Brevísimo Diccionario Marín de la Docena
Por Héctor Marín Segura
Por Héctor Marín Segura
G
galanteo. El piropeo y los detalles para con las damas no son cosa de ahora, desde hace siglos los hombres se deshacen en frases y en acciones para atraer y conquistar a la mujer que les roba el aliento. Sin embargo, de un tiempo para acá, el piropo ha devenido en el vulgar cachondeo lleno de frases burdas y comportamientos inusuales. Los jóvenes, los varones, ahora casi se encaraman donde están las señoritas queriéndolas -de buenas a primeras- manosear y toquetear. No todas lo permiten, hay otras que quedan fascinadas por el atrevimiento y astucia de los pretendientes. ¿Dónde quedó el detallito, la cartita, la rosa o florecilla que se regalaba antaño? ¿Cuándo nos convertimos en animales sociosexuales? O, como dice la canción, ¿eso del amor es cosa del pasado?
gandalla. Nunca falta en la escuela el gandalla. El gandalla por lo regular es un tipo fuerte, casi siempre es alto y tiene buena experiencia en eso del moquete y el trompón. Es partidario de esa postura filosófica que dice que, ¿para qué discutir las cosas, si éstas se pueden resolver a golpes? El gandalla, ya una vez que ha demostrado con sus argumentos la razón de su poder, procede a ejercerlo: Le quita la torta o el sándwich a sus compañeros más débiles, los humilla de formas muy distintas dependiendo qué tan mal le caigan los otros, le echa la culpa de sus travesuras a los demás, so pena de golpear a quien lo delate, en fin... una joya de la inadaptación. El gandalla lo es por el disfrute que siente, de cuando en cuando muestra su poder golpeando a alguno para que todos recuerden quién manda. El gandalla sin embargo no tiene amigos. Suele tener seguidores que son "gandallitas", que siempre están bajo su sombra, pero nunca es amigo de nadie. No soy partidario de la violencia, pero no hay que olvidar que el gandalla vive hasta que el cobarde quiere.
garantía. Los costos de los productos que compramos día a día exigen que por lo menos éstos se ajusten a nuestras necesidades. La calidad, sin embargo, muchas veces deja muchos que desear. Y no es cuestión de precios, sino que la mayoría de las cosas parecen estar fabricadas bajo la consigna de "úsese y tírese". Recuerdo los viejos refrigeradores de la abuela, unas cosas enormes y con unas puertas pesadas, pesadas, pero que venían funcionando a las mil maravillas desde antes de que yo naciera. ¿Qué tal cuando los automóviles eran fabricados con lámina? Hasta se sentía uno más seguro. Sea lo que sea, hay que reclamar que entre los términos y condiciones en una transacción comercial, nos den una garantía y que la cumplan, el dinero está muy escaso como para andarlo regalando.
globalización. Fue a finales de los años 80 que comenzamos a escuchar constante, insistentemente, la palabra "globalización". Pegadita a ella, como si se tratara de un paquete, venía la palabra "modernidad". Ya mezcladas las dos, todo parecía traer como resultado el "progreso". La globalización, entendida como progreso por parte de los neoliberales en la cúpula del poder, no era sino darle oportunidad a mercados extranjeros de entrar "como Pedro por su casa" a comercializar sus productos en nuestros débiles mercados. Se han hecho a lo largo de los años, múltiples tratados comerciales que poco han beneficiado al bolsillo de los consumidores, pero que en cambio, han ensanchado las arcas de los especuladores. La globalización ha traído también cambios significativos en las telecomunicaciones, como es el uso ya más extendido de Internet, aunque en países como México aún no ha habido un aumento considerable de usuarios, por lo que México está considerado todavía como un país en pañales en este rubro. La globalización ha traído también consigo el desarrollo de la televisión por cable o sus sucedáneos, que cada día gana más abonados. Hoy en día prácticamente cualquiera ha oído de series como "Friends" ("Amigos") o "Desperate Housewives" ("Amas de Casa Desesperadas"), lo que es al mismo tiempo un fenómeno de transculturación. La predicación del evangelio también forma parte de la globalización, así que quienes nos consideramos seguidores de Jesús, podemos llevar en medida de nuestras posibilidades, las buenas nuevas a otros rincones del planeta.
