Brevísimo Diccionario Marín de la Docena
Por Héctor Marín Segura
Por Héctor Marín Segura
I
identidad. Los rasgos que conforman nuestra personalidad, nuestro nombre, nuestro origen, son lo que da por resultado nuestra identidad. Nuestro carácter es también en uno de nuestros distintivos ante los demás. Con el paso del tiempo nuestra identidad se va consolidando, algunos rasgos, algunas características se acentúan, otros aspectos se van refinando; sea como sea, hay que conservar nuestra identidad, especialmente si somos cristianos. No es fácil, pero hay que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para no permitir que nos roben nuestra identidad como hijos de Dios.
idolatría. La idolatría supondría en primera instancia, la adoración de imágenes. Sin embargo, en épocas de globalización y alta modernidad, la idolatría ya no se remite solamente a lo que son las estatuas, las imágenes de talla, como en los tiempos de los egipcios, los aztecas o cualquier cultura donde, para poder creer en algo, tenían forzosamente que verlo. La idolatría, más allá de ser la veneración irracional pero también de falsa espiritualidad de rendirle culto a objetos inanimados, se ha venido sofisticando. El hombre moderno ya no sólo adora imágenes que le traerán paz interior, esas imágenes ya no son deidades todopoderosas, sino que ha llegado al punto de adorar a seres humanos exactamente iguales a él, sólo que con determinadas características a través de las cuales delega cosas que él mismo no podría lograr o conseguir. El fanático del futbol idolatra al goleador del momento, llámese éste Pelé, Maradona, Ronaldo o Ronaldinho, el caso es confiar en ellos hasta casi morir. ¿Qué hay de las quinceañeras que histéricas lo mismo han jurado amor ante un póster de los Beatles o de Luis Miguel? La idolatría es lo de hoy. Hay objetos por todos lados que pueden recibir adoración, páginas de Internet con pornografía, un automóvil, un reloj, un club, un lugar, nada escapa. Esto es debido al vacío que caracteriza a nuestras sociedades posmodernas, donde podemos estar rodeados de miles, millones de individuos, y sentirnos verdaderamente solos, cuasi desamparados. Es ahí donde el hombre común y sin Dios, busca asirse de algo para salir de su mediocridad, de su estulticia y de su medianía. Una botella puede ser el nuevo escape y también el nuevo ídolo, una forma de adorar a Baco, ahí está el genio literal de la botella que adormilará la conciencia y nos sacará de nuestra estupidez y pusilanimidad. La sociedad está enferma. Adolece de la fuerza suficiente para salir de la monotonía. La sociedad, sin embargo, no quiere a Dios, es más cómodo esperar ansioso el programa de televisión que ir a la iglesia. Ídolos aquí y allá, para todos gustos y en todas presentaciones. ¿Hasta cuándo?
iglesia. Esencialmente la iglesia es la comunidad de creyentes. El concepto general, sin embargo, muestra a la iglesia como el edificio, el lugar donde estos creyentes se reúnen para rendir adoración a Dios. Reducir a un templo, como el lugar exclusivo de adoración, es sin embargo subestimar el poder y alcances de un Dios todopoderoso. ¿Está Dios encerrado en las cuatro paredes de un templo? ¡Por supuesto que no!, el Dios al que rendimos culto es un Dios que trasciende el ámbito del templo, que va más allá del lugar de reunión. El Señor no se quedó en el tabernáculo, es omnipresente y omnisciente y por lo tanto va más allá del espacio y de la comprensión humana. Si la iglesia está conformada por los creyentes, ¿por qué hay tantas iglesias, tantas denominaciones? Es aquí donde nos damos cuenta que una cosa son los asistentes a un lugar de reunión y otra muy diferente es que quienes asisten a dicho lugar de reunión puedan ser considerados creyentes. ¿Lo sabemos nosotros? ¿Alcanzan las tesis doctrinales de nuestras denominaciones, los discursos de nuestros líderes para poder decir "éste sí es creyente y éste no"? Es imposible para nosotros poder hacer una aseveración de tal naturaleza, sólo Dios sabe quiénes son los verdaderos integrantes de su iglesia, de ahí entonces partamos al concepto muchas veces negado por algunos por lo odioso que pudiera parecer, pero una característica de la verdadera iglesia es su invisibilidad para los ojos y el corazón humanos. Así pues, la composición de esa iglesia invisible, de acuerdo con lo expuesto en la Confesión de fe de Westminster, que sirve como punto de apoyo a varias iglesias reformadas, cristianas evangélicas, es "el número completo de los elegidos que han sido, son o serán reunidos en uno, bajo Cristo la cabeza de ella; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que llena todo en todo".
