"Diosito"
Por Héctor Marín Segura
Hace poco que estuvo de moda la película "La Pasión de Cristo", leí cualquier tipo de comentarios desde diversas posturas. No recuerdo exactamente quién fue el autor, pero se me quedó grabado el título de uno de tantos artículos que se escribieron respecto a la famosa y taquillera cinta de Mel Gibson, era "No le peguen a Diosito".
El autor de dicho artículo hacía una crítica muy bien elaborada, muy bien sustentada, pero llamaba la atención que sus comentarios retomaban la esencia de un rasgo muy mexicano: el empleo de diminutivos para referirse a ciertas personas o cosas.
Por ejemplo, para quienes están relacionados con el mundo de la publicidad, saben que al referirse a los alimentos con palabras que tienen que ver con la gastronomía como "picosito", "quesadillitas", "sabrosito", "taquitos", "salsita", "refresquito" y tantos otros diminutivos, las cosas se les antojarán a los posibles consumidores.
Pero, me detuve a pensar que, por otro lado, en México es costumbre tratar con mucha delicadeza a las personas. No es lo mismo decir Carmen que Carmelita. Lo primero es demasiado frío, muy formal y puede denotar muchas cosas. Decir "Carmelita" suena más cálido, como que da confianza y al mismo tiempo deja entrever cierto cariño.
A muchas autoridades se les nombra también con ciertos diminutivos tratando de demostrar cariño y respeto al mismo tiempo. Para muchos no es lo mismo decir "papi" que "papá" o "jefecito" por "jefe".
Todo esto es en primera instancia, ahora bien, hay diminutivos que pueden ser despectivos, por ejemplo, no es lo mismo que digamos "el doctor", que "el doctorcito". Claro, todo depende del contexto con el que se diga la palabra, ya que una persona agradecida y de condición humilde puede decirle "doctorcito" a un médico. La misma palabra no se escuchará igual si decimos "¿ya fuiste con el doctorcito ese?" De inmediato notaremos la diferencia y la intención peyorativa.
Pero independientemente de estas connotaciones, el diminutivo es asociado con lo que es chico, pequeño. Estuve viendo el Diccionario Esencial de la Real Academia Española y en el apartado sobre la palabra "diminutivo" dice lo siguiente: "adj. Dícese del sufijo que disminuye la magnitud del significado del vocablo al que se une... ".
Entonces pensemos en la palabra "diosito", la cual es entonces una disminución del significado de la palabra "Dios".
¿CREYENTES O "CREYENTITOS"?
Si la intención es mostrar respeto o humildad para nuestro Creador, no es para ello necesario emplear palabras en diminutivo. Quizá, más bien, considero que la costumbre viene del trato que se le suele dar en estos países regidos bajo la influencia católicorromana a la figura de la Virgen, la cual no es sino la "virgencita".
Claro, podemos dirigirnos a Dios con afecto, con cariño, eso no tiene nada de malo, recordemos cuando nuestro Señor Jesucristo en Getsemaní, oró al Padre eterno dirigiéndole una palabra que denotaba gran familiaridad y confianza:"Abba", que podría equivaler a nuestra palabra "papi". Pero Jesús empleó el "Abba" como una forma de expresión muy especial que sólo un hijo puede tener para con su padre.
El problema que encuentro en la frecuente expresión "diosito" es que me habla de un dios pequeño, disminuido, insuficiente, tal y como lo plantea de algún modo el catolicismo romano, donde existe un dios que no puede hacer las cosas por sí mismo y necesita, en primer lugar, el consejo y aval de su madre, y por otra parte, la ayuda de los santos para poder ayudar a la gente. Ese sí parece un "diosito".
Claro, habrá quien piense que exagero y que muchos niños se dirigen a Dios como "diosito". Es cierto, mi propia hija lo hace en ocasiones. Pero creo que esto tiene una explicación. En el mundo de los niños se les enseñan muchas cosas con modelos entendibles para ellos. De ahí que cuando vemos biografías de personajes célebres dirigidas a los infantes, nos encontramos con "el pequeño Cristóbal Colón" o incluso muchos libros relacionados con la Biblia y que se encuentran en las librerías cristianas como "La Historia del Bebé Moisés" o "El Pequeñito David y el Grandulón Goliat". Los niños, al ver a estos personajes, se identifican con ellos y comprenden más fácilmente las historias. Incluso, la gente dedicada a la producción de caricaturas seculares ha explotado muy bien esta cuestión y prueba de ello son caricaturas como "Los Pequeños Picapiedra", "Los Muppets Babies", "Ruy el Pequeño Cid" y otras. El caso es que no confundamos la forma en que se expresa un pequeño y las formas que emplean muchos mayores.
