La Biblia: El Gran Libro
Por Héctor Marín Segura
Por Héctor Marín Segura
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva". (Juan 7:37b,38)
"Agosto, mes de la Biblia". Así dicen los letreros en varios comercios cristianos, especialmente librerías.
Leyendo el texto bíblico de Juan 7:37-38, reflexioné cómo para Jesucristo la Escritura, lo que hoy llamamos Biblia, revestía de importancia sus aseveraciones, ya que citando las Escrituras, Jesús fundamentaba sus actos y palabras.
EL MEJOR MEDIO PARA CONOCER A JESÚS
Sobre Jesús se han escrito cualquier número de textos: academicistas, apegados a la verdad de los que dicen los Evangelios, hasta ficciones delirantes.
Ahí están los casos de libros que dicen que nuestro Señor era un ser interplanetario que vino a traer una nueva doctrina de otras galaxias; los hay quienes dicen que Jesús vivió una vida "normal", nació, creció, se casó, tuvo hijos y murió; en fin... Cualquier tipo de especulación.
La mayoría de esos libros se venden como pan caliente y son todo un éxito para sus autores.
Si bien es cierto que la Biblia siempre se ha encontrado en las listas de best sellers o libros más vendidos, es cierto también que sigue siendo un texto desconocido para las grandes masas, incluyendo a un muy alto porcentaje de individuos que dicen pertenecer a grupos de origen cristiano.
Volviendo a la cita bíblica, Jesús dice que el que tenga sed, vaya a Él y beba. Es decir, Jesús es la fuente de la que emana el conocimiento acerca de la vida, del amor, de todo aquello que nos es deseable conseguir, así que lo que tenemos que hacer es acercarnos a Él para llegar a esa meta que es estar al lado de nuestro Señor.
¿Y dónde encontrarlo?
Independientemente de que nos congreguemos en una iglesia, o de que escuchemos casetes con predicaciones o de que leamos libros basados en historias bíblicas, los cristianos encontramos a Cristo a través de la Biblia, en la cual, hoy día nos comunica lo que quiere que hagamos, y cómo podemos ser libres del pecado si confesamos que sólo a través de Él y de nadie más hay salvación.
EL GUSTO DE LA LECTURA
Para mucha gente, la Biblia, especialmente, es un libro que representa grandes retos para su lectura: Hay quienes lo consideran de difícil comprensión, otros piensan que está escrita en lenguaje poco claro, casi críptico, asequible sólo para "iniciados"; otros lo consideran un libro aburrido; hay quienes consideran que está lleno de fantasías, en fin... Pero lo que he encontrado en muchas de esas ocasiones, es que esta gente apenas y ha leído algunos versículos bíblicos o tiene una idea prejuiciada de la lectura bíblica adquirida de lo que a su vez, otras personas les han comentado.
Creo, y considero aplicable esto para todo tipo de lectura, que es difícil leer algo cuando no se tienen los conocimientos mínimos sobre el tema, cuando nuestro vocabulario es muy limitado y no nos permite comprender lo que leemos; o bien, cuando no tenemos el hábito de la lectura y de pronto nos encontramos con un texto compuesto de 66 libros escritos en diferentes etapas de la historia de la humanidad.
Por ello considero importante buscar el momento adecuado para comenzar nuestra lectura y hacerlo por gusto. Leer no es una competencia de rapidez para ver cuánto tardo en "devorar" un libro. Leer, si bien puede volverse un ejercicio compulsivo que no nos permita dejar el libro hasta que lo hayamos terminado, puede ser, por otro lado, un ejercicio para disfrutar, paladear y saborear nuestra lectura, masticarla y procesarla, lo cual quiere decir entenderla.
Esto no es fácil, pero al leer el Texto Sagrado, querido lector, si no has tenido un contacto con la Palabra de Dios, te anticipo y te aseguro que encontrarás grandes historias sobre cómo se creó el mundo, cómo llegó el pecado a la humanidad, historias de amor, de odio, de maldad, de espionaje, de aventuras y de sacrificio, en especial en aquella en que te enterarás de cómo Cristo fue crucificado por tus pecados. Me quiero detener en este último punto, ya que si bien la Biblia contiene varios géneros literarios como la crónica, la poesía, la descripción de usos y costumbres y un sinnúmero de relatos, lo más importante es que trae bendición para quien la lee y se acerca al hijo de Dios a través de ella.
ÚTIL Y APLICABLE
El propósito fundamental de la Biblia lo podemos encontrar en 2 Timoteo 3:16-17: "16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra".
Es decir, en primer lugar, es inspirada por Dios y será útil para nuestra edificación y perfeccionamiento individual, pero no sólo eso, sino que a través de ella podremos enseñar a otros. Dice Warren Wiersbe en sus Bosquejos Expositivos de la Biblia un detalle que no quiero pasar por alto, ya que sintetiza lo que es la médula del mensaje que te hago llegar en esta ocasión: "Es bueno que los creyentes tomen cursos de estudio y aprendan métodos de ministerio, pero la mejor manera para equiparse en el servicio a Dios es estudiar y practicar la Palabra de Dios. Los libros de estudio nos dicen cómo; pero la Biblia nos da la motivación y el poder para vivir lo que aprendemos".
Acércate a la Biblia. Si eres creyente y a veces sientes que no comprendes lo que lees, no te preocupes, pide a Dios que ilumine tu lectura y si es posible, trata de conseguir libros de referencia que te sirvan como soporte de tu lectura. Si no estás en posibilidades de conseguir este tipo de material, acércate a tu pastor y plantéale tus dudas.
Si nunca has leído la Biblia, te invito a que la leas, trata de conseguir una edición en lenguaje sencillo y ten presente que a través de su lectura, puedes acercarte a la fuente que saciará tu sed espiritual, la fuente de agua de vida eterna: Jesucristo.
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