Comunicación
Por Héctor Marín Segura
Por Héctor Marín Segura
Una de las acepciones que utiliza El Pequeño Larousse Interactivo 2002 para la palabra "comunicación", es la siguiente: "Medio de unión": la comunicación entre dos pueblos.
Dicen los que conocen sobre la teoría de la comunicación (aunque no hablaremos del funcionalismo, el estructuralismo ni el marxismo), que la comunicación es "el acto de relación entre dos o más sujetos, mediante el cual se evoca en común un significado".
La cita anterior pertenece a J. Antonio Paoli, en su libro "Comunicación e Información Perspectivas Teóricas".
En términos más llanos el fenómeno comunicativo consiste en que, teniendo un punto de referencia, dos o más individuos puedan entablar un diálogo. Dentro de ese punto de referencia entran cuestiones culturales, doctrinales, políticas, nacionales o de muy diversa índole.
Uno de los ejemplos clásicos en los salones de clase para mostrar esquemáticamente el proceso de la comunicación, es el siguiente:

Sin embargo, a veces no es suficiente con que exista el emisor, que sería la persona que tiene un mensaje que dar, sino que el receptor entienda lo que se le está diciendo, para que se pueda dar el proceso de comunicación.
Y este tema viene a colación tras haber leído la interesante exposición que hace el cantante y hermano en la fe "Rabito" acerca de cómo estamos utilizando los cristianos los medios de comunicación.
Como ya mencioné en artículos anteriores en la Revista Espejo y en la columna del mismo nombre, los cristianos apenas y tenemos una mínima representación en los medios de comunicación electrónicos como son las barras cristianas deRadio Chapultepec y 1440 La Reina del Hogar. En los medios escritos la cosa va igual, apenas y son dignas de mencionarse publicaciones como Prisma, Noticiero Milamex y Eventos.
Tras leer la entrevista a "Rabito", me pregunto:
¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO LOS CRISTIANOS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN?
Y la pregunta no es gratuita. Incluso creo que puede ser aún más directa: ¿Estamos predicando a Cristo a través de nuestros medios?
Yo por mi parte digo que no... ¡Aceptémoslo! La mayoría de las publicaciones y programas con el membrete de "cristianas" no son sino escaparates publicitarios para promover toda suerte de productos: Infinidad de Biblias para todos gustos, tamaños y bolsillos; discos y casetes al por mayor; playeras; artículos de joyería; libros (especialmente los best-sellers del momento); y cualquier número de congresos, seminarios y conferencias, en los que se anuncia con bombo y platillo la presencia de un predicador en especial, y más aún si éste estará acompañado por el canto de determinada estrella del star system cristiano.
Existe, como materia de estudio en la carrera de Ciencias de la Comunicación o en la de Periodismo y Comunicación Colectiva, una materia llamada Análisis de Contenido, de la cual muchos cristianos son fanáticos de buscar mensajes subliminales en la publicidad. Pero el análisis de contenido puede servirnos como marco de referencia también para -verdaderamente- analizar el contenido de los programas y revistas cristianos que aparecen día a día.
Lamentablemente, además de baja calidad, muchos medios cristianos adolecen de algo que debiera ser primordial: Hacen mucha publicidad de productos, pero hablan muy poco del Evangelio.
No sólo eso: muchos de esos medios y programas dan por sentado que quienes los escuchan o leen son cristianos, sin tomar siquiera en cuenta que al menos en México, más del 80 por ciento de la población no conoce el Evangelio y vive bajo el engaño de la doctrina tradicional católico romana. Otros pequeños porcentajes han sido atrapado por los esperanzadores mensajes de las sectas, que han pasado a formar una parte cada vez más activa, mientras nosotros los evangélicos perdemos el tiempo en emitir mensajes llenos de una jerga cristianoide que no da frutos y que no llega a los oídos de quienes realmente requieren conocer a Jesucristo para que sea el Señor de sus vidas.
VOLVIENDO AL PRINCIPIO
Decíamos líneas arriba que es necesario establecer un marco de referencia que nos permita hacernos entender ante los demás para que la comunicación pueda darse.
No se trata solamente de que nosotros expresemos una idea, que en este caso es el mensaje del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, sino que hagamos ese mensaje accesible, entendible para los demás.
Como dice "Rabito", no basta con que llegue uno y se pare ante las cámaras de televisión Biblia en mano y le diga al público "Cristo te ama", o "debes ser salvo". Se debe explicar a la gente en qué consiste el amor de Cristo o por qué es necesario ser salvo, es decir, la gente debe saber de qué debe salvarse.
Particularmente, creo que debemos estar bien conscientes, cuando tenemos la oportunidad de explotar (por así decirlo) un medio, de que vivimos en un mundo que pasa por hambrunas, guerras, desastres ambientales y tantos otros hechos que hacen sentir al hombre desgraciado, impotente y falto de fe y de voluntad para buscar una mejoría. Es ahí donde debemos actuar en concordancia con lo que hizo nuestro Salvador cuando se acercó a todos aquellos cojos, ciegos, leprosos y pecadores para darles la sanidad no sólo física, sino espiritual.
Dios nos ha dejado por escrito, es decir, ha utilizado como medio un libro -la Biblia- para comunicarnos lo que quiere que sepamos y que hagamos.
No se requiere entonces que hagamos revistas a todo color con papel finísimo o programas con 100 líneas telefónicas para atender llamadas, sino hacer llegar a quienes lo necesitan, el mensaje de que se puede ser libre del pecado, de la enfermedad y de las necesidades a través de Cristo. Cualquier otra cosa no es sino fanfarronería y la exaltación inútil de la figura humana.
Al leer el Nuevo Testamento, me sorprende cómo nuestro Señor no necesitó grandes auditorios, ni locutores que lo presentaran, tampoco se habla en las Escrituras de que en sus sermones se presentara algún cantor o salmista conocido. No, era tan sólo Él, sin necesidad de grandes aparatos de seguridad; sin necesidad de vender boletos por adelantado y sin hacer grandes anuncios como los que hacer las sectas brasileñas hoy en día: "HOY, GRAN REUNIÓN DE SANIDAD". No.
Tampoco hablaba con términos dirigidos para su "grupito" de conocidos, sino que se hizo entender por todo aquél que quisiera escucharlo.
Esta no es una crítica "hacia fuera", porque en ESPEJO sabemos que nos falta mucho camino por recorres y somos los primeros en reconocerlo; pero tampoco vamos a callar cuando vemos que hay hermanos que están cometiendo nuestros mismos errores, ya que, a final de cuentas, desde diferentes trincheras, todos somos soldados del mismo ejército, el ejército de Cristo, y no podemos dejar pasar más tiempo para perderlo en cosas superficiales. Por ello, hermano lector, si estás a cargo de algún medio, empéñate en mejorar su calidad día con día y no pierdas de cista que el que seas director, jefe de información u otro cargo, no es para tu gloria, sino para gloria del Señor.
Lo mismo para los pastores que muchas veces tienen en su corazón el compartir la Palabra de Dios a las grandes audiencias de radio o televisión: Hay que prepararse no solamente en cuanto a conocimientos teológicos o bíblicos, sino hay que saber pararse frente a un micrófono, ya que cuando una persona enciende el televisor o la radio, está dejando que la presencia de quien actúa como emisor, penetre en su hogar, y un mensaje vago, ambiguo, mal enfocado o demasiado cargado de términos poco comunes para el grueso de la población, sólo traerá consigo que la persona apague el aparato o cambie de estación.
Que Dios te colme de bendiciones.
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