"JEHOVA ES GRANDE"
El punto de vista evangélico y bíblico es que Dios es grande, Exodo 18:11, por ejemplo, dice: "11Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses... ". Ayer como hoy, existen una serie de charlatanes que pretenden mostrarnos grandes portentos que con el tiempo se desvaneces pues no son mas que triquiñuelas para apartarnos del verdadero camino. El creyente que ha experimentado cambios en su vida, reconoce que la grandeza de Dios es superior a la de cualquier mago o hechicero o cualquier otra cosa que nos sea presentada como deidad, Dios se presenta en toda su grandeza ante esos "dioses".
ES PODEROSO Y TEMIBLE
Cuando escucho de "diosito", también me acuerdo de cuando somos pequeños y nuestra mamá está lista para aplicar disciplina cuando nos portamos mal. Pretendemos ablandar su corazón y bajarle el coraje diciéndole "mamacita linda, ya no lo vuelvo a hacer".
Bueno, Dios, nuestro gran Dios, se presenta de la siguiente forma en Deuteronomio 10:17: "17Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho... ". Dios es fuerte, y por lo tanto debemos respetarle, sabemos que El ve todo lo que hacemos y conoce el interior de nuestros corazones, sabemos que Dios tiene un plan trazado para nosotros si le obedecemos y si tenemos como Salvador a Jesucristo, lo contrario, hay que decirlo, nos lleva a la perdición y al castigo.
ES DIGNO DE SER ALABADO
¿Quién si no El es digno de toda la alabanza? El Salmo 48:1 dice: "1Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado".
¿No le agradecemos a alguien y hasta a veces le colmamos de besos o palabras de elogio cuando nos ayuda a conseguir algo o cuando nos da algún regalo? Pues con mayor razón debemos hacerlo para con nuestro Dios, quien nos da vida y todo lo que necesitamos. Incluso, a algunos nos da más que eso todavía.
NO DESESTIMA A NADIE
Job 36:5 dice: "5He aquí que Dios es grande, pero no desestima a nadie". Jehová, nuestro Dios es grande, sí. Pero no es inalcanzable en cuanto a que no nos pueda dar un trato justo. El está listo para darnos lo que merecemos y sabe ser misericordioso. La idea católica de "diosito" es, como dije renglones atrás, como tratando también de calmar a un dios gruñón e irascible que no sabe sino castigar. La idea bíblica presenta a un Dios que da la oportunidad a todos y que nos trata como hijos, es firme, pero no es un tirano.
ES UN HACEDOR DE MARAVILLAS
La Biblia nos habla desde el Génesis hasta el Apocalipsis de las maravillas del Señor. El creó los cielos y la tierra y todo lo que habita en nuestro planeta. Si Dios hubiera sido un "diosito", no hubiera podido hacer todo por sí solo. Habría necesitado ayuda tal y como ocurría con los dioses griegos y romanos, que tenían un poder limitado, el que regía los vientos, no podía dominar el agua y así por el estilo. Al respecto, el Salmo 86:10 dice: "10Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas... ". El Salmo 148:5 trae la siguiente exhortación a la creación para que alabe a Jehová: "5Alaben el nombre de Jehová; Porque él mandó, y fueron creados".
Amigo lector, a través de estos versículos te he querido presentar un panorama que reconozco es muy pequeño, pero que pretende, con la mejor intención, mostrar la grandeza de Dios. Si alguna vez habías recapacitado sobre la diferencia entre Dios y "diosito", creo que éste puede ser un buen punto para realizar un trabajo de evangelización. Espero que te sirva y sea una herramienta para poder hablar de Su grandeza, de Su poder y de Su misericordia.
Que Dios te guarde y te bendiga.
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