ignorancia. Nadie está obligado a saberlo todo. Infinidad de datos, de verdades, escapan a nuestro conocimiento ya sea por falta de información; porque casi no leemos; porque vivimos en zonas alejadas de los centros de conocimiento; porque no tuvimos la oportunidad de ir a una escuela a instruirnos; porque nuestra edad nos ha alejado del interés de aprender y aprehender cosas nuevas; porque nuestra salud está antes que cualquier tipo de conocimiento; por falta de costumbre e interés de instruirnos... En fin, hay varias razones por las que no estamos enterados de un sinfín de hechos que ocurren alrededor de nosotros y que sin embargo, a veces llegan a repercutir en nuestras vidas, en nuestra cultura, en lo que hacemos y hasta en lo que no hacemos también. Sin embargo, en esta época de avances tecnológicos en que la información puede llegar a nuestras manos en fracciones de segundos vía Internet, a través de periódicos, revistas, televisión por cable, infinidad de cursos en centros de cultura y esparcimiento, el trato cotidiano con otras personas, nos va dando la oportunidad de informarnos sobre distintas áreas de la vida humana. Hoy por hoy no hace falta costear un carísimo boleto de barco o avión trasatlántico para conocer las costumbres de los marroquíes o para saber cuál es la situación de contaminación en China. Sólo tenemos que asomarnos a la televisión, a canales especializados, y la información llegará en forma comprensible y amena a la sala de nuestra casa. Aun así, la ignorancia persiste como un cáncer en el cerebro de algunos individuos. La ignorancia puede darse por los motivos ya enumerados al principio, pero a veces la ignorancia es una pose, y fingir ser un ignorante es ser verdaderamente un estúpido. En alguna ocasión me comentaron de un individuo que no sabía que había existido un grupo de música popular o de rock llamado The Beatles. Si uno supiera que el sujeto vivió en una isla los últimos 50 años, su desconocimiento habría sido aceptable. Si hubiera vivido en un pueblo remoto donde la luz eléctrica aún no es conocida, le daríamos el beneficio de la duda, si el individuo de marras fuera una persona sin ningún tipo de instrucción, lo entenderíamos, sin embargo, el sujeto que declaró tal absurdo, era -o decía serlo- un periodista. Hay personas con cierto conocimiento de las cosas y con una cultura general aceptable que de pronto nos sorprenden con estas declaraciones, que lejos de ser ignorancia, son una prueba de absurda petulancia e idiotez. No es que tengamos que saber a fuerza cuál es el perfume que usa Madonna o el número de hijos de Britney Spears; no se trata de que hayamos leído la obra completa de la señora Rowling (la de Harry Potter); no es que necesitemos saber con qué pie mete los goles Cuauhtémoc Blanco, pero hay cosas que, no estando impedidos, se convierten en referentes de lo que llamamos la cultura popular. Si desconocemos algunas cosas, bueno, compremos por lo menos el periódico y enterémonos de lo que pasa más allá de nuestra nariz, de la ventana de nuestra casa, y combatamos a la ignorancia, no sin también combatir al fingimiento de ignorancia, que como ya anotamos, es petulancia, y también idiotez.
ilusión. Hacerse una falsa idea de la realidad, es la ilusión. La ilusión no nos permite percibir las cosas como son, ya sea porque queramos autoengañarnos o porque realmente no nos damos cuenta cabal de las cosas como son. El peligro de la ilusión estriba en erigir imágenes o concepciones irreales de una persona, de una institución o de una situación dada, que al mostrarse como son pueden afectarnos y lastimarnos seriamente. Hay que tratar, por lo tanto, de hacer todo por percibir y aceptar la realidad tal cual es, para no caer en espejismos o ilusiones dañinas.
