jueves, 21 de agosto de 2014

Brevísimo Diccionario Marín de la Docena ( C ) (Publicado originalmente el 5 de mayo de 2008).

Breve Diccionario Marín de la Docena
Por Héctor Marín Segura
C

caricaturas. En los años 70 del siglo pasado se descubrió que la televisión podía, además de otras cosas, convertirse en niñera. En mayor o menor medida, desde ese entonces, niños de todo el mundo se han visto expuestos a importantes dosis de televisión, siendo las caricaturas, uno de los principales objetos de consumo por parte de los niños televidentes. Por lo que a mí respecta, recuerdo que entre mis favoritas estaban "Marino y la Patrulla Oceánica", "Tritón", "Sombrita", "Fantasmagórico", "Los Picapiedra" -cabe aquí hacer mención de que fui uno de los afortunados pequeños que gozamos del excelente doblaje mexicano-, "Don Gato" (con la inigualable voz de Julio Lucena), el "Festival de Cuentos Clásicos", de Rankin.Bass; "Meteoro", "Supercan", entre la lista de un largísimo etcétera, y ya en mi época de adulto "Los Supercampeones", "Pokemón", "Los Simpson", y ya como padre de familia he visto la tele (sin que ésta sea una nana), con mi hija, las aventuras de "Las Chicas Súper Poderosas", "El Campamento de Lazlo", y hasta "Las Sombrías Aventuras de Billy y Mandy".
catolicismo. Conjunto de doctrinas en las que Jesucristo se ve reducido a un sombrío hombre-Dios maltratado y clavado en una cruz, que pese a ser Todopoderoso, necesita de una serie de ayudantes llamados "santos", pasando por la supervisión y vigilancia de su madre.
cigarro. Fui fumador pasivo durante años enteros de mi vida. En casa, mi madre fumaba una cantidad considerable de cigarros al día. Ya siendo mayor, me convertí en fumador ocasional, pero rara vez compraba cajetillas y prefería pedir cigarros a amigos o compañeros de escuela. Quienes fuman, no saben el daño que se hacen a sí mismos, y la molestia que provocan a los demás. ¿No te ha pasado que vas a comer a algún lugar y mientras disfrutas de tu comida, de pronto un sujeto fuma echándote a perder la comida? No sólo eso, a veces cuando vamos a comer en grupo, con compañeros de trabajo, ¿no te ha tocado que alguno de tus acompañantes termina su último bocado y sin decir nada, de pronto enciende un cigarro, bajo el estúpido pretexto de que "después de un buen taco, un buen tabaco"? Por eso aplaudo la puesta en marcha por parte de las autoridades del Distrito Federal, de la Ley de Protección a los No Fumadores y apoyo el boicot contra los restaurantes Vips, que se ampararon para desobedecer esta ley.
cine. Desde muy pequeño, estuve muy familiarizado con el cine, pues era un espectáculo para todos los bolsillos. Muy entre sueños, recuerdo haber visto con mis padres la película de "La Gata Tomasina", y algunas de Disney, las cuales ya vi poco más grande en compañía de mi hermano, en el Cine Continental "La Casa de Disney", donde vi entre otras, "Un Ejecutivo muy Mono", "Robin Hood", "El Profesor Boligoma", y otras más. En las matinés del Cine Cosmos, vimos cualquier número de ocasiones la película "Campeones Olímpicos", con Donald, Mickey y Tribilín; "King Kong", la versión de los años 30; "Gunga Din", y otras cintas. Aparte de "Los Tres Reyes Magos", "El Principito" y "Heidi", ya un poco más grande, mi abuela paterna me llevaba regularmente al Cine Roble a ver películas de terror que yo mismo escogía. No obstante, también me llevó a ver películas como "Chabelo y Pepito Contra los Monstruos", o alguna que otra de Kalimán al Cine Olimpia. Conforme fui creciendo, me incliné más por las películas del género fantástico-terrorífico y de humor norteamericano, sin dejar de lado que asistí con mi padre y hermano a ver cada una de las películas de "La Guerra de las Galaxias". En mis tiempos de universitario vi películas de diferentes géneros de cinematografías como la canadinse, la húngara, la checa, israelí, brasileña, peruana, cubana, griega, holandesa, belga y demás. Como padre de familia no he seguido la costumbre de las salas de cine, que, dicho sea de paso, han perdido el encanto de aquellas grandes salas con enormes pantallas y cortinajes que cubrían las mismas haciendo del acto de sentarse a ver una película todo un ritual. El cine actual está para mi gusto, sobretecnologizado, y se le deja a los efectos especiales casi toda la carga de la cinta, lo que ha degenerado en actores cada vez más flojos y con menor solidez interpretativa.
cocina mexicana. Los que saben, dicen que las tres mejores cocinas del mundo son la china, la mexicana y la francesa. Contra la idea general de que la comida mexicana es irritante, sólo quien no la ha probado en toda su extensión puede afirmar tal equívoco. Así como hay los diferentes tipos de moles, pozoles, enchiladas y demás guisos, hay en México infinidad de platillos a base de pescados, carnes de res, de cerdo y hasta ensaladas que van de lo más sencillo, hasta lo más elaborado y exótico. Sin duda el mole es uno de mis favoritos, así como los chiles en nogada (que rara vez pican) ¿Qué sería de la cocina nacional sin las quesadillas, las empanadas de mariscos o los tacos de cochinita pibil? ¿Es posible concebir un mundo sin carne asada a la tampiqueña, cabrito estilo Monterrey, pescado veracruzano? Sinceramente creo que no sería lo mismo.