gringo. Pocos personajes son tan admirados y al mismo tiempo odiados como el gringo. El gringo, al igual que el gachupín (español), el gabacho (francés) y hasta el chale (chino), forma parte del escenario xenofóbico mexicano. El gringo, pertenece a un país expansionista que en una guerra nos quitó (a los mexicanos) más de la mitad de nuestro territorio. Desde antes y desde entonces, el gringo es responsable de mil cosas que han pasado en el país. El gringo, físicamente, se supone que es un individuo que pasa del 1.80 de estatura, tiene cabello rubio y los ojos azules; obviamente habla inglés, come hamburguesas o cualquier comida chatarra, bebe Coca-Cola, y aprovecha su estancia en México para ahogarse en ríos de tequila. Al gringo, en esta estereotipia, se le tacha además, de ignorante, se considera que su país no tiene cultura y por eso se sorprende y se maravilla al ver las pirámides mexicanas o los numerosos edificios donde pueden admirarse los murales de grandes artistas plásticos. El gringo también es sospechoso de ser el responsable de que haya menos católicos en el país, a través de sus "sectas", las cuales realmente están operadas por la CIA. En fin, el gringo es en resumidas cuentas un personaje non grato, pero a la vez admirable, deseable, especialmente porque trae dólares en la cartera. Pocos lo quieren y menos todavía lo comprenden. Es pues, la relación entre gringos y mexicanos, una mezcla de amor y odio, con elementos de admiración, de envidia, de interés monetario, y de resentimiento muchas veces disfrazado de amabilidad, cortesía y hospitalidad. En lo personal, tuve alguna vez la oportunidad de tratar con gringos. Lo que descubrí en ellos fue sencillez, calidez y un enorme esfuerzo por lograr sus metas. Muchos de ellos eran hijos de extranjeros no necesariamente anglosajones, que encontraron en Estados Unidos una nueva oportunidad para vivir y para desarrollarse, oportunidad que su país de origen les negó. Estados Unidos dista mucho de ser el país modelo, sus gobernantes no son para nada los mejores y al contrario, tienen muchos y muy evidentes defectos, pero si algo me merecen los ciudadanos de ese país, es respeto por su lucha personal, que ha hecho de ese país la potencia que es.
grilla. La grilla es inevitable. Se da en todos lados y de muchas formas. Grillar es hacer la crítica oculta como en camarilla hacia alguien que no nos cae bien o que estorba a nuestros intereses. Entonces se empiezan a buscar elementos para inculpar al personaje que nos estorba y se ponen a la vista de todos para ponerlo en evidencia. Los que grillan nunca o casi nunca atacan de frente; si se vale decirlo, son conspiradores, incluso son hipócritas porque dan la cara de amistad por un lado y por el otro hablan pestes del que les cae mal. En las oficinas es muy común la grilla entre secretarias; no se diga en la política, donde la grilla, el cotilleo y el comentario mal intencionado son tan normales como ver salir el sol. Abstengámonos de grillar y dediquémonos mejor a trabajar.
gorilocracia. Prácticamente todos los países latinoamericanos han sufrido en algún momento de su existencia, la entrada, por la fuerza, de regímenes autoritarios conocidos como dictaduras. Los casos más recordados, quizá por la difusión que han tenido, son el de Chile, Argentina y Uruguay. La gorilocracia, como su nombre da a entender, es llegar al poder de una nación mediante el uso desmesurado de la fuerza. La gorilocracia no razona, ve a los diferentes no como opositores sino como enemigos, y al enemigo hay que exterminarlo. Para ello, la gorilocracia capacita y entrena a sus esbirros, soldados como cualquiera otro, hijos del pueblo igual de necesitados como el que más, a acatar órdenes a cambio de una entrada económica segura, atención médica y todo con el simple hecho de entregar la voluntad y la conciencia a los superiores. La gorilocracia generalmente se asocia con los poderosos, con los dueños de los grandes capitales, que generosamente aportan donativos tanto para quedar bien con los gorilas en el poder, como con las "nobles causas" que enarbolan. La gorilocracia no admite crítica, y ante ésta, la respuesta es la brutalidad, la bestialidad y el salvajismo, la libertad de pensar no debe existir y debe privar el criterio uniforme o unidimensional, como decía Marcuse. En la actualidad, parece que en Colombia y en México se va hacia unas gorilocracias disfrazadas alimentadas por los grandes capitales empresariales que se sienten protegidas al cobijo de los gorilas con toletes listos para someter a los pueblos que reclaman trabajo y alimento, ¿iremos hacia allá? Que el tiempo nos responda.
guapura. La sociedad hedonista de nuestra época ya no comulga con aquello de "mente sana en cuerpo sano", las cosas ahora son más sencillas, la cosa es "verse bien". Verse bien no es fácil, requiere gastos, sacrificios físicos y muchas cosas más. En este sentido, hay y siempre ha habido, gente bonita, que lo único que tiene que hacer es conservar su guapura de la mejor forma posible. Para ell@s, estar guap@ es como una especie de pasaporte para salir adelante en una sociedad donde las oportunidades son cada vez menores, y el campo de trabajo es cada vez más reñido. Muchas de estas personas suplen su falta de talento, de preparación y de capacidad, con guapura. Así, vemos a la secretaria ineficiente pero guapa que sólo adorna la oficina. Qué tal el pésimo actor que aparece en la telenovela, pero que sería la envidia de Rodolfo Valentino, de Alain Delon o de Brad Pitt. La guapura le da a estos personajes la seguridad de que pueden obtener o que desean, todo es cosa de acomodarse el pelo de determinada manera, usar algún tipo de ropa y ¡listo!, las cosas llegarán solitas. Una reflexión a la que pocas veces llegan, ya que están embebid@s con tantos supuestos éxitos personales, es que la belleza se acaba, el tiempo es muy cruel y ni el mejor cirujano plástico ha conseguido aún la forma de conservar intacta la belleza humana. La guapura, además, no trae consigo la felicidad, y aunque la belleza puede venir acompañada de pretendientes ricos y poderosos, la verdad es que una cara bonita no es suficiente para quien está acostumbrado a tenerlo todo, y el conocer esta verdad, puede ser muy doloroso.