imprevisto. Estamos acostumbrados a hacer planes constantemente: "Mañana nos vemos", "el martes te llamo", "dentro de 15 días te pago". "El mes que entra vamos al congreso, "el año que entra nos vamos de vacaciones", "dentro de seis años estaremos votando"... Damos por sentado que vamos a hacer un sinfín de cosas como si la vida la tuviéramos comprada. Hemos llegado a tal grado de arrogancia, que olvidamos la finitud de la vida humana. La vida moderna ha traído entre sus factores negativos, una complejidad de situaciones que han desencadenado en conductas violentas por parte de las personas con quienes interactuamos. La inseguridad es una constante en nuestra cotidianidad y podemos quizá estar seguros de que vamos a salir de nuestras casas, pero no podemos asegurar que vayamos a regresar. Por supuesto que no todos los imprevistos ponen en riesgo la vida, a veces un imprevisto puede ser un simple olvido o un pequeño accidente que cambia el transcurso de nuestra jornada: Un zapato que se rompe, una media rota, una llanta ponchada, una tarea olvidada, son cosas que tiene solución pero que por mientras nos provocan un problema, pues no teníamos pensado que se pudieran dar. En un plano hipotético, pero también deseable, lo mejor sería estar preparados para imprevistos: Tener una cuenta en el banco para esos casos, contar con un seguro de vida que pudiera cubrir enfermedades, riesgos de accidentes o la muerte, etcétera. La realidad es que a veces relegamos a un segundo plano estas posibilidades o bien pensamos que estamos exentos de que nos ocurra un imprevisto, o peor aún, quizá sí quisiéramos, pero otros gastos nos tienen imposibilitados para estar preparados con tal antelación. Por ello, si llegamos a tener algún imprevisto, tratemos de solucionarlo de la mejor forma, con calma, pero con celeridad. No demos pues tampoco por hecho, que somos de plástico y que tenemos la situación controlada, hagamos planes, por supuesto que sí, pero no olvidemos que la vida es finita, como dice el apóstol Santiago (4:13-16): "13 ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala".
indiferencia. Nuestro mundo presenta día con día una problemática que es signo inequívoco de que las cosas no marchan bien. A diario escuchamos sobre escasez de alimentos, falta de agua, pobreza extrema en diversos grupos humanos, guerras, enfermedades incurables, aumento de drogadicción entre los jóvenes, incremento en los divorcios, y un largo etcétera. En este sentido, el cristiano no puede y no debe permanecer indiferente ante estos hechos. La realidad, sin embargo, en muchos casos, parece ser muy distinta. Iglesias completas, numerosos grupos de personas que dicen haber sido salvadas y compradas con la sangre del Señor Jesús, viven una vida como si ya estuvieran en el cielo o como si pertenecer a una congregación o iglesia evangélica los introdujera automáticamente al interior de una burbuja donde los problemas del mundo le son ajenos. Tal pareciera que lejos de permanecer alertas y estar más concientes de los problemas del mundo, algunos cristianos están más preocupados por adquirir el disco del cantante cristiano de moda o piensan que con asistir a "equis" o "ye" retiro o congreso. No podemos ser indiferentes ante o que pasa a nuestro alrededor, nosotros, aunque hayamos nacido en el seno de una familia cristiana, no somos salvos por ese hecho. Si tú naciste en una familia donde profesan su fe en Jesucristo, se supone que deberían estar bien concientes de las necesidades del mundo. Dios, Jesús, no se limitó a estar todo el tiempo con sus seguidores, al contrario, sabedor de la necesidad que había de que la gente se acercara a Dios, no desperdició el tiempo y anduvo en busca de los enfermos, de los pobres y de los pecadores, a quienes se allegó infundiéndoles esperanza. Ser indiferentes nos hace indignos, nos hace cristianos "de a mentiritas". Claro habrá quien nos escuche y hará quienes prefieran permanecer en la comodidad de su necedad. Se burlarán de nosotros, nos criticarán, pero estamos de cualquier modo, obligados a llevar las buenas nuevas del evangelio a quienes no lo conocen. La indiferencia es aun peligrosa para nosotros mismos, según leemos en Ezequiel 3:18: "18Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano". Más vale no ser indiferentes.
insensibilidad. Si bien es nuestra obligación, nuestro deber y hasta nuestro talento presentar el evangelio a quienes no lo conocen, no haríamos mal en sensibilizarnos acerca de la problemática que viven las personas que no conocen a Dios. ¿Cómo sensibilizarnos? ¡Poniéndonos en su lugar! A veces pensamos que con decirle a alguien "Dios te ama", con eso, como si fuera una fórmula mágica, la persona se va a sentir amada nada más porque sí. Debemos saber decir las palabras adecuadas en el momento adecuado para que nuestros interlocutores se sientan identificados con lo que les decimos. Hay que procurar no ser ni muy severos en nuestras aseveraciones, pero tan poco tan flexibles que estemos predicando un evangelio de pacotilla. La sensibilidad es indispensable si pretendemos mostrar un plan que ayudará a alguien a salir de un problema, este plan no sólo debe sonar bonito en la teoría, sino debe ser aplicable en la práctica, cuando esto no se da, nos es fácil entender por qué la mayoría de los planes económicos que se presentan en diversos países del mundo no tienen éxito: La razón en que están estructurados, diseñados, desde cómodos oficinas donde la realidad de la falta de transporte, el desempleo, la delincuencia, son completamente imperceptibles. Peor aún si lo que queremos presentar parte de nuestra propia postura, especialmente si vivimos una situación de bienestar y comodidad que el grupo al que pretendemos convencer no comparte. Un rico ve las cosas como rico, y difícilmente entenderá por qué el pobre se queja de falta de oportunidades. Ahí, lo que haría falta es, entonces, que el rico salga de su comodidad y se dé cuenta de las cosas de las que carece el pobre. No es un ejercicio fácil, pero es necesario hacerlo.