coco. De chicos nos contaban historias para espantarnos, una de ellas era la del "Coco", que a decir verdad no se tenían muchos detalles de él, por lo que era poco eficaz. Caso similar el del mítico "viejo del costal", que tampoco espantaba gran cosa. Sin embargo, en la escuela, en la plática con los compañeritos, de pronto escuchábamos historias sobre la Llorona, los duendes de los pueblos, la mano peluda y otros famosos asustadores, que a la hora de dormir revivían en nuestra memoria haciendo la noche bastante complicada. Vaya forma de masoquismo.
colección. Hay quienes coleccionan latas de refresco, cajitas de cerillos, llaveros o juguetes. En mi caso, yo me di a la tarea de coleccionar casetes, esas ya casi extintas cintas que utilizábamos en nuestras radiograbadoras antes de la llegada de los discos compactos. Llegué a tener más de mil de esos casetes de diferentes marcas y modelos, Sony, Sanyo, Memorex, GE, BASF, Maxell, Coronet, Fisher, pioneer, etcétera. Los tuve de diferentes materiales y en los cuatro tipos de cintas disponibles: I (Normal), II (Cromo), III (Ferrocromo), y IV (Metal). De cuando en cuando llego a escucharlos, aunque con la llegada del MP3, sí, ya los encuentro algo obsoletos. ¿Y tú qué coleccionas?
consejería. No sé cuándo ni como, pero un buen día se acercó un joven a mí para pedirme consejo. Lo hice y no mucho tiempo después, llegó una joven a contarme ciertas dificultades por las que estaba pasando. Llegaron posteriormente más personas y ni yo mismo sabía cómo atenderles, me había convertido en un consejero y sabía que era cosa seria. Al poco tiempo en la iglesia también hubo gente que se me acercó y si bien no soy la persona más juiciosa que conozco, trato de poner atención sobre lo que se me confía, discreción, empeño y una palabra de apoyo pero también de fundamento bíblico sobre lo que voy a sugerir. Es algo que le debo agradecer a Dios.
corbata. Con toda sinceridad puedo decir que es una de las prendas del guardarropa masculino que menos me gustan. Traer un trapo estorboso colgado del cogote no se me hace precisamente un símbolo ni de elegancia ni de distinción sino un disfraz para aparentar cierta formalidad. En cuestiones eclesiales, se puede predicar igual de bien o igual de mal con o sin corbata. Las apariencias engañan.
corrección de estilo. Durante mi vida periodística he trabajado en varias ocasiones como corrector de estilo. ¿Y qué carambas hace un corrector de estilo? Fundamentalmente la función del corrector de estilo es detectar y corregir errores ortográficos y de sintaxis en un escrito. Al mismo tiempo, el corrector debe hacer que el texto sea entendible por los lectores, que las ideas queden expresadas claramente y de ser posible, tratar de reducir los textos sin que éstos pierdan la esencia de lo que el redactor quiso decir. El corrector casi siempre trabaja con textos que no son los propios, convirtiéndose en una especie de literato sin reconocimiento alguno, ya que su nombre no aparecerá firmado en la nota o en el libro corregido. Irremediablemente, detrás de cualquier trabajo impreso que te encuentres, estará el trabajo de un corrector. Para realizar el trabajo, no basta saber poner puntos, comas, acentos u otros símbolos ortográficos. En muchas ocasiones, la corrección va más allá de eso, ya que tiene que cerciorarse de que la información vertida es fidedigna al cien por ciento, por lo que debe tener una cultura general más o menos amplia en cuanto a conocimientos de geografía, arte, música, política, economía y demás, es por ello que hay quienes sarcásticamente dicen que los correctores son aprendices de todo y maestros de nada. La labor, sin embargo, es bonita, el corrector cuenta solamente con su vista para detectar las fallas y preferiblemente deberá estar siempre acompañado de su mejor auxiliar, que será un diccionario. Desde aquí un saludo fraternal a todos los correctores de estilo del mundo.
Cristo. El único y suficiente Salvador de la humanidad. Dios mismo hecho hombre. Cristo es el eje de la historia y del tiempo, seguirle no es fácil, pero la recompensa es la vida eterna. Pídele a Cristo que cargue tus culpas, tus enfermedades, tus anhelos, tus esperanzas y tus desventuras. Tu familia, tus amigos, el sacerdote de tu iglesia, nada pueden hacer por salvarte, pero Cristo sí. Acércate a Cristo.
cultura. Cuando escuchamos el término "cultura", de pronto nos entra la idea de aburrimiento, de hastío. La cultura no son sólo los museos y las poses de los señores intelectuales que se las dan de muy conocedores. Estrictamente, cultura es en general el cultivo de las facultades humanas, pero también el conjunto de conocimientos adquiridos en cuanto a ciencia, literatura y arte. Se debería suponer que siendo pues, los cristianos, un grupo llamado a transformar la sociedad en que viven, hubiera gente interesada en estos campos. Sin embargo, no tenemos pintores, escultores, literatos cristianos que propongan algo nuevo en el campo del arte. ¿Dónde están los científicos, historiadores y filósofos cristianos? Tal parece que nuestro concepto de cultura, visto desde el punto de vista de cultivar nuestros conocimientos se ha visto reducida a intentos fallidos de llegar a ser por lo menos parecidos al cantante o al grupo cristiano del momento, según los cánones de las hipercomercializadas revistas cristianas. ¿Y lo demás, cuándo? Es una pregunta urgente.

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