Sectas Para Cualquier Ocasión: La Nueva Era
Por Héctor Marín Segura
Por Héctor Marín Segura
No es propiamente una secta, sino un conglomerado de grupos y creencias, todos con el común denominador de encontrar a Dios en cualquier parte, menos en la Biblia.
Para una mejor comprensión del tema que abordaremos, cito del Diccionario de Creencias, Religiones, Sectas y Ocultismo, de editorial Clie lo siguiente: "Definir el Movimiento Nueva Era no es tarea fácil. Como fuerza social no se identifica con un credo particular o un libro concreto autoritativo. En realidad hay muchas fuentes literarias de Nueva Era que ofrecen explicaciones autoritativas.
"La forma más fácil de definir el Movimiento Nueva Era, y quizás la más adecuada, es verlo como una "red" de organizaciones o, para usar la frase de los adeptos Jessica Lipnack y Jeffrey Stamps, una macrored de organizaciones que son autónomas pero van juntas. "Las redes se componen de participantes autosuficientes y autónomos, personas y organizaciones que funcionan simultáneamente como "conjuntos" independientes y como "componentes" interdependientes".
Hasta aquí nos encontramos con que no creen en lo mismo pero van hacia un mismo punto, y por otro lado, no están dirigidos, quienes forman parte de este movimiento, por una persona o grupo especial.
¿Dónde radica entonces el potencial de su peligrosidad o de sus posibles falsas enseñanzas?
EN QUÉ CREEN LOS ADEPTOS DE LA NUEVA ERA
Bueno, probablemente muchos de quienes están envueltos en prácticas de la Nueva Era ni siquiera lo sepan, pero este movimiento, de acuerdo con información del Nuevo Diccionario de Religiones, Denominaciones y Sectas, de la editorial Caribe-Betania, la Nueva Era tiene elementos pelagianos (el hombre puede salvarse por sí mismo, todo lo contrario a la doctrina cristiana), y "...obliga a tener en cuenta no sólo elementos de nuevo pelagianismo, sino también de ocultismo, ideas esotéricas, espiritismo, cibernética, ecología, ficción científica, las cuales se presentan en forma sincrética mediante la vulgarización de ideas extraídas de antiguas y nuevas religiones, así como de todo tipo de literaturas científicas o seudocientíficas".
Este diccionario remata con la siguiente aseveración: "Sus críticos señalan en muchos de estos grupos la ausencia de principios éticos demasiado definidos, así como ciertas pretensiones de conocimiento científico que parecen atraer a personas desilusionadas por movimientos religiosos tradicionales o ansiosos de reconciliar algún grado de fe religiosa con los nuevos descubrimientos".
Entonces encontramos un punto a través del cual hay quienes se comienzan a interesar por este tipo de creencias o filosofías.
Es común que ante la falta de respuestas en la religión tradicional, mucha gente busque una respuesta satisfactoria ante los problemas de la vida y una forma de hacerlo es acercándose a un sistema que igualmente esté permeado de una atmósfera espiritual y que al mismo tiempo dé respuestas concretas. Eso puede orillar a individuos con poco o nulo conocimiento de su propia fe o, como apunta el artículo del diccionario, a personas desilusionadas, enredarse en este laberinto neopagano.
Otra razón por la que alguien podría hacerse simpatizante de este tipo de movimientos, es el interés que despierta lo desconocido, lo misterioso, aquello que parece tener un carácter de oculto o que ofrece conocimientos herméticos sólo para iniciados, así que se involucran en el atrayente mundo de la Nueva Era, teniendo en muchas ocasiones resultados aterradores.
NO SÓLO LOS IGNORANTES
Existe la idea de que la gente que se identifica con las prácticas de la Nueva Era es ignorante no sólo en el aspecto de sus propias creencias, sino que por lo regular se trata de gente inculta, impreparada, fácil de impresionar con un discurso espiritualizado pero al mismo tiempo mercantilista, que cae presa de charlatanes que lucran con su vacilante fe. Pero no siempre es así.
He aquí las declaraciones de la astróloga Joan Quigley, acerca de su relación e influencia en el ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, esto dice en su libro "¿Qué Dice Joan?": "Hasta que me hice cargo de la tarea de custodiar la lengua del presidente Reagan por medio de la astrología, él tenía una tendencia no poco frecuente a salir con errores espantosos y otros comentarios que era mejor no hacer.
"Durante los siete años que trabajé para la administración, siempre elegí los horarios de las conferencias de prensa presidenciales...".
Podemos ver entonces hasta qué grado llegaba Reagan en su confianza hacia las palabras de su astróloga de cabecera, y estamos completamente seguros que para ser presidente de la nación más poderosa del mundo, se debe tener talento e inteligencia. Reagan, sin embargo, prefería guiarse por las palabras de Joan Quigley.
Otros gobernantes que se sabe, han sentido fascinación por el ocultismo en sus diferentes formas, son Francisco I. Madero, de México; Adolf Hitler, en Alemania; Carlos Menem, de Argentina; Alberto Fujimori, de Perú; y Jamil Mahuad, de Ecuador, por mencionar algunos. Caso aparte fue el de Jean Claude Duvalier, dictador haitiano, quien practicó y usó el vudú como medio de dominación del su país.