internet. De pequeño jamás imaginé tener la familiaridad que tengo hoy con las computadoras. Mucho menos llegué siquiera a soñar con una forma de comunicación gomal que no es sólo a través de una pantalla y un teclado, sino que se puede usar también la voz y un sinfín de imágenes para adentrarse en un universo de información sobre diversos temas. Es cierto, Internet encierra muchos peligros, pues es una entrada directa al mundo de la pornografía (si es que es lo que se busca), a la pérdida de tiempo desde el punto de vista laboral, pues hay empleados que pasan su tiempo de trabajo navegando en Internet en detrimento de la productividad laboral; pero no podemos negar que Internet tiene muchos puntos a favor. Internet es una puerta no sólo para tener acceso a periódicos, revistas, información sobre viajes, países, deportes... Internet es una oportunidad de tener comunicación virtual con otros individuos por medio de los famososchats, programas de envío de mensajes instantáneos como el mensajero instantáneo de AOL, el de Yahoo!, o el messenger de MSN. Qué decir de la oportunidad de recibir en un buzón electrónico, mensajes de correo de nuestros amigos, seres queridos y conocidos (aunque una de sus desventajas es el spam o correo basura). Las comunidades virtuales son otro espacio de convivencia, como son los foros de Internet, o nuevos espacios que se han abierto como los blogs, algunos de ellos muy interesantes y otros francamente un desperdicio sin sentido. Respecto a estas comunidades virtuales, resaltan por su novedad y oportunidad, lugares como MySpace, Facebook, y otros, donde podemos reunir a un grupo de amigos y crear redes sociales. Servicios como Flickr o Webshots, nos permiten compartir fotografías con otras personas alrededor del mundo. Podemos, como ya mencioné, obtener información directa de prácticamente cualquier periódico o revista (aunque algun@s son sólo con suscripción), estaciones de radio, aunque también hay radio y audioblogs, donde algunas personas "suben" música que podemos escuchar mientras realizamos alguna otra actividad. Nuestras operaciones bancarias también las podemos hacer por medio de Internet, ya que la gran mayoría de los bancos proporcionan este tipo de servicio por medio de la red, sólo hay que tener cuidado con el phishing, que es el robo de datos financieros importantes por parte de hackers o especialistas en cometer cualquier tipo de delito informático. Hasta estudiar un diplomado o una carrera es posible por Internet, los sistemas de educación a distancia son toda una realidad y suplen a los antiguos sistemas por correspondencia que se llevaban a cabo a través del correo convencional. YouTube y sus sucedáneos como GodTube, se han convertido prácticamente en enciclopedias audiovisuales, donde lo mismo podemos ver fragmentos de conciertos, de telenovelas, antiguos y modernos anuncios comerciales, documentales, discursos, etcétera. Internet, pues, ha venido a cambiar la forma de percibir el mundo, ¿cuál es el futuro de Internet? Habrá que verlo, pero lo cierto es que seguramente depara todavía muchas sorpresas.
introspección. Solemos dar opiniones sobre todo: Política, religión, ciencia, cultura... Esto daría la idea o la impresión de que somos personas con conocimiento de lo que hay afuera. Pero, ¿y qué hay de nosotros? De cuando en cuando no nos hace mal echar una mirada hacia nuestro interior para evaluar qué es lo que estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo. La introspección, que no tiene nada que ver con algún tipo de filosofía o ejercicio esotérico, es analizar la forma en que actuamos y sus consecuencias en nuestra vida. La introspección puede servir para autoaceptarnos, a veces para justificarnos, pero también para corregir nuestros errores y afinar nuestros aciertos. De cuando en cuando no hace mal acercarnos a nosotros mismos, claro, sin ensimismarnos.