guerra. La Biblia comienza hablando de una guerra. La guerra que entabla Satanás contra Dios para tratar de obtener poder sobre el hombre. Cuando el hombre cedió ante la tentación, aprendió a desarrollar también un nuevo sentimiento, una nueva condición: La maldad. Así, el hombre aprendió a tratar de dominar a otros hombres, y para ello ideó todo tipo de estrategias y también de armas. La historia nos habla de grandes hombres de guerra como Atila, Julio César Alejandro Magno, Hitler, Sadam Hussein y otros que sin tentarse el corazón, han estado dispuestos a atacar a poblaciones enteras no importando si se trata de niños, ancianos o mujeres; los ataque de Estados Unidos a Irak son ejemplo de ello. Científicos, investigadores, geógrafos, han puesto sus conocimientos al servicio de la guerra, siendo hasta el momento su símbolo más devastador el hongo provocado por la explosión nuclear en Hiroshima y Nagasaki. La Biblia habla de guerras pasadas... y futuras, la batalla final será ganada por Dios, así que bien haríamos en alistarnos en su ejército. Queda poco tiempo.
Guía Roji. Puede que pocos lectores estén familiarizados, pero la Guía Roji realmente es una gran herramienta para quien tiene que recorrer la Ciudad de México o la zona metropolitana del Estado de México. Imagínate estar en la ciudad más grande del mundo, y tener la necesidad de trasladarte de un lugar a otro sin saber siquiera dónde se encuentra. En este sentido, la Guía Roji cumple cabalmente con la función de detallar calle por calle todos y cada uno de los sitios que conforman esta monstruosa urbe, para que puedas organizar o trazar una ruta y llegues a tu destino de la manera más sencilla.
guisados. Silvia M. de Ginerman escribió el libro "El Sabor de los Recuerdos", buen título para un libro que habla sobre gastronomía. Pensando en eso, no cabe duda que a lo largo de nuestra existencia almacenamos no sólo datos fríos como fechas, operaciones aritméticas, cálculos mentales, datos históricos y demás, sino que queda también en nuestra memoria un registro de los sabores que hemos disfrutado. Es por eso que gran cantidad de personas señalan como la mejor cocinera que han conocido a su propia madre, lo cual no deja de ser algo muy subjetivo, pero al mismo tiempo con un gran dejo de verdad. La cocina no es nada fácil, hay que tener tiempo, inicia, idea de lo que se va a hacer, imaginación para combinar ingredientes y sobre todo, algo que le da sazón a los alimentos: Cariño al prepararlos. De mi madre -cocinera versátil- puedo decir que, entre otros tantos guisados sabrosos de esos que quedan en la memoria, está el bacalao navideño, el cual le queda insuperable y sin punto de comparación con otros que he comido, como el de una vecina de nuestra misma calle, que se dedicaba a la venta de este curioso pez noruego. Las sopas que preparaba mi abuela paterna, los chayotes a la mantequilla, y los bosteces rallados, quedan ahí en el recuerdo de los sabores deliciosos. De mi tía Toña ni qué decir de los chiles chipotles y el famoso "chicharrón estilo tía Toña", todo un manjar compuesto por chicharrón, queso, jitomate y muchas cosas más. Las jaibas preparadas por mi tía Carmen, ¡vaya que hay que guardar estómago para comer todas las que se pueda! Los romeritos preparados por mi suegra son de lo más genial que he comido en el mundo de los moles y los adobos. Las empanadas de mi concuño Pedro y el mole de olla de mi esposa, mmm, qué ricuras; el pozole de la ya fallecida señora Elvira... En fin, que muchas veces terminamos identificando a las personas con los guisados que elaboran, y cuando esas personas ya no están, entonces recurrimos al sabor de los recuerdos, donde podemos degustar estas viandas por medio de nuestra imaginación.
gutierritos. Si bien "Gutierritos" es el nombre de una vieja, viejísima telenovela protagonizada por Rafael Banquells que trata de un hombre trabajador menospreciado en su empresa y por su esposa. La ficción aparente de "Gutierritos" es una realidad en diferentes centros de trabajo, donde empleados "tienen bien puesta la camiseta", y están dispuestos a sacrificar tiempo de descanso, de convivencia familiar y otras actividades por dar prioridad en un lugar de trabajo donde nunca se les reconoce ninguno de sus esfuerzos. No digo que seas el típico burócrata que llega a la hora exacta y se va a la hora exacta, pero si no hay necesidad de sobrefatigarse, es mejor dar el lugar que merecen a nuestras familias, a nuestros amigos, a nuestro tiempo de ocio personal, y no hacerle al "Gutierritos" que vive de por y para sus empleadores, una cosa es trabajo, otra muy distinta se llama esclavitud.
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