No menos patético, fue enterarnos a través de La Revista (22-11-2004), que en Los Pinos, en el sexenio actual, Vicente Fox Quesada, presidente de México, y su esposa Marta Sahagún, son asesorados por la mística Kadoma Sing Ya, nombre de batalla de quien en la vida real responde al nombre de Rebeca Moreno Lara Barragán y que cobra en la nómina de la Presidencia de la República como directora de logística de la oficina de Marta Sahagún.
Respecto de sus servicios para la Presidencia de la República, La Revista consigna: "En la campaña presidencial, Rebeca Moreno formó parte de un grupo integrado por el publicista Santiago Pando; el productor de teatro y compositor Antonio Calvo, y el "canalizador de ángeles" Alex Slucki.
"Juntos, guiados por supuestos médiums y chamanes, indujeron o participaron en decisiones simbólicas tomadas en la campaña de Vicente Fox y en los primeros años del gobierno.
"Influyeron en el eslogan principal de su campaña ¡México Ya!
"Aconsejaron hacer ritos de sicomagia en el cierre de campaña del Zócalo, y compusieron canciones supuestamente dictadas por "ángeles" y "espíritus".
OTRAS VERTIENTES
La Nueva Era, sin embargo, no se circunscribe a la práctica de las artes adivinatorias como la interpretación de las cartas astrales del zodíaco, que, dicho sea de paso, es una aberración para Dios.
La literatura es otra de las formas a través de las cuales la Nueva Era se ha valido para la propagación de sus ideas. "El Código Da Vinci", de Dan Brown, se puede decir que es el best seller de la literatura de la Nueva Era, ya que se vale de supuestos conocimientos gnósticos para respaldar ideas como que Jesucristo no murió en la cruz y que incluso tuvo descendencia tras casarse con María Magdalena, a quien se considera la madre de las actuales dinastías europeas.
Este tipo de libros, para quien no ha leído jamás la Biblia, o para quien no tiene la certidumbre de quién es el Hijo de Dios, trae consigo una serie de supuestos que crean error o confusión en quien los lee. Al mismo tiempo siembra la duda sobre la veracidad de la Biblia.
Así, a través de la literatura, se han popularizado ideas acerca de la masonería (a la que perteneció José Smith, fundador del mormonismo), los caballeros templarios, el ahora famoso priorato de Sión, la hermandad rosacruz, así como la vida de los lamasterios, las costumbres de los antiguos celtas, etcétera.
De todo esto, muchos autores se han valido para dar sus más personales versiones, al "revelar" los ocultos secretos de todos estos grupos.
De esta corriente literaria, obviamente que la Biblia no se ha salvado. La industria editorial de la Nueva Era no sólo ha hecho libros acerca de piramidología (la cual practicaba Charles Taze Russell, fundador de los Testigos de Jehová) o los misterios de los antiguos egipcios.
En los años 80 el autor español J.J. Benítez alcanzó fama mundial al publicar su serie de libros llamada "Caballo de Troya", en los que habla acerca de numerosos sucesos de la Biblia desde el punto de vista del esoterismo. Asimismo, en las librerías dedicadas a la venta de artículos populares entre quienes practican disciplinas de la Nueva Era como el yoga, el reiki, el feng shui y otros, es común encontrar numerosas ediciones de los evangelios apócrifos y de libros en los que se plantean mil ideas sobre si Jesucristo murió o no en la cruz, sobre si se casó o no con María Magdalena, sobre si el que murió en la cruz era un gemelo de Jesús, sobre si se fue a vivir a Japón o a la India, etcétera.
¡FRAUDE!
Pero cabe tomar algo muy en cuenta, independientemente de la disciplina de la Nueva Era que se trate. Casi ninguna de ellas está exenta del riesgo de fraude sobre su veracidad. Es decir. Todas las disciplinas de la Nueva Era, al estar en contraposición con lo que dicen las Sagradas Escrituras, son como si se tratara de alimento espiritual adulterado. Se trata de una serie de prácticas que dicen buscar acercarse a Dios, pero ese Dios no es el de la Biblia. Muchos de los grupos pertenecientes a la Nueva Era afirman que Dios puede ser lo mismo Buda que Alá o que Jehová (como sucede con la masonería). Sin embargo, quien tenga tan sólo a la mano los datos esenciales de la doctrina budista, islámica y cristiana, encontrará tres posturas completamente diferentes acerca de la divinidad. Luego entonces, por simple lógica, la propuesta de la Nueva Era es sólo una falacia.
El peligro, pues, aparte de ser de índole espiritual ante estas prácticas, puede también afectar la economía de una colectividad de individuos que pueden verse sorprendidos por estafadores que ofrecen una mercancía tras otra a los ilusos que creen que con un amuleto o talismán, que con un agua embotellada o un aceite milagroso, conseguirán el bienestar.
El Dios de la Biblia, que nada tiene que ver con el de la Nueva Era, dice sobre todas estas prácticas: " 6 Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo. 7Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios" (Lev. 20:6-7).
No pongas en riesgo tu bolsillo ni tu salud, y sobre todo no pierdas el tiempo en buscar a Dios en lugares que le desagradan. Acércate a una iglesia cristiana y pide que te ayuden a buscar a Dios en los lugares correctos y a través de la adoración que Él quiere, ya con Él a tu lado, verás que no tendrás que recurrir a ninguna práctica indebida, y estarás verdaderamente protegido y cubierto por el manto de la misericordia de nuestro bondadoso Dios.
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