itacate. Desde tiempos de os aztecas, el itacate no era ora cosa que lo que ahora muchos anglófilos conocen como lunch. El itacate era un alimento preparado por las mujeres en sus casas, el cual los hombres se lo llevaban cuando partían a trabajar y posteriormente, en algún momento de descanso, procedían a comerlo. El itacate es una de las costumbres que prevalecen hasta nuestros días. Ante la falta de tiempo o dinero para ir a un restaurante una fonda, un merendero o un comedor, infinidad de personas, al menos en la República Mexicana, salen de sus casas rumbo a sus trabajos con su itacate, que puede consistir en una porción del guisado del día anterior en su casa, una fruta o un yogurt, o un simple sandwich. El itacate como comida para llevar de un lado a otro no sólo se limita a las necesidades laborales del individuo. El itacate también es una posibilidad de gustar nuevamente de un guiso sabroso cuando vamos a una fiesta. Si nuestros anfitriones están en posibilidades de hacerlo, seguramente nos darán una porción del platillo que se haya servido durante la comida o la fiesta a la que hayamos asistido, y nos pondrán en algún traste o recipiente improvisado (obviamente limpio) una "probadita" para que la degustemos en nuestra casa. En los restaurantes, incluso, se acabó la costumbre de dejar alimentos que ya no queremos. La mayoría de las personas le piden con toda amabilidad a los meseros, que los sobrantes de la comida se los pongan "para llevar", para lo cual la mayoría de los establecimientos tienen una buena dotación de recipientes de unicel para tal efecto. La cultura del itacate sigue en su apogeo, como lo estuvo en los tiempos de nuestros antepasados aztecas. Lo que sí, es recomendable que transportemos la comida adecuadamente y recordar levar servilletas y utensilios si es que son necesarios. Lo que sí, es de muy mal gusto ir a una oficina y encontrarse con que ésta está convertida prácticamente en un comedor o cosa similar. Hay que procurar no llevar alimentos demasiado llamativos por su olor y no estorbar a los demás, además de seguir las indicaciones de no tronar la boca, masticar con la boca cerrada y no limpiarse con la ropa.
izquierda. Si algo ha tenido la izquierda en su desarrollo como postura política a lo largo de los años, es tomar como bandera las necesidades sociales de la población, y retomar los estandartes de justicia social y equidad. La izquierda sin embargo, a diferencia de la derecha, donde hay más cohesión, está fragmentada en diversas posturas ideológicas y por lo mismo escuchamos que existe una izquierda moderada, los trotskistas, los leninistas los marxistas, los maoístas y demás grupos que han bebido de la fuente de Karl Marx y Friedrich Engels, adaptándola a sus necesidades e intereses. Y es que ése ha sido uno de los grandes problemas de la izquierda: En su mayoría, los líderes de la izquierda han sido personas salidas del pueblo, trátese de burócratas, líderes sindicales, maestros, intelectuales y hasta artistas. Se trata casi siempre, de hombres de la calle que han atestiguado la explotación y las carencias que vive la clase trabajadora y cómo las sociedades industriales carecen de un reparto equitativo de las ganancias, las cuales se quedan en las manos de unos cuantos. Estos hombres de la calle, en algún momento llegan a conquistar posiciones en os diferentes partidos y asociaciones de izquierda, y poco a poco comienzan a cometer os mismos errores que supuestamente combaten. En el caso mexicano son evidentes los casos de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que aunque no fue una persona que haya vivido situación alguna de injusticia o explotación, pues es hijo de un ex Presidente de la República, incursionó por el camino de la izquierda con el objetivo en mente de conjuntar a las fuerzas más prominentes que profesaran esta ideología, para escalar posiciones y así poder cumplir su anhelo de ser Presidente de México. No lo consiguió pero se enquistó no como líder sino como cacique y mandamás de la izquierda mexicana. Como entre los comunistas rusos, la izquierda carecía de unidad y la única voluntad imperante era la que satisfacía los deseos, gustos y necesidades del caudillo. En el caso mexicano, el caudillaje de Cárdenas ha sido suplido o quizá solamente compartido por el de Andrés Manuel López Obrador. La izquierda, sin embargo, no ha hecho sino dar tumbos, después de haber estado a punto de conquistar la Presidencia de la República. La izquierda mexicana es marxista, leninista, maoísta, bakuniana y todo lo demás, pero al mismo tiempo tiene alas que son guadalupanas y "modernistas", es decir, que comparten los postulados y preceptos de la derecha, en relación a una supuesta apertura. Ante esta maraña, la izquierda ha demostrado incapacidad de entendimiento interno y una autocomplacencia decepcionante y ramplona. Y no sólo en México, sino en países como España, sonde vemos a un José Luis Rodríguez Zapatero, que pese a ser izquierdista ha demostrado lacayunamente un servilismo asqueante hacia la monarquía y hacia los dueños del dinero, de quienes se ha conformado con ser su portavoz y su solapador.
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