraba también libros diversos en especial sobre temas médicos y esotéricos. Los libros de mi niñez que más recuerdo eran unos con los que tiempo después mi mamá nos hizo unos cuadros para decorar la recámara que compartíamos mi hermano y yo. Rumpeltilskin era el nombre de uno de esos libros. Recuerdo también entre la bruma de la memoria un libro sobre aviones y globos y otro sobre automóviles. Recuerdo también "La Biblia Contada a los Niños", de Anne de Vries, versión española de José Zahonero Vivó y con dibujos de Hermine F. Schäfer, la cual desapareció misteriosamente de mi vista y de mi vida y que pude comprar tiempo después en una librería de ocasión. "365 Temas que Debemos Conocer", es otro libro que utilicé siempre con mucho gusto durante mi educación primaria hasta que también desapareció en la misma forma misteriosa que casi todo lo que fueron los libros de mi infancia, de los cuales conservo "Cuando los Héroes eran Dioses" y "Oriente y Occidente". A diferencia de los chicos de generaciones anteriores, que crecieron bajo la influencia de Salgari, Verne y Dumas, entre muchos otros, mi generación creció bajo el dictado del Canal 5 y las historietas diversas de la época. Fue en la secundaria que el encuentro con la lectura tuvo lugar con "El Maravilloso Viaje de Nils Holgerson", y "Marianela", de Pérez Galdós, los cuales realmente no leí, sino que recurrí a la reseña de "Los mil Libros", de Nueda, de la cual hice el resumen para salir del paso. Vino después "El Señor Presidente", de Miguel Ángel Asturias, libro que no comprendí ni me gustó ni nada y del cual sólo supe que era comunista porque mi padre me lo dijo. En el bachillerato otra vez me topé con Pérez Galdós, esta vez se trataba de "Doña Perfecta", libro que me pareció denso, pero cuyas ideas generales comprendí y compartí. Fue el turno de los "Cuentos de Horacio Quiroga", que parecían interesantes aunque un tanto rebuscados y con escenarios poco familiares. Después, Franz Kafka y "La Metamorfosis", donde la loca existencia de un ser como Gregorio Samsa me pareció un tanto divertida y estimulante. En esa época no sólo tuve acceso a ese tipo de textos sino también tuve que leer "De Espartaco al Che y de Nerón a Nixon", "El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en Hombre", el "Manifiesto del Partido Comunista", "Las Cinco Tesis Filosóficas de Mao Zedong", "Ética Marxista", "El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo", y así por el estilo. Sin embargo, todo era lo que he dado en llamar como "lectura por encargo", es decir, leer cosas porque las encargan leer en la escuela. De hecho, es muy común que cuando un joven ve leer a otro, le pregunte si le "dejaron" (o encargaron) leer el libro que sostiene en las manos y menuda sorpresa se llevan cuando no es así. En fin, pese a que en mi casa había libros, lo mismo que en la casa de mi abuela paterna, no se me apetecía leer nada, quizá era una inconsciente rebeldía ante la crítica paterna, hasta que un sábado, estando en casa de mi finada abuela, me dio por echarle un vistazo a uno de los libreros y a mis 17 o 18 años, un título llamó mi atención: "El Poema de Mío Cid". La historia de Ruy Díaz, don Elvira e Doña Sol, Ansuor Goncalvez, Goncalvo Ansuores y Minaya Álvar Fañez, me trajo momentos de emoción, admiración, pero sobre todo las ganas de volver a leer algo. Casi a la par salió a la venta una colección de libros titulada Biblioteca del Terror, de la cual leí "Psicosis", "El Bebé de Rosemary", "King Kong", "Cuentos Pavorosos", de Guy de Maupassant, entre otros. Destaco de esta colección "El Color que Surgió de Cielo", de un autor que vino a convertirse por aquellos años en uno de mis grandes favoritos: H.P. Lovecraft y sus "mitos de Cthulhu". Auténtico maestro de una perspectiva modernista del terror, con Lovecraft conocí a otros autores, seguidores suyos la mayoría, como August Derleth, Robert Bloch, Clark Ashton Smith, Brian Lumley y Stephen King, entre otros. A esas lecturas y nuevamente en la tesitura de la lectura por encargo, conocía a autores como Ángeles Mastretta, Renato Leduc y Carlos Monsiváis, por mencionar algunos. En general fueron autores que me gustaron como es el caso también de Jorge Ibargüengoitia y su "Ley de Herodes" y José Joaquín Blanco con "Función de Medianoche". Ya de salida de la universidad, conocí a otro autor interesante que ya he mencionado en otras ocasiones, sus libros son catalogados como de autoayuda, pero puede considerarse, junto con Billy Graham, como uno de los autores cristianos más influyentes del siglo pasado: Norman Vincent Peale, de quien leí, para empezar, "Los Sorprendentes Resultados del Pensamiento Tenaz". Así, por esos tiempos, comencé a leer mucho más y a formar lo que ahora es mi pequeña biblioteca, la cual se conforma por libros sobre diferentes temas como historia de México, libros sobre política mundial, textos sobre música, filosofía, cine, arte en general, religión, biografías y otros tópicos bajo la consigna de no menospreciar un género por otro ni minimizar autores sólo por no ser de los "consagrados". De García Márquez, puedo decir por ejemplo que no he leído toda su obra, pero por ejemplo "El Otoño del Patriarca" no me gustó. He leído, por supuesto la Biblia completa en apenas cinco ocasiones, y siempre encuentro cosas nuevas al releerla. He leído obras como "Los Protocolos de los Sabios de Sión" y "Mi Lucha", en aras de formarme una idea lo más cabal sobre el nacionalsocialismo, así como también he leído el "Pirké Avot", "El Libro de los Preceptos", de Maimónides, varios libros sobre cine, del extraordinario investigador Emilio García Riera, "Apocalípticos e Integrados", de Umberto Eco; y más de autores como Octavio Paz, Salvador Borrego, Tomás Mojarro, Guadalupe Loaeza, San Agustín, Francis Schaeffer, Karol Wojtyla, Joseph Ratzinger, Samuel Vila, Andrés Manuel López Obrador, Carlos Salinas de Gortari, Isaac Asimov, Gastón García Cantú, Samuel Huntington, Alfredo Gudinni, Karl Marx, Oscar Wilde, Friedrich Engels, Adam Smith, Isaac Bashevis, Anaïs Nin, Carlos Fuentes, Giovani Papinni, y muchos otros, que enlisto no para presumir una inexistente erudición, sino más bien el esfuerzo por tratar de conocer diferentes puntos de vista sobre el mundo en que vivo. No he leído tanto como quisiera y mi récord de ocho libros leídos en un año sé que es pobre pese a que México es un país de escasos lectores. Sí, hay libros malos, libros que quizá no debieron haberse publicado nunca, pero entiendo que para todo hay gustos y en mi caso, como periodista, es una necesidad recurrir y conocer diferentes fuentes que nos ayuden a comprender mejor los fenómenos de nuestro mundo. Leer nos acerca a lugares remotos en los que quizá nunca leguemos a estar físicamente, por eso creo que si queremos fomentar la lectura debemos quitarnos nuestros prejuicios y dejar que cada quien empiece su camino de manera sencilla sin criticar y desdeñar los gustos y aficiones de los otros. Yo comencé tarde mi camino por la lectura debido a que no conté con una guía que me invitara a adentrarme en ese maravilloso mundo, y por el contrario, me topé con una puerta de prejuicios que preferí evitar durante años. Fomentemos la lectura con cariño, con interés de que nuestros hijos aprendan algo nuevo y vayan descubriendo la complejidad de nuestro mundo.
líder de opinión. Si hay algo verdaderamente cuestionable en materia de opinión pública es la función y la existencia de los llamados o mal llamados líderes de opinión, que suelen ser una especie de gurús o sabios en materia deportiva, política, económica, académica, etcétera. El líder de opinión regularmente es un individuo con presencia especialmente en los medios electrónicos de comunicación, entendiendo a estos medios como canales a través de los cuales los individuos interactúan en el proceso comunicativo en lo que se ha dado en llamar el feedback o retroalimentación, que propone una dinámica donde el emisor y el perceptor intercambian posiciones. Sin embargo, hay que tener cuidado al distinguir entre un líder de opinión y un manipulador. El líder de opinión puede, en un momento determinado, dejar ver o entrever sus preferencias sin tratar de imponerlas. El manipulador pondrá como ejemplo de lo que debe ser, su muy personalísimo punto de vista como si se tratara de un punto incuestionable sobre el tema a tratar. El manipulador buscará siempre tener la última palabra, y dogmáticamente, fustigará a quien exprese desacuerdo con su punto de vista. El manipulador no permite una palabra contraria a la suya, el líder de opinión, por el contrario, da pie al debate, que enriquecerá la perspectiva de la audiencia, que podrá tener mejores argumentos para hacerse una idea más cabal sobre lo que se está tratando. El manipulador se reconoce porque prácticamente, en automático, descalifica a sus contrarios llenándolos de cualquier cantidad de adjetivos, burlas u otros infantilismos que sólo dejan ver su inmadurez y escaso raciocinio. El líder de opinión lucha por dar su punto de vista aunque éste no sea políticamente correcto o no vaya por los caminos generalmente aceptados. El verdadero líder de opinión muchas veces navega contracorriente, exponiéndose precisamente a que los manipuladores lo llamen necio, loco, soñador, incoherente o de alguna otra forma similar y está dispuesto a utilizar formas a veces rudas o ásperas para externar su opinión, está más preocupado por el fondo que por la forma. El manipulador, por el contrario, jamás expondrá sus verdaderas convicciones, es -por supuesto-, políticamente correcto, disfrazará sus críticas para parecer como alguien moderado, ecuánime, tenue, pero cuando sus intereses se ven afectados, entonces está dispuesto a dejar su traje de manso corderito para irse con todo hacia la yugular de su oponente. El manipulador -en la gran mayoría de los casos- enarbola la bandera del poderoso, al igual que el lambiscón. Evita a toda costa dar a conocer las críticas fundadas o no que afectan los intereses de los poderosos. Los manipuladores suelen convertirse en voceros de los designios y dictados de los poderosos para o cual se les ofrece tiempo en radio, prensa y televisión con el fin de abarcar y condicionar el mayor número de mentes posible. Ante esta situación, podemos entender entonces que los verdaderos líderes de opinión son pocos, suelen ser duros, ásperos, corrosivos en ocasiones, pero rara vez son mentirosos. Así, tocante a este tema, encuentro como líderes de opinión en diferentes esferas -lo cual es un ejercicio subjetivo, pero que puede generar opiniones interesantes- a diferentes personajes de distintas épocas que creo, entran en esta definición: Los finados don Fernando Marcos y Ángel Fernández; Jacobo Zabludovsky, en su etapa radiofónica; Jorge Saldaña, Tomás Mojarro, Eduardo Andrade, Celeste Sáenz de Miera, Esteban Arce, Juan Calderón, Alfredo Gudinni, Pedro Ferriz Santacruz, Horacio Villalobos, Andrés Manuel López Obrador (aunque en este caso se trata de un político); Mario Méndez Acosta, Carlos Albert, Hugo Sánchez (en este caso es un entrenador de futbol); el también fallecido don Gastón García Cantú, el periodista y escritor Luis Spota, y aunque no estaba muy de acuerdo con los personajes que a continuación mencionaré, no puedo dejar de reconocer el poder de convocatoria que llegaron a tener por años José Gutiérrez Vivó, Carmen Aristegui, el polémico José Ramón Fernández y el gurú de los espectáculos en México en la época dorada de Televisa, Raúl Velasco.
liliputienses. Según Jonathan Swift, Liliput es la tierra de los enanos, es decir, los liliputienses. En dado caso, los liliputienses, según este diccionario, son aquellas personas cuyo criterio refleja su poco desarrollada estatura mental. Los liliputienses odian que alguien haga nuevas propuestas, a la menor provocación ven como enemigo a todo aquel que pudiera hacer crecer la oficina o el negocio y mantienen hasta grados extremos la prevalencia de sus ideas por erróneas que éstas sean. Los liliputienses no son dados al cambio, son esclavos, más bien, de la monotonía porque piensan que explorar nuevos caminos y nuevas fórmulas es arriesgado aunque se haya comprobado que alguna nueva forma pudiera ser mejor. El liliputiense no quiere sugerencias sino obediencia ciega, aborrece a los que aportan ideas porque se sienten tan inseguros que temen ser desplazados por ese tipo de personas más dinámicas, así que por regla general, cuando los liliputienses son los que están al mando, no vacilan en hostigar, fastidiar y hartar a quienes en su estrechez mental consideran rivales en potencia. El liliputiense, lamentablemente, es pariente cercano del mexicano enano, el cual es fanfarrón fantasioso, arrogante, prepotente e inseguro.
lucha libre. Deporte-espectáculo, la lucha libre es un mundo aparte donde el bien y el mal se enfrentan continuamente contribuyendo a que los aficionados puedan desfogar sus filias y fobias en la arena. Desde niño, como casi cualquier infante mexicano, la lucha libre llamó poderosamente mi atención. Nunca me llevaron a una arena de pequeño, pues ahí sólo iban "los peladitos", así que me conformé como muchos niños, con ver las películas de Santo el enmascarado de plata por televisión, donde vencía a cualquier enemigo por poderoso que pareciera. En aquellos tiempos, el mundo de la lucha libre autóctona parecía más integrado a la cultura y costumbres del país. Los niños sabíamos de la existencia del Santo, Blue Demon, Tinieblas, Mil Máscaras, Huracán Ramírez, La Tonina Jackson, Dorrell Dixon, el Rayo de Jalisco, así como Fishman, Sangre Chicana y El Cobarde entre muchos otros. Los veíamos en las películas, comprábamos los innumerables álbumes de estampas donde los veíamos ataviados con sus máscaras, sus botas y sus capas, insistíamos a nuestros padres para que nos compraran luchadores de juguete en el mercado o en las jugueterías, era la locura si nos llegábamos a hacer de un ring para nuestros luchadores y nos apoderábamos de sus personalidades cuando conseguíamos comprar una máscara, con la cual nos transformábamos en implacables justicieros, fuertes y poderosos. Todos queríamos ser el Santo, el luchador mexicano más popular de todos los tiempos, no faltó el niño que acabara fracturado pretendiendo emular las llaves de este casi mitológico gladiador. Durante algún tiempo compré revistas de lucha libre donde me sorprendía al ver los rostros ensangrentados de los ídolos luchísticos del momento. Me perdí, por necio (aunque ya se puede ver en YouTube) el momento en el que el Santo se quitó la máscara en cadena nacional en el noticiario 24 Horas, de Jacobo Zabludovsky. Conforme fui creciendo y mis intereses se diversificaron, la lucha libre para mí sólo era el referente de una de las actividades de mayor tradición en el mundo deportivo mexicano. Fue hasta poco antes de entrar a la universidad, que, al estar trabajando en una revista de lucha libre, tuve la oportunidad de ir por primera vez a una arena. Asistí, en plan de trabajo al ahora desaparecido Toreo de Cuatro Caminos, enorme lugar donde cabían miles de personas, donde tuve oportunidad de ver entre otros muchos gladiadores, al Vilano III, heredero de una familia dedicada al pancracio, como también se conoce a esta disciplina. Mi percepción entre la realidad de estar una arena y mis recuerdos infantiles fue verdaderamente contrastante y quedé convencido de que la atracción de las máscaras, las capas, la sincronía de las llaves, piruetas, machincuepas, giros y pantomima de la lucha libre, no se reflejan mínimamente cuando uno ve un espectáculo como este en televisión. Estar en la arena, oír los alaridos de la gente, las porras, los gritos de los luchadores es una experiencia inigualable que apenas pude repetir en contadas ocasiones más, pero es algo que no dudaría en recomendar. Fue ya hasta que me casé, que al haber contratado un servicio de televisión de paga vía microondas, volví a disfrutar del mundo de la lucha libre por televisión. En esta ocasión no se trataba de los luchadores mexicanos cuyos espectáculos habían venido transmitiendo en la televisión abierta y que me habían parecido deplorables, especialmente aquellas donde participaba un tal Supermuñeco en el ya desaparecido Pabellón Azteca. Los luchadores que ahora veíamos mi esposa y yo en la tele, eran extranjeros y pertenecían a una agrupación llamada WWF. Comenzamos a familiarizarnos con los nombres de Shawn Michaels, el Bulldog Británico, Rick Flair, The Undertaker, Kane, Gold Dust, Razor Ramon, Diesel, Savio Vega, Brett y Owen Hart, Yokozuna, El Psicópata, Mankind, Luna, Sunny, Marc Mero y Sable, y muchos otros con quienes nos divertíamos cada semana en la emisión Monday Night Raw, transmitida por la cadena USA con la narración y comentarios de los excelentes conductores Hugo Sabinovich y Carlos Cabrera. Los años van pasando y la WWF ahora se llama WWE, nuevas caras como Vicky Guerrero, Edge, John Cena, Randy Orton, Rey Mysterio, Jeff y Matt Hardy, Carlito, Batista, junto con viejas leyendas como Triple H (antes El Aristócrata Hunter Hearst Helmsley) y las famosas divas de la WWE, son curiosamente la inspiración de empresas luchísticas de tradición como se supone que eran las mexicanas. Tanto la famosa Triple A, como el Consejo Mundial de Lucha Libre, han importado toda la parafernalia de la WWE dándole un toque autóctono francamente desastroso no obstante la presencia de las atractivas edecanes y los combates con escaleras, jaulas, y cuanta cosa se les ocurre a nuestros vecinos estadunidenses. Antes bien, debo aclarar que si se habla de espectacularidad, la lucha libre norteamericana es la mejor ya que no se escatima en recursos que van desde las luces de colores, fuegos artificiales, pantallas gigantes y otros elementos que crean toda una atmósfera que cautiva a los aficionados. Sin embargo, si se habla de estética combinada con el deporte, la lucha mexicana es quizá ya no la mejor del mundo pero sí un espectáculo lleno de colorido de las máscaras de los luchadores. Esto combinado con una extraordinaria precisión en la ejecución de llaves y contrallaves, sincronía en las coreografías en las cuerdas y abajo del ring, maestría y valor en las acrobacias por el aire, hacen de la lucha libre mexicana un espectáculo al que hay que ir, asistir para comprobar que si bien hay mucho de teatro, los golpes son reales lo mismo que las lastimaduras que sufren estos atletas de los encordados. Ir a la arena de lucha libre, es además, la oportunidad de formar una amalgama donde está plasmado el pueblo, va el artista, el estudiante, el obrero y el padre de familia, van los abuelitos, el niño travieso y los novios que quieren pasar un rato juntos, va el gerente de la tienda, el jefe de oficina y el que hace los mandados. Ahí todos son iguales y apoyan rabiosamente a sus favoritos, las clases sociales desaparecen y todos desfogan sus ansias y delegan sus más particulares deseos en los gladiadores sean técnicos o rudos, como si a través de un rito de intercambio de personalidades por un momento lograran sus mayores metas. El poder de convocatoria de la lucha libre es casi inherente al pueblo mexicano y será tal vez por eso que partidos políticos han empleado a luchadores como parte de su equipo de campaña política, eso sin embargo no demerita en ningún sentido a la lucha libre como un elemento indispensable de nuestra cultura popular.
luego. Casi todos lo hemos hecho. Dejar para luego algo que podemos hacer ahora mismo pareciera ser la constante para casi todos los mexicanos. ¿Qué trae consigo dejar las cosas para "luego"?, la inoportunidad de estar tranquilo y sin presiones. Dejar las cosas para "luego", las convierte más tarde en situaciones de extrema urgencia. Si hay algo que los mexicanos debiéramos cambiar, sería dejar el "luego" guardado en otro lado y dedicarnos a lo nuestro en tiempo y forma. Sería, sin duda, mucho